MOVIE REVIEW: “Zashchitniki | Guardians” (2017)

Synopsis: A secret organization made up of members with superpowers from different Soviet republics must face a dangerous enemy to try to avoid a war, maintaining world order and peace.

It doesn't surprise me that many movies around the world are inspired by American references of the same genre to be made, especially stories that try to create new superheroes. In the case of this example (which is of Russian origin), the plot even tries to create a new team with a narrative involving superpowers through different paths, but ends up rotating and falling in the same place, precisely by simply replicating the already well-known clichés, and forgetting of one's own identity (which exists, but unfortunately is never explored in the way it should have been).

Set during the Cold War period, an entity called Patriot is about to face an enemy with enough skill to bring uncontrollable chaos if he is not stopped. Given this scenario, they create a squad of superheroes made up of four members with specific abilities: a bear-man, a man who knows how to use blades in an extraordinary way (in addition to having super speed), an invisible woman and a man who can control rocks. Together, they need to join forces and prevent the world from being controlled by bad forces.

The essence of the script has a very interesting idea, because it manages to place this team of superheroes in a relatively different context compared to the superheroes that are already known worldwide because of what is done in American cinema. However, this context is never explored to the point of bringing plural elements, diving into a spiral of recycled ideas from so many other movies in the same genre. The entire movie follows a playbook full of clichés and narrative executions that the audience can already recognize with their eyes closed.

Even though in some moments there are lapses of singularity (such as some interesting camera angles that are positively boosted due to the support of the slow motion scenes, which are mostly efficient), the essence of the material is very trivial. Although it had a curious beginning, everything lost momentum as the other ideas surrounding the project began to be developed. Archetypal characters, who despite having a certain amount of charisma, are poorly explored, preventing empathy from being created on the part of the public.

The structure of the events is in no way different from American movies, and the project only manages to find a little uniqueness when it focuses on different action scenes (although there are also some moments inspired by many other similar movies). From capturing the superheroes, designing the enemy, training the team and the imminent danger... Everything is predictable. The exception is the final combat, which despite being very fast, brings a “touch of originality” by placing the squad in a completely different situation when facing the enemy.

In the cast, absolutely no name stands out in terms of performance. Everyone seems to be acting with the strength of a programmed robot, because everything is really quite automatic. Ironically, this doesn't hurt the movie as a whole, because its potential is really limited. Acting together, the performance is better, but even so, the performances are average. However, I need to point out that actress Valeriya Shkirando (who plays a sort of strategic leader of the squad) has a very strong screen presence, even though she only has a few scenes.

Regarding the more technical part, the movie has an interesting atmosphere, but the special effects (which are more reminiscent of the effects of unfinished video games) are precarious. Surprisingly, some action scenes manage to be very creative, and this helps to camouflage the lack of better CGI. The photography brings a brief glimpse of the Cold War (in a superficially scientific context), and the editing of scenes is a mix of hits and misses with good and bad moments. Furthermore, I need to mention the soundtrack, which is punctual, efficient and functional.

Director Sarik Andreasyan does a limited and well-intentioned job, but there is no way to watch Zashchitniki | Guardians and not make comparisons with other movies of the same genre, but even so, I think it is possible to have fun ignoring this fact. There is an effort by Russian cinema to deliver a product with peculiar aspects and even though this objective has not been achieved, it is not the type of material that should simply be ignored, especially because the entertainment is really legitimate, even though it is something steeped in a source which is traditional worldwide.

Sinopsis: Una organización secreta formada por miembros con superpoderes de diferentes repúblicas soviéticas debe enfrentarse a un peligroso enemigo para intentar evitar una guerra, manteniendo el orden mundial y la paz.

No me sorprende que muchas películas en todo el mundo se inspiren en referencias estadounidenses del mismo género a realizar, especialmente historias que intentan crear nuevos superhéroes. En el caso de este ejemplo (que es de origen ruso), la trama incluso intenta crear un nuevo equipo con una narrativa que involucra superpoderes por diferentes caminos, pero termina girando y cayendo en el mismo lugar, precisamente por simplemente replicar clichés bien conocidos y olvido de la propia identidad (que existe, pero lamentablemente nunca se explora como debería).

