Mi mamá era de las que, de una le entregaban la lista de útiles escolares y de una los compraba y organizaba en la casa que, si en una bolsa grande metía los que eran destinado para mí y en otra, las de mi hermana. Por lo que, forrar los cuadernos siempre lo hacían en ese mismo instante.

Cuando estábamos en lo que seria preescolar y gran parte de primaria, compraba cuadernos de cualquier motivo, incluso aquellos que solo eran de un color y, a su vez, un papel contact de cualquiera de las figuras que deseáramos para así forrarlos todos del mismo diseño que traía este papel; recuerdo que algunos fueron de princesas, otros de Lilo & Stich y muchos más. Ya al crecer, uno decidía como quería el cuaderno y lo que compraba era el papel contact transparente y no se perdía la imagen que traía la libreta en su caratula.

Me resultaba sorprendente en ese entonces, como no le quedaba ninguna burbujita cuando le ponía el papel contact, tomaba un paño e iba jalando poco a poco la parte del contact que no trae pega y presionaba con el papel la superficie y le quedaba impecable. Incluso en ocasiones, forraba cajas de zapato muy bien; y no es fácil a la primera, ya después uno le agarra el gusto.

Al principio mi mamá les hacia por dentro una portada sencilla, que si el nombre de la materia, mi nombre y el grado o año que cursaría, más un sticker que le pegada. Cuando crecí, era yo la que le hacia su portada más decorada, incluso, cuando mi hermana entro a la Universidad, le decoraba la caratula con dibujos hechos por mi y mi mamá venia y me los forraba, porque como dije, no se me hizo fácil al principio, aun así, es grato recordar esos momentos que hasta me dieron ganas de decorar una libreta.