Bajo la Capa de Greldar || [esp-eng]


VERSIÓN EN ESPAÑOL


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Durante más de 500 años, los elfos mantuvieron una guerra constante entre ellos que los mermó como civilización imperante. Conocida como la guerra de los alquimistas, fue un periodo bélico que traspasó dos generaciones, quedando desgastados y devastados. Al culminar la nefasta guerra, la mayor parte de los pueblos elficos abandonaron lo que había quedado de sus ciudades principales y se expandieron por todo Rel-Carelier, en busca de terrenos baldíos en donde poder asentarse y emerger nuevamente como sociedad.

Muchos cruzaron el mar de Tazón y se establecieron en las colinas Rial, otros se adentraron en los espesos bosques vírgenes del Fiol, cruzaron el rio padre y formaron ciudades en las montañas rocosas que denominaron como Golder, otros se quedaron en sus ciudades antiguas intentando reconstruirlas y unos pocos fueron hacia el este y se establecieron en antiguas ruinas que en el pasado pertenecían a ciudades del imperio Itir. Los elfos mantuvieron siempre distancia de las demás razas mientras se expandían por el continente. Evitaban a toda costa una nueva guerra, buscaban su resurgimiento mágico como individuos, la canalización espiritual y el desarrollo de su raza.

La ciudad de Ielamar, la menos conocida de los pueblos del este, fue la última que se formó tras aquella disgregación elfica y la que menos pudo desarrollarse debido a la persecución constante de los humanos hacia ellos. Se dice que fueron perseguidos cuando los antiguos colonos emigraron hacia el este y empezaron a asentarse en el valle. Siempre huyendo y alejándose de ellos, lograron llegar a las tierras desoladas y baldías en donde se encontraban las ruinas del antiguo imperio Itir. Lograron asentarse y tuvieron un periodo de tranquilidad que les permitió establecerse y formar comunidades, hasta que finalmente fueron descubiertos nuevamente por los humanos.

fantasy-4388628_1920.jpgPixabay by Willgard

Muy cerca de la ciudad del este, se estableció una pequeña aldea que le proveía recursos a Ielamar. Era una aldea formada mayoritariamente por campesinos que labraban día y noche la tierra y herreros altamente capacitados en la forja. Vivian en una comunidad armoniosa donde cada uno de sus integrantes cumplía una función específica, manteniendo una simbiosis entre ellos y un intercambio material y espiritual con Ielamar.

Una tarde, cuando los rayos del sol se hacían cada vez más débiles, pasó lo que nunca debió pasar en la aldea. Una multitud de hordas bárbaras llegaron y arrasaron con todos los cultivos, incendiaron las cabañas, destruyeron su pequeño santuario de oración y se robaron todo lo que consiguieron de valor, mataron a elfos niños y a las elfas le destrozaron el vientre. Durante esta matanza de los hombres, ningún elfo sobrevivió, a excepción de uno.

Greldar era un joven campesino, hijo de uno de los herreros del pueblo, que observó toda aquella masacre. A penas tenía la madurez suficiente como para dejar de inventar juegos que todo joven de su edad hacía para distraerse. Estaba debajo de los cadáveres cuando percibió el silencio; un silencio que apenas era interrumpido por el chisporroteo de las llamas a lo lejos. Apartó de encima de él, los cuerpos de sus hermanos. Había nubes de humos que vagaban libremente por el ambiente, muy cerca del suelo. Como pudo se levantó y no podía ver más allá de media docena de pasos de donde estaba, le escocían los ojos por el vapor humeante que imperaba. Caminó por encima de la masa de cuerpos intentando divisar algún vestigio de vida, pero no logró percibir más que el olor a carne quemada y a hierro fundido. Su joven mente intentaba comprender realmente lo que veía, pero la magnitud de la escena nublaba por completo sus pensamientos.

imagen.pngPixabay by ELG21

De repente, una leve brisa dispersó la neblina y pudo observar a cinco personas desconocidas, pero que aparentaban ser de su especie. Eran de un color oscuro muy intenso, como el de una noche sin luna. Estaban sentadas alrededor de un fuego verde muy brillante. Llevaban unas capas negras muy parecidas a la de los sacerdotes Rulfo, y de sus manos, un resplandor verdoso salía e imitaba el movimiento sinuoso de sus extremidades.