Ambientada durante el período de la Guerra Fría, una entidad llamada Patriot está a punto de enfrentarse a un enemigo con la habilidad suficiente para provocar un caos incontrolable si no se le detiene. Ante este escenario, crean un escuadrón de superhéroes compuesto por cuatro miembros con habilidades específicas: un hombre-oso, un hombre que sabe utilizar espadas de forma extraordinaria (además de tener supervelocidad), una mujer invisible y un hombre que puede controlar las rocas. Juntos, deben unir fuerzas y evitar que el mundo sea controlado por fuerzas malas.

La esencia del guión tiene una idea muy interesante, porque logra ubicar a este equipo de superhéroes en un contexto relativamente diferente a los superhéroes que ya son mundialmente conocidos por lo que se hace en el cine americano. Sin embargo, este contexto nunca es explorado hasta el punto de traer elementos plurales, sumergiéndose en una espiral de ideas recicladas de tantas otras películas del mismo género. Toda la película sigue un libro de jugadas lleno de clichés y ejecuciones narrativas que el público ya puede reconocer con los ojos cerrados.

Si bien en algunos momentos hay lapsos de singularidad (como algunos ángulos de cámara interesantes que se potencian positivamente gracias al apoyo de las escenas en cámara lenta, que en su mayoría son eficientes), la esencia del material es muy trivial. Aunque tuvo un inicio curioso, todo perdió impulso a medida que se empezaron a desarrollar las demás ideas que rodeaban el proyecto. Personajes arquetípicos, que a pesar de tener cierto carisma, son poco explorados, impidiendo que se genere empatía por parte del público.

La estructura de los acontecimientos no se diferencia en nada de las películas americanas, y el proyecto sólo consigue encontrar un poco de singularidad cuando se centra en diferentes escenas de acción (aunque también hay algunos momentos inspirados en muchas otras películas similares). Desde capturar a los superhéroes, diseñar el enemigo, entrenar al equipo y el peligro inminente… Todo es predecible. La excepción es el combate final, que pese a ser muy rápido, aporta un “toque de originalidad” al colocar al escuadrón en una situación completamente diferente a la hora de enfrentarse al enemigo.

En el reparto, ningún nombre destaca en términos de interpretación. Todo el mundo parece actuar con la fuerza de un robot programado, porque en realidad todo es bastante automático. Irónicamente, esto no perjudica a la película en su conjunto, porque su potencial es realmente limitado. Actuando juntos, el rendimiento es mejor, pero aun así, el rendimiento es mediocre. Sin embargo, debo señalar que la actriz Valeriya Shkirando (que interpreta a una especie de líder estratégica del escuadrón) tiene una presencia en pantalla muy fuerte, aunque solo tiene unas pocas escenas.

En cuanto a la parte más técnica, la película tiene una atmósfera interesante, pero los efectos especiales (que recuerdan más a los efectos de videojuegos inacabados) son precarios. Sorprendentemente, algunas escenas de acción logran ser muy creativas, y esto ayuda a camuflar la falta de un mejor CGI. La fotografía ofrece un breve vistazo a la Guerra Fría (en un contexto superficialmente científico), y la edición de escenas es una mezcla de aciertos y errores con momentos buenos y malos. Además, debo mencionar la banda sonora, que es puntual, eficiente y funcional.

El director Sarik Andreasyan hace un trabajo limitado y bien intencionado, pero no hay forma de ver Guardians y no hacer comparaciones con otras películas del mismo género, pero aun así creo que es posible divertirse ignorando este hecho. Hay un esfuerzo por parte del cine ruso por entregar un producto con aspectos peculiares y aunque este objetivo no se ha logrado, no es el tipo de material que deba simplemente ignorarse, sobre todo porque el entretenimiento es realmente legítimo, aunque sea algo impregnado de una fuente tradicional a nivel mundial.

Sinopse: Uma organização secreta que é formada por membros com superpoderes de diferentes repúblicas soviéticas precisa enfrentar um perigoso inimigo para tentar evitar uma guerra, mantendo a ordem e paz mundial.

