¿Debería dar mi opinión? | Should I give my opinion?
Emilio plantea esta semana que interactuemos mediante comentarios, pero, sentí tantas ganas de escribir un poco más sobre este tema que no pude evitarlo.
¿Cuándo me di cuenta de que era metiche?
Sí, lo que leíste. No es que sea increíblemente metiche, sino que gracias a amigos que viven en otros países, y por ende tienen otra cultura, me percaté de cosas que no había visto antes.
Como esa parte tan peculiar de la cultura venezolana donde damos nuestra opinión a diestra y siniestra.
Mi amigo en cuestión me comentaba sobre una situación familiar, y yo solo le di mi opinión sobre el tema. Al principio, no obtuve respuesta. Luego observé que él no daba opiniones acerca de lo que yo le contaba.
Da la casualidad que esto me pasó un par de veces. Por lo que pensé seriamente en el tema.
Pero la realidad es que dar tu opinión en ocasiones no es necesario. Hay personas que solo quieren que las escuches, no quieren un regaño, ni tampoco oír lo que ya saben perfectamente.
Después de eso vino a mi mente que si quiero dar una opinión, lo haré escribiendo en mi blog. De esta manera, quien desee leer lo hará, y quien solo pasará al siguiente post.
Ojalá fuese así la vida. Poder elegir qué opiniones escuchar, y cuáles no.
Aunque no puedo solo acuñarlo a la cultura venezolana, debido a que hay personas de diversos países que lo aplican a menudo. Es algo que a veces solo debemos limitar un poco.
Debemos no opinar cuando se trata del cuerpo de otra persona.
Debemos no opinar cuando se trata de la familia de la persona.
Estos, por nombrar, dos casos puntuales que pueden ser claves, debido a que no sabemos opinar. Y no, decirle a alguien lo gordo que esta no lo ayuda en nada. Esa persona tiene un espejo y se ve todos los días en su casa. Tampoco decirle a la flaquita que coma más. Porque las personas delgadas comemos mucho (y también vamos al médico).
De esta manera con todo. Se aprende, bien sea porque te das cuenta de que no es necesario que opines, o, porque tú también lo viviste.
Como mujer delgada siempre recibía muchos comentarios. Lo que no sabían era que mi plato de comida es como el de hombre. Como mucho, lo cual hasta ahora a mis 27 se empieza a notar un poco, supongo que por la edad y los cambios del cuerpo.
Lidiar con eso no fue sencillo. Y la realidad es que puedo opinar sobre todo, pero, no sobre los cuerpos de las personas. Es imposible cuando tú también lo has vivido.
Por lo que, al hacerse la pregunta de, ¿debería dar mi opinión? Es algo que hay que plantearse a menudo. Pensar un poco en la otra persona, así como en las palabras que deseamos usar.
Aunque, como te comenté, aconsejaba a mi amigo. Creo que en este momento me detendría a preguntarle si quiere un consejo. Para de acuerdo a su respuesta, brindárselo o no.
Porque queremos tanto a nuestros amigos que solo esperamos lo mejor para ellos, y podemos ser parte de ellos estando presentes, ayudándolos, y por sobre todo escuchando sin emitir juicios o consejos que quizás no sean adecuados para el momento.
This week Emilio suggests that we interact through comments, but I felt so strongly about writing a little more about this topic that I couldn't help it.
When did I realize I was nosy?
Yes, what you read. It's not that I'm incredibly nosy, but thanks to friends who live in other countries, and therefore have another culture, I noticed things I hadn't seen before.
Like that very peculiar part of Venezuelan culture where we give our opinions left and right.
My friend in question was telling me about a family situation, and I only gave him my opinion on the subject. At first, I didn't get a response. Then I noticed that he didn't give opinions about what I told him.
It just so happens that this happened to me a couple of times. So I thought seriously about the subject.
But the reality is that giving your opinion sometimes isn't necessary. There are people who just want you to listen to them, they don't want a scolding, nor to hear what they already know perfectly well.
After that it came to my mind that if I want to give an opinion, I will do it by writing on my blog. This way, whoever wants to read will do so, and whoever just goes on to the next post.
I wish life were like that. Being able to choose which opinions to listen to, and which not to.
Although I can't just attribute it to Venezuelan culture, because there are people from different countries who often apply it. It's something that sometimes we just have to limit a little.
We should not give an opinion when it comes to another person's body.
We should not give an opinion when it comes to the person's family.
These, to name two specific cases that can be key, because we don't know how to give an opinion. And no, telling someone how fat they are doesn't help them at all. That person has a mirror and sees themselves every day at home. Nor does telling the skinny girl to eat more. Because thin people eat a lot (and also go to the doctor).
This is how it is with everything. You learn, either because you realize that it is not necessary to give your opinion, or because you also experienced it.
As a thin woman, I always received many comments. What they did not know was that my plate of food is like a man's. I eat a lot, which until now at 27 is starting to show a little, I suppose due to age and body changes.
Dealing with that was not easy. And the reality is that I can give my opinion on everything, but not on people's bodies. It is impossible when you have also experienced it.
So, when asking yourself the question, should I give my opinion? It is something that you have to ask yourself often. Think a little about the other person, as well as the words you want to use.
Although, as I told you, I was advising my friend. I think that at this moment I would stop to ask him if he wants some advice. Depending on their response, you can give it to them or not.
Because we love our friends so much that we only hope the best for them, and we can be part of them by being present, helping them, and above all listening without passing judgment or giving advice that may not be appropriate for the moment.
2/10/24
Texto de mi autoría. Todas las imágenes en el post son creadas por mí en Canva, utilizando recursos gratuitos disponibles en la app.
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Gracias chicos!
Ahora que tenemos tantos conocidos viviendo fuera del país y que nos hablan de las diferencias culturales nos damos cuenta de que el venezolano, en general, es metiche en mayor o menor grado.
Ayer por cuestiones médicas pasé varias horas en una sala de espera y fui testigo de los comportamientos de mucha gente, que sin reparo alguno hacían preguntas personales,que el otro contestaba sin desagrado y a su vez aprovechaba para preguntar también.
La indiscreción y la curiosidad se ejercen como ejercicio para pasar el rato y hay opinadores que se vuelven consejeros de salud. De todo hay.
Nuestras costumbres pueden ser bastante interesantes,no me imagino estar en una cola sin conversar con alguien a quién ni siquiera conozco. Pero, al mismo tiempo son cosas que si las hago en otro país las personas probablemente me mirarían muy raro.
Y como dices, no nos damos cuenta de los metiches que somos hasta que nos topamos con las costumbres de afuera.
Hola, he leído tu contenido y me pareció interesante, en la vida debemos tener en cuenta que no debemos opinar de lo que no sabemos o conocemos, yo con el tiempo he aprendido que la vestimenta de algunas puede parecer extraña, pero para esa persona es perfecta, solo observo y guardo silencio, hay mentes muy sensibles y debemos respetar también, como dicen en mi adorada Venezuela cada quien con sus gustos...
Así es, concuerdo contigo totalmente. Cuando veo eso solo pienso a lo mejor solo siente que se ve genial, o es su única ropa. No lo sabemos, por lo que es mejor guardar algunos comentarios, y que la gente sea feliz a su modo.
Gracias por leer :)