[ESP-ENG] EL SONIDO DE LOS ANSIOSOS
Foto de Benjamin Rascoe en Unsplash
Poned atención: un corazón solitario no es un corazón.
— Antonio Machado
E S P A Ñ O L
EL SONIDO DE LOS ANSIOSOS
Tic, tac, tic, tac… suena una y otra vez como una canción.
Termina y vuelve, repetitivamente sin control. Los espacios empujan hacia adentro el sonido, convirtiéndolo en un eco que va rimbombante en la habitación. Salta por las paredes hasta llegar a mis oídos; una sinfonía de culpa destella en mi cabeza.
El silencio no reina, tampoco la cordura; todos somos golpeados por el intenso retumbar, y luego están los muros viejos que se despegan de la pintura; ominosos y degradados, mueren por el descuido intrínseco que ha heredado el espacio.
Luego están los recuerdos, las peleas y pensamientos en voz alta, que se la pasan caminando de un lado a otro con pasos disonantes al son del cantar del reloj.
Tic, tac, otra vez. Tic, tac, más adelante. Y Tic, tac después de eso, siempre en secuencia, mismo sonido y melodía, conjunto de placeres sónicos, equilibrados y ecuánimes, que vibran en concordancia con la dimensión; ayudando a trazar el contraste de la tristeza con la alegría.
Mi cuerpo es como un trapo en el sillón; inerte como un cadáver, y tan frágil, que hasta la cosa más insignificante podría derrotarlo. Los poros gritan, se retuercen a través de los capilares. Las fibras se destrozan; en un universo microscópico causarían un sonido estridente, pero más agradable que el del reloj.
El piso está frío, los destellos no logran calentarlo. No entra siquiera la brisa matinal, ni los canticos de aves aventureras. No hay personas, solo hojas cayendo en el exterior, y yo observando fijamente a través de la ventana el ojo de un árbol, el cual parece que cayó bajo un hechizo. Ha sido condenando a vivir por siempre en su forma actual, hasta que las decisiones de las eras lo condenen a morir.
Sin nada, sin historia, como los insectos que nadie observa; ninguno torturado por el Tic, tac. Y que ni vaya por los sosegados, pues no les deseo este mal; a esta criatura intangible que lastima, que rompe las cosas desde la sonoridad, que deslumbra ser inocente, pero es un diablillo infame. Todo por el dolor, el placer de la ruina de la fe, el cataclismo de la esperanza, el auge de la nostalgia y la formalidad del reino de lo álgido.
Eso me trae ese sonido. Eso simplemente interrumpe mi concentración, destruye la honradez que tengo con el tiempo, solo soy un bicho a un lado del espacio, golpeado fuertemente por la Tic, tac del día. Por supuesto, no es suficiente para matarme, sus asares no detienen la vibra de mi espíritu, sin embargo, no deja de ser un impertinente mortífero que rasguña los tímpanos.
Tic, tac, sigue la canción. Tic, tac, parece transformarse, pero es absurdo. Tic, tac, es infinito, nunca acabará.
Soy una maquina biológica e inconsciente, que solo está pendiente de lo que percibe. Un monomaniaco sin control, dirigido únicamente por la actividad de las cosas. Me quedaré quieto esperando a que alguien; convocado por la irregularidad de mi silencio, me libere del embrujo del Tic, tac.
FIN
Pay attention: a lonely heart is not a heart.
— Antonio Machado
E N G L I S H
THE SOUND OF THE ANXIOUS
Tic, tac, tic, tac... sounds over and over like a song.
It ends and returns, repetitively without control. The spaces push the sound inward, turning it into an echo that goes rumbly in the room. It skips along the walls until it reaches my ears; a symphony of guilt flashes in my head.
Silence does not reign, neither does sanity; we are all struck by the intense rumbling, and then there are the old walls peeling off the paint; ominous and degraded, they die from the intrinsic neglect the space has inherited.
Then there are the memories, the quarrels and thoughts aloud, which are spent walking back and forth with dissonant steps to the sound of the singing of the clock.
Tic, tac, again. Tic, tac, further on. And Tic, tac after that, always in sequence, same sound and melody, set of sonic pleasures, balanced and equanimous, vibrating in concordance with the dimension; helping to trace the contrast of sadness with joy.
My body is like a rag on the couch; inert as a corpse, and so fragile, that even the most insignificant thing could defeat it. The pores scream, writhe through the capillaries. Fibers shred; in a microscopic universe they would cause a shrill sound, but more pleasant than that of the clock.
The floor is cold, the flashes fail to warm it. Not even the morning breeze enters, nor the songs of adventurous birds. There are no people, only leaves falling outside, and me staring through the window at the eye of a tree, which seems to have fallen under a spell. It has been condemned to live forever in its present form, until the decisions of the ages condemn it to die.
With nothing, with no history, like insects that no one observes; none tortured by the Tic, tac. And let it not even go for the calm ones, for I do not wish them this evil; to this intangible creature that hurts, that breaks things from the sonority, that dazzles to be innocent, but is an infamous little devil. All for the pain, the pleasure of the ruin of faith, the cataclysm of hope, the boom of nostalgia and the formality of the kingdom of the algid.
That brings me that sound. That just disrupts my concentration, destroys what honesty I have with time, I'm just a bug on the side of space, hit hard by the Tic, tac of the day. Of course, it's not enough to kill me, its roars don't stop the vibe of my spirit, yet it's still a deadly impertinent eardrum-scratcher.
Tic, tac, the song goes on. Tic, tac, it seems to transform, but it's absurd. Tic, tac, it's infinite, it will never end.
I am a biological and unconscious machine, that is only aware of what it perceives. An uncontrolled monomaniac, driven only by the activity of things. I will remain still waiting for someone; summoned by the irregularity of my silence, to free me from the spell of the Tic, tac.
THE END
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Saludos @universoperdido
Esta historia me resulta de un talante similar a la prosa de Poe, un carácter taciturno que se desliza en pasadizos de preguntas y al final despunta una inquietud de esperanza.
¡Muchas gracias por el apoyo, amigos!
Excelente tu publicación @universoperdido
Gracias, amigo.
Hola @universoperdido ... Un gusto leerte de nuevo. Guao... increíble relato; la aturdida interacción con la ansiedad transformada en sonido, sin reparos, retumbando en cada interludio de un tic, tac... la manera como va, sutilmente, pasando de una desesperada descripción a una reflexión resignada, y esa manera tan poderosa de tu prosa, me dejan sin palabras para definir con precisión el impacto de leerte.
Vaya mi admiración y agradecimiento por compartir un trozo de tu universo. Saludos de corazón 💙🙏🏽
Halagado por tu detallado comentario, amigo. He intentado concluir todos esos elementos, me alegra que hayas concluido cada uno de ellos. Gracias por leerme y feliz que te haya gustado. Saludos de vuelta.
Concuerdo con lo resaltado en los anteriores comentarios: se puede sentir a Poe en esta historia, como si el velo de su prosa cubriera cada párrafo. Excelente relato, @universoperdido.
P. D. Me tienes en ascuas con la historia del Purificador. Espero leer pronto la continuación.
Oh sí, a veces se me sale lo Poe cuando escribo, es inevitable ya que es mi autor preferido ja ja.
Con respecto al Purificador, no he terminado esa historia, la tengo en un break por el momento, mientras se me ocurren otras cosas que agregarle. Gracias por leerme, amigo.