Ancient wisdom

Life, in its crudest form, tends to remind us how fleeing it is.A week ago, my home became the stage of a battle against the dreaded COVID-19 virus.The days became a succession of discomforts, fever and, sometimes, hopelessness.However, in the midst of adversity, there was an opportunity for reflection and rediscovery about what really matters in life.

Each of us experienced symptoms that not only affected our body and our mind.He walked the house a feeling of vulnerability, a reality that we often ignore in our daily lives.However, in these moments of weakness, a renewed sense of appreciation for health began to emerge.We realized that, often, the bustle of daily life moves us away from the essential: vitality and well -being.When health looks threatened, each respite feels like a gift, every moment of well -being becomes a jewel that we yearn to rediscover.

In the midst of this sanitary storm, the reality of medical resources emerged as a challenge.However, in that restlessness, ancestral wisdom shone with a renewed light.Medicinal plants, those allies forgotten by many became our salvation.We knew of their healing power, legacy of past generations that understood the link between nature and our well -being.

Eucalyptus infusions, honey and ginger syrups, and the comforting Salvia became our best allies.These simple but effective solutions reminded us that, despite all modern medical knowledge, nature has its own cure arsenal.Thus, we found comfort in the ancestrality, in the connection with our ancestors that, without sophisticated resources, knew the secrets of the Earth.

This experience has left us a valuable lesson: the importance of assessing health, connection with the nature and power of the community.We cannot predict what the way forward will be, but what we know is that in every difficulty there is an opportunity for growth and recognition.The trip to healing, physical and emotional, continues, and we do it with gratitude in the heart, knowing that there will always be a path to recovery, either through modern medicine or the wise remedies that the earth gives us.

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MI VERSION EN ESPAÑOL

La Sabiduría de lo Ancestral.

La vida, en su forma más cruda, tiende a recordarnos lo fugaz que es. Hace una semana, mi hogar se convirtió en el escenario de una batalla contra el temido Virus del Covid-19. Los días se convirtieron en una sucesión de malestares, fiebre y, en ocasiones, desesperanza. Sin embargo, en medio de la adversidad, se presentó una oportunidad de reflexión y redescubrimiento sobre lo que realmente importa en la vida.

Cada uno de nosotros experimentó síntomas que no solo afectaron nuestro cuerpo y nuestra mente. Recorría la casa una sensación de vulnerabilidad, una realidad que a menudo ignoramos en nuestra cotidianidad. Sin embargo, en estos momentos de debilidad, comenzó a emerger un renovado sentido de apreciación por la salud. Nos dimos cuenta de que, a menudo, el bullicio de la vida diaria nos aleja de lo esencial: la vitalidad y el bienestar. Cuando la salud se ve amenazada, cada respiro se siente como un regalo, cada momento de bienestar se convierte en una joya que anhelamos redescubrir.

En medio de esta tormenta sanitaria, la realidad de los recursos médicos emergió como un desafío. Sin embargo, en ese desasosiego, la sabiduría ancestral brilló con una luz renovada. Las plantas medicinales, esas aliadas olvidadas por muchos se convirtieron en nuestra salvación. Sabíamos de su poder curativo, legado de generaciones pasadas que comprendieron el vínculo entre la naturaleza y nuestro bienestar.

Infusiones de eucalipto, jarabes de miel y jengibre, y la reconfortante salvia se convirtieron en nuestros mejores aliados. Estas sencillas pero efectivas soluciones nos recordaron que, a pesar de todo el conocimiento médico moderno, la naturaleza tiene su propio arsenal de curación. Así, encontramos consuelo en la ancestralidad, en la conexión con nuestros antepasados que, sin recursos sofisticados, conocían los secretos de la tierra.

Esta experiencia nos ha dejado una lección valiosa: la importancia de valorar la salud, la conexión con la naturaleza y el poder de la comunidad. No podemos predecir cómo será el camino adelante, pero lo que sí sabemos es que en cada dificultad hay una oportunidad de crecimiento y reconocimiento. El viaje hacia la sanación, física y emocional, continúa, y lo hacemos con gratitud en el corazón, sabiendo que siempre habrá un camino hacia la recuperación, ya sea a través de la medicina moderna o de los sabios remedios que nos brinda la tierra.

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