[ESP - ENG] El Gran Tesoro

Foto de Mathias Reding en Unsplash

El hombre es un lobo para el hombre.

— Thomas Hobbes


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En la cúspide de una montaña solitaria, refugiados en una cueva y alumbrados por solo una fogata, cuatro aventureros se hallaban conversado entre sí. Era la primera vez que se hablaban durante el viaje, dieron a conocer sus historias y el por qué estaban allí.

—Mi nombre es Guillermo, —habló el primero, presentándose ante todos. Era el más anciano del grupo, con el rostro acribillado por líneas de expresiones, la cabeza casi calva con poco cabello canoso, y usaba ropa desgastada como la de un vagabundo—. Fui capitán de un barco hace mucho tiempo, ya estoy retirado. No tengo mujer ni hijos, y nunca había subido una montaña a tan altas horas de la noche con un grupo de desconocidos.

Todos miraron a Guillermo sin una pizca de expresividad—. También hago un pescado exquisito para el que quiera probar si es que salimos de esta—. Los demás se encogieron de hombros al escuchar esa realidad.

—¡Bueno, ahora me presentaré yo! —Se alzó un hombre de mediana edad, por como estaba vestido, todos creyeron que se trataba de un tipo de detective o algo similar. Llevaba una gabardina larga color beige, pantalones más negros que la oscuridad que los rodeaba, un sombrero enorme y redondo y un cigarrillo en su boca.

—Me llamo Sebastián y soy contador, —todos se sorprendieron al escuchar la profesión del sujeto—. Vivo con mi esposa en Magdalena, nos mudamos de Boston hace poco y nos gusta mucho este lugar. Tengo un hijo de veinte años llamado Erasmus, el cual está estudiando medicina en la Universidad de Priscilla. Decidí unirme a esta búsqueda porque me enteré del gran tesoro, con el cual pienso pagar la colegiatura de mi hijo y comprarle una mejor casa a mi mujer.

Todos sonrieron ante tal sueño, pero de súbito, sus sonrisas se apagaron ya que cada quien buscaba lo mismo, y solo uno podía obtener el tesoro.

—También deseamos presentarnos, —dijo un hombre junto a una mujer, los cuales todos se dieron cuenta de que eran pareja. Estaban muy pegados, sujetándose de las manos, se miraban a los ojos románticamente y luego sonreían para ponerle atención a los demás—. Yo soy Esteban y ella es mi novia Margarita, llevamos casi un año siendo novios y queremos dar el siguiente paso, pero sabemos que la boda será muy costosa por lo que hemos decidido arriesgar nuestras vidas juntos para encontrar el gran tesoro y cubrir todos los gastos.

—A todo esto, —manifestó Margarita con mucha duda—, ¿saben de qué se trata el gran tesoro o si alguien lo ha visto antes?

Guillermo y Sebastián miraron a la pareja como dos bichos raros.

—Oh, nadie lo sabe señorita —Dijo el viejo Guillermo— Dicen que es un rubí enorme con forma de daga gruesa, el cual despide una energía vaporosa que se arremolina alrededor de la gema. Los animales salvajes son controlados por ella, y no solo ellos, también otro tipo de criaturas.

—¡Ya basta, anciano! —reprendió Sebastián al anciano—, vas a asustar a la pobre chica. Yo escuché que se trataba de un cofre protegido por los animales silvestres de la montaña. Ellos harán lo que sea para impedir que tomemos el tesoro, pero, si lo hacemos, nos dejarán en paz.

Esteban y Margarita se miraron a los ojos un poco asustados, luego se abrazaron intensamente.

—Tranquilos, son solo rumores, verán que al día siguiente bajaremos de esta montaña con cosas invaluables en nuestras manos—. Aseveró Guillermo con un tono de confianza.

Sebastián dudaba de eso, ya que nadie había vuelto de la búsqueda del tesoro; todos estaban desaparecidos y lo poco que se sabía eran relatos inconclusos.

Finalmente se fueron a dormir, y durante la noche se escuchó un aullido que solo despertó a Sebastián. Al echar un vistazo, se dio cuenta que Guillermo no estaba. Pensó que había salido a orinar y, para cerciorarse, tomó su linterna y salió de la cueva.

Vislumbró sobre el suelo un rastro oscuro y líquido que se dirigía al borde y, fue allí que encontró el cuerpo desgarrado del viejo Guillermo. Sebastián intentó no gritar y volvió inmediatamente a la cueva para despertar a los otros dos aventureros.

—¡Muchachos, despierten, debemos irnos de aquí—

—¿Por qué? ¿Qué pasa? —Preguntó Margarita.

—¡Encontré el cadáver de…! ¡Tenemos que irnos, no estamos seguros aquí!

Asustados, la pareja se levantó inmediatamente y recogió sus cosas. Corrieron montaña abajo alumbrando el camino con sus linternas y luego se detuvieron al ver una sombra que pasó muy rápido frente a ellos.

—¿Qué fue eso? —Inquirió Esteban.

—¡No lo sé, pero no debemos quedarnos! ¡Sigan corriendo!

Dieron pasos agigantados con riesgo a resbalarse o tropezarse con alguna piedra.