Não me surpreende o fato de que muitos filmes ao redor do mundo se inspirem em referências americanas do mesmo gênero para serem feitos, em especial, as estórias que tentam criar novos super-heróis. No caso deste exemplo (que é de origem russa), a trama até tenta criar uma nova equipe com uma narrativa envolvendo superpoderes por caminhos diferentes, mas acaba rodando e caindo no mesmo lugar, justamente por apenas replicar os clichês já tão conhecidos, e esquecer da própria identidade (que até existe, mas infelizmente nunca é explorada da maneira que deveria ter sido).

Ambientado durante o período da Guerra Fria, uma entidade chamada Patriot está prestes a enfrentar um inimigo com habilidade suficiente para trazer um caos incontrolável caso ele não seja impedido. Diante desse cenário, eles criam o esquadrão de super-heróis formados por quatro integrantes com habilidades específicas: um homem-urso, um homem que sabe usar lâminas de maneira extraordinária (além de ter a super velocidade), uma mulher invisível e um homem que consegue controlar pedras. Juntos, eles precisam unir forças e evitar que o mundo seja controlado por forças ruins.

A essência do roteiro tem uma ideia bem interessante, porque consegue colocar esta equipe de super-heróis em um contexto relativamente distinto em comparação aos super-heróis que já são mundialmente conhecidos por causa do que é feito pelo cinema americano. No entanto, esse contexto nunca é explorado a ponto de trazer elementos plurais, mergulhando em um espiral de ideias recicladas de tantos outros filmes do mesmo gênero. O filme inteiro segue uma cartilha entupida de clichês e de execuções narrativas que o público já consegue reconhecer de olhos de bem fechados.

Mesmo que em alguns momentos hajam lapsos de singularidade (como alguns ângulos de câmeras interessantes que são impulsionados positivamente por causa do suporte das cenas em slow motion, que são eficientes em sua maioria), a essência do material é muito trivial. Embora tenha um início curioso, tudo vai perdendo à força a medida em que as outras ideias que orbitam o projeto começam a ser desenvolvidas. Personagens arquétipos e, que apesar de tem uma certa quantidade de carisma, são pobremente explorados, impedido que seja criada uma empatia por parte do público.

A estrutura dos acontecimentos não se diferencia em nada dos filmes americanos, e o projeto só consegue encontrar um pouco de singularidade quando aposta em cenas de ação diferenciadas (embora também hajam alguns momentos inspirados em tantos outros filmes iguais). Desde a captação dos super-heróis, a concepção do inimigo, o treinamento da equipe e o perigo iminente... Tudo é previsível. A exceção fica por conta do combate final, que apesar de ser muito rápido, traz um “toque originalidade” ao colocar o esquadrão em uma situação completamente ao enfrentar o inimigo.

No elenco, absolutamente nenhum nome se destaca em termos de atuação. Todo mundo parece estar atuando com a força de um robô programado, porque tudo é realmente bem automático. Ironicamente, isso não prejudica o filme como um todo, porque o potencial do mesmo é realmente limitado. Atuando juntos, o desempenho é melhor, mas mesmo assim, as atuações são medianas. No entanto, eu preciso ressaltar que a atriz Valeriya Shkirando (que interpreta uma espécie de líder estrategista do esquadrão) tem uma presença de tela bastante forte, mesmo tendo poucas cenas.

Em relação a parte mais técnica, o filme tem uma atmosfera interessante, mas os efeitos especiais (que mais lembram os efeitos de jogos de vídeo games ainda não finalizados) são precários. Supreendentemente, algumas cenas de ação conseguem ser muito criativas, e isso ajuda a camuflar a falta de um CGI melhor. A fotografia traz um breve deslumbre da Guerra Fria (em um contexto superficialmente científico), e a edição de cenas é uma mistura de acertos e erros com momentos bons e ruins. Além disso, eu preciso fazer uma menção a trilha sonora, que é pontual, eficiente e funcional.

O diretor Sarik Andreasyan até faz um trabalho limitado e bem intencionado, mas não há como assistir Os Guardiões e não fazer comparações com outros filmes do mesmo gênero, mas mesmo assim, eu acho que é possível se divertir ignorando este fato. Há um esforço do cinema russo em entregar um produto com aspectos peculiares e ainda que este objetivo não tenha sido atingido, não é o tipo de material que deveria ser simplesmente ignorado, até porque o entretenimento é realmente legítimo, mesmo sendo algo mergulhado em uma fonte que é mundialmente tradicional.