Uno de ellos estaba sentado encima de un cadáver. Greldar reconoció que era el cuerpo sin vida de su padre, por el color naranja de su vestimenta. Un frío recorrió su cuerpo, sintió mareos e intentó esconderse detrás de un tronco chamuscado, pero tropezó con uno de los cadáveres y cayó al suelo, trayéndose consigo aquel tronco. Ya no había nada que podía interponerse entre aquellos sujetos y Greldar.

Uno de ellos, dio una voltereta con la agilidad de un pájaro en el aire y se puso de pie. Tenía una expresión de concentración, intentando divisar lo que había sucedido. Al cruzar la vista con Greldar, su cuerpo se relajó. Lo verde de sus manos se hizo menos intenso y una leve sonrisa salió de su afilado rostro.

Ladeó ligeramente su cabeza intentando detallar aún más a Greldar —Vaya, al parecer una palomita ha quedado con vida —lo dijo en un tono que denotaba una falsa compasión—.

Greldar pudo sentir como si dos manos atravesaban su pecho, comprimiéndole sin cesar su corazón. Sus piernas se tornaron tan pesadas que ni siquiera podía moverlas. Su mirada, quedó clavada en los ojos de aquel desconocido incapaz de poder apartar su vista. Creo, que esa fue la primera vez en la que Greldar pudo sentir lo que es el miedo verdadero.

Con pasos sigilosos, aquel ser, se dirigió hacia donde Greldar estaba, se agachó quedando su vista solo un poco más alta que la del joven elfo, y en un tono inexpresivo le pregunto:

—¿Cuál es tu nombre niño? —Greldar aún estaba paralizado del miedo y no pudo articular ni una sola palabra— ¿Sabes dónde está tu familia? —El silencio aún se mantenía en aquel joven—.

—Lo que vayas hacer hazlo de una vez Eldair y larguémonos de aquí. —Se escuchó decir a uno de los individuos que estaban sentados cerca de las llamas—.

—No seré yo el culpable de tu muerte hoy, chiquillo. Al menos lo dejaré en manos de la suerte, o de tu Dios.

En el momento en que una de las manos de Eldair aumentaba lo verde de su resplandor, Greldar pudo sentir una fuerte radiación incesante que penetraba toda su piel, intentando derretirla. Haces de luz, salieron disparados hacia arriba desde las manos de Eldair, cayendo posteriormente al suelo y clavándose como cuchillos afilados de acero raftan. Uno de ellos pasó silbando el rostro de Greldar muy cerca de su cabeza. Sintió un calor intenso en su cara como la más caliente de las fraguas de su padre. Gotas de sangre bajaban por su mejilla izquierda. Segundos después pudo mirar cómo su oreja se deslizaba, desprendiéndose de su posición original y cayendo lentamente al suelo, dejando un corte perfecto y liso.

—Al parecer te han perdonado la vida chiquillo —Pronunció Eldair—. La próxima vez no dejaré que tu Dios intervenga.

Eldair se puso de pie y se dirigió hacia el fuego en donde estaban los demás. Se cubrieron con su capucha y un fuerte viento se arremolino alrededor de ellos, y así, desaparecieron.

Al poco tiempo Greldar abrió los ojos y se puso de pie. Su mente había entrado en letargo temporal que lo dejó desmayado ante aquello sucedido. Los mechones largos y blancos de su cabello se amalgamaron con la sangre que bajaba del costado izquierdo de su cabeza, pegándose a su rostro. Caminó hacia donde estaba su padre y se acostó junto a él. La noche ya estaba en pleno auge cuando la lluvia lo despertó. El agua empezó a ablandar la tierra debajo de él y cuando la lluvia ceso, agarró un trozo de madera y empezó a cavar. Cavó sin parar, cavó hasta que sus brazos se entumecieron, hasta que sus manos le salieron ampollas, cavó hasta que sus lágrimas dejaron de salir. Cogió el cuerpo de su padre y lo dispuso en el hoyo. Una vez tapado se colocó encima de la tumba y se durmió hasta que el cantar de los pájaros trajeron el alba.

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Continuará...




ENGLISH VERSION


6.pngPixabay by Dieterich01


For more than 500 years, the elves maintained a constant war among themselves that eroded them as a prevailing civilization. Known as the war of the alchemists, it was a period of warfare that spanned two generations, leaving them worn out and devastated. At the end of the ill-fated war, most of the elven peoples abandoned what was left of their main cities and spread throughout Rel-Carelier, in search of wastelands where they could settle and re-emerge as a society.