—¡Margarita! —Gritó Esteban.

—¿Qué ocurre?

—¡Algo se llevó a Margarita, debemos volver por ella! —Exclamó Esteban antes de que un brazo enorme y oscuro se lo llevara.

Sebastián quedó petrificado por un momento, luego reaccionó y siguió corriendo. La ansiedad por escapar hizo que se tropezara con una enorme roca que lo hizo rodar por el sendero pedregoso. Se torció el tobillo y se fracturó algunas costillas.

Pidió ayuda gritando con voz desgarradora hasta que calló; era obvio que nadie vendría ayudarlo. De repente, frente a él, se manifestó un resplandor rojo emanado por un cristal; el cual se hallaba en el pecho de una criatura que Guillermo no pudo identificar. Las historias eran ciertas, pero los aventureros ya no podrán contarlas.

FIN

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Man is a wolf to man.

— Thomas Hobbes


At the top of a lonely mountain, sheltered in a cave and lit only by a campfire, four adventurers were talking to each other. It was the first time they had spoken to each other during the trip, they told their stories and why they were there.

-My name is Guillermo," spoke the first one, introducing himself to everyone. He was the oldest of the group, his face riddled with lines of expressions, his head almost bald with little gray hair, and he wore clothes worn like a tramp's. "I was a ship's captain a long time ago, I am now retired. I have no wife or children, and I have never climbed a mountain so late at night with a group of strangers.

They all looked at Guillermo without a hint of expression. I also make a delicious fish for anyone who wants to try it if we get out of this. The others shrugged their shoulders when they heard that fact.

-Well, now I'll introduce myself! A middle-aged man stood up, and from the way he was dressed, everyone thought he was some kind of detective or something similar. He was wearing a long beige trench coat, pants blacker than the darkness around them, a huge round hat and a cigarette in his mouth.

-My name is Sebastian and I am an accountant," everyone was surprised to hear the man's profession. I live with my wife in Magdalena, we moved from Boston recently and we like it here very much. I have a twenty year old son named Erasmus, who is studying medicine at Priscilla University. I decided to join this search because I heard about the great treasure, with which I plan to pay my son's tuition and buy a better house for my wife.

Everyone smiled at such a dream, but suddenly, their smiles faded because everyone was looking for the same thing, and only one could get the treasure.

-We also wish to introduce ourselves," said a man and a woman, who all realized that they were a couple. They were very close, holding hands, looking each other romantically in the eyes and then smiling to pay attention to the others. I am Esteban and this is my girlfriend Margarita, we have been dating for almost a year and we want to take the next step, but we know that the wedding will be very expensive so we have decided to risk our lives together to find the great treasure and cover all the expenses.

-Do you know what the great treasure is about or if anyone has ever seen it before?

Guillermo and Sebastián looked at the couple like two weirdos.

-They say it is a huge ruby in the shape of a thick dagger, which gives off a vaporous energy that swirls around the gem. Wild animals are controlled by it, and not only them, but also other creatures.

-That's enough, old man! -Sebastian scolded the old man, "you're going to scare the poor girl. I heard that it was a chest protected by the wild animals of the mountain. They will do anything to prevent us from taking the treasure, but if we do, they will leave us alone.

Esteban and Margarita looked into each other's eyes a little frightened, then hugged each other intensely.

-Calm down, they are only rumors, you will see that the next day we will come down from this mountain with priceless things in our hands". Guillermo said with a confident tone.

Sebastian doubted that, since no one had returned from the treasure hunt; everyone was missing and what little was known were inconclusive stories.

Finally they went to sleep, and during the night a howl was heard that only woke Sebastian. When he looked around, he realized that Guillermo was not there. He thought he had gone out to urinate and, to make sure, he took his flashlight and went out of the cave.

He glimpsed a dark, liquid trail on the floor leading to the edge, and it was there that he found the torn body of old Guillermo. Sebastian tried not to scream and immediately returned to the cave to wake the other two adventurers.

-Guys, wake up, we have to get out of here!

-Why? What is it? -Margarita asked.

-I found the corpse of...! We have to go, it's not safe here!

Frightened, the couple got up immediately and gathered their things. They ran down the mountain, lighting the path with their flashlights, and then stopped when they saw a shadow passing very fast in front of them.

-What was that? -asked Esteban.

-I don't know, but we mustn't linger! Keep running!

They took giant steps at the risk of slipping or tripping over a stone.

-Margarita! -Esteban shouted.

-What's the matter?

-Something has taken Margarita, we must go back for her! -Esteban exclaimed before a huge, dark arm took him away.

Sebastian was petrified for a moment, then he reacted and kept running. The anxiety to escape caused him to trip over a huge rock that sent him rolling down the rocky path. He twisted his ankle and fractured some ribs.

He cried for help, screaming in a heart-rending voice until he fell silent; it was obvious that no one would come to help him. Suddenly, in front of him, a red glow emanated from a crystal; it was in the chest of a creature that Guillermo could not identify. The stories were true, but the adventurers would no longer be able to tell them.

THE END

Texto traducido con Deepl | Text translated with Deepl



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