América Latina, tiene el gran privilegio de contar con una amplia variedad de frutas y, a un precio más accesibles que en otras partes del mundo, como lo es en el continente asiático. Es que, si comparamos las condiciones climáticas y de la tierra en sí, pues este lado del continente tiene la posibilidad de aumentar la producción, no solo en lo que respecta a las frutas, también todo lo referente a las hortalizas, vegetales, carnes y de más.

Rememorando un poco en el pasado, por ahí en el año 2017, cuando la crisis humanitaria golpea con más fuerza a Venezuela y la inflación de los precios eran sumamente elevados, se volvió difícil el adquirir una manzana, así fuese una, tenia un costo alto por lo que era mejor invertir en otras frutas o comidas. Dígame las uvas, ya mi tía no las pone en la mesa los 31 de diciembre, donde antes se comían 12 uvas antes de que el reloj marcara las 12 am y fuera 1 de enero, era como una tradición que ya no se hace.

Actualmente, las manzanas no es que estén super económicas, pero, por lo menos se pueden comprar cuando se desee, incluso veo mucha más diversidad que antes, la verdad no recuerdo si antes era así, siempre he visto más es la roja y la verde, por lo que no podría asegurar dicho hecho; aun así, mi tío todavía lo piensa mucho en ponerle manzana a la ensalada de gallina.

Realmente el poder ver los mercados, tanto grandes como pequeños, abastecidos de una gran de cantidad de productos, entre ellos la abundancia de frutas, significa el gran esfuerzo y trabajo duro que han alcanzado las personas en producir y comercializar pese a los grandes factores que lo impiden, entre ellos las condiciones precarias del país y el traslado de las mismas del campo a la ciudad, porque con lo inestable de la gasolina y lo costosa que se puede conseguir, no debe ser tarea fácil.