La sortija de compromiso

Saludos a todos los integrantes y lectores de la comunidad Zona de Escalofríos, les traigo este relato, que espero sea del agrado de todos.

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El pecado de Juan

Era una noche oscura y tormentosa, el sonido de la lluvia golpeando contra el pavimento llenaba el aire. Un accidente de tránsito acababa de ocurrir en una carretera solitaria, un coche había chocado contra un árbol y se incendiaba lentamente.

Los rescatistas llegaron al lugar rápidamente, entre ellos se encontraba Juan, un joven paramédico con un rostro lleno de determinación. Mientras intentaba sacar al conductor del vehículo en llamas, una visión capturó su atención. En el asiento del copiloto yacía una mujer hermosa, con el cabello empapado por la lluvia y un vestido blanco que ahora estaba manchado de sangre.

La mujer parecía estar inconsciente, pero algo en su rostro le hizo estremecerse a Juan. Su expresión parecía estar llena de malicia, como si supiera lo que estaba por suceder. Sin embargo, su atención fue desviada por el brillo de una sortija de compromiso en su dedo.

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Sin pensarlo dos veces, Juan se acercó a la mujer y con manos temblorosas, le quitó la sortija. En ese momento, la mujer abrió los ojos y lo miró fijamente. Una sonrisa siniestra se formó en sus labios antes de que su cuerpo se desvaneciera y suspirara su último aliento de vida, mientras Juan quedaba con la sortija en la mano.

El joven paramédico se sintió invadido por un escalofrío, sabía que acababa de cometer un acto terrible. La mujer había perdido la vida y él se sentía el responsable, a pesar de no serlo. A partir de ese momento, eventos extraños comenzaron a ocurrir a su alrededor. Sus sueños estaban plagados de pesadillas y cada vez que cerraba los ojos, podía ver el rostro de la mujer mirándolo con desprecio.

Pero Juan estaba enamorado, amaba a su novia Rachel y llevaba tiempo deseando proponerle matrimonio, aunque no había podido comprarle una sortija de compromiso, decidió hacer la propuesta simbolizando la futura unión obsequiando la que había tomado en aquel accidente, sin pensar en que había que había desencadenado algo más allá de su comprensión, algo que no podía controlar. La sortija de compromiso se convertiría en una maldición que lo perseguiría por siempre, recordándole su pecado una y otra vez.

La muerte de Rachel

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La lluvia caía con violencia sobre la carretera, el viento soplaba con furia y los rayos iluminaban la noche oscura. Rachel, una chica de 19 años, conducía su auto por la solitaria carretera mientras regresaba a casa después de una larga jornada de estudios en la ciudad vecina.

Rachel estaba cansada, pero se sentía tranquila al escuchar la música suave que sonaba en la radio, deseaba llegar lo más pronto posible para ver a su amado Juan, antes de que iniciara su turno de guardia. Sin embargo, de repente, un destello cegador la hizo perder el control del vehículo. El auto derrapó en la carretera mojada y se salió de la vía, dando vueltas de manera descontrolada hasta chocar contra un árbol.

El impacto fue devastador. Rachel quedó inconsciente, atrapada entre los hierros retorcidos del auto. La lluvia continuaba cayendo sobre ella mientras su vida se desvanecía poco a poco.

Horas más tarde, un grupo de rescatistas, entre los que se encontraba Juan, encontró el auto destrozado y a Rachel inconsciente en su interior. Juan apenas vio a Rachel en el auto, visualizo en un dedo de su mano La sortija que le había obsequiado y no pudo evitar recordar la circunstancias en que la había adquirido, palideciendo de miedo y terror. Juan junto al resto del grupo de rescatistas, hicieron todo lo posible por extraer a la mujer que amaba del amasijo de hierro, logrando sacarla con cuidado, pero ya era demasiado tarde. Rachel había fallecido en el accidente.

Juan, se encontraba en shock con todo lo ocurrido y llorando de dolor por la tragedia ocurrida, era incapaz de evitar recordar la mirada y la sonrisa siniestra que se había dibujado en los labios de aquella mujer muerta, a quien él había robado la sortija, aquella que lo había acechado en sus pesadillas, esperando el momento para vengarse.