Many crossed the sea of Tazon and settled in the Rial hills, others went into the thick virgin forests of Fiol, crossed the parent river and formed cities in the rocky mountains they called Golder, others stayed in their old cities trying to rebuild them and a few went eastward and settled in ancient ruins that in the past belonged to cities of the Itir empire. The elves always kept their distance from the other races as they expanded across the continent. They avoided a new war at all costs, they sought their magical resurgence as individuals, spiritual channeling and the development of their race.

The city of Ielamar, the least known of the eastern peoples, was the last to form after that elven disintegration and the least able to develop due to the constant persecution of humans towards them. It is said that they were persecuted when the ancient settlers migrated eastward and began to settle in the valley. Always fleeing and moving away from them, they managed to reach the desolate and barren lands where the ruins of the ancient Itir empire were located. They managed to settle and had a period of tranquility that allowed them to establish themselves and form communities, until they were finally discovered again by humans.

fantasy-4388628_1920.jpgPixabay by Willgard

Very close to the eastern city, a small village was established that provided resources to Ielamar. It was a village made up mostly of peasants who tilled the land day and night and blacksmiths highly skilled in forging. They lived in a harmonious community where each of its members fulfilled a specific function, maintaining a symbiosis between them and a material and spiritual exchange with Ielamar.

One afternoon, when the sun's rays were getting weaker and weaker, what should never have happened in the village happened. A multitude of barbarian hordes came and ravaged all the crops, burned down the huts, destroyed their small prayer shrine and stole everything they got of value, killed elven children and ripped the wombs of the elves. During this slaughter of men, no elves survived, except for one.

Greldar was a young peasant, son of one of the village blacksmiths, who observed the massacre. He was barely mature enough to stop inventing games that every young man of his age played to distract himself. He was under the corpses when he perceived the silence; a silence that was barely interrupted by the crackling of the flames in the distance. He moved the bodies of his brothers away from above him. There were clouds of smoke wandering freely in the atmosphere, very close to the ground. As best he could he got up and could see no further than half a dozen paces from where he stood, his eyes stinging from the smoky vapor that prevailed. He walked over the mass of bodies trying to make out some vestige of life, but could not make out more than the smell of burning flesh and molten iron. His young mind tried to truly comprehend what he was seeing, but the magnitude of the scene completely clouded his thoughts.

imagen.pngPixabay by ELG21

Suddenly, a light breeze dispersed the mist and he could see five unknown people, but who appeared to be of his species. They were of a very intense dark color, like that of a moonless night. They were sitting around a very bright green fire. They wore black cloaks very similar to that of the Rulfo priests, and from their hands, a greenish glow came out and imitated the sinuous movement of their limbs.

One of them was sitting on top of a corpse. Greldar recognized it as the lifeless body of his father, by the orange color of his clothing. A chill ran through his body, he felt dizzy and tried to hide behind a charred log, but he tripped over one of the corpses and fell to the ground, taking the log with him. There was nothing that could stand between those guys and Greldar.

One of them somersaulted with the agility of a bird in the air and stood up. He had an expression of concentration, trying to make out what had happened. As he crossed eyes with Greldar, his body relaxed. The green of his hands became less intense and a slight smile came from his sharp face.

He tilted his head slightly, trying to detail Greldar even more —Wow, apparently a little dove has been left alive, —he said it in a tone that denoted false compassion.

Greldar could feel as if two hands were going through his chest, relentlessly compressing his heart. His legs became so heavy that he could not even move them. His gaze remained fixed on the eyes of that stranger, unable to look away. I think that was the first time Greldar could feel what real fear is.

With stealthy steps, that being walked towards where Greldar was, he crouched down, his eyes only a little higher than the young elf's, and in an inexpressive tone he asked him:

—What is your name, child? —Greldar was still paralyzed with fear and could not articulate a single word— Do you know where your family is? —The silence still lingered in that young man—.

—Whatever you're going to do, do it at once, Eldair, and let's get out of here, —one of the people sitting near the flames was heard to say—.

—I won't be the one to blame for your death today, kiddo. At least I'll leave it in the hands of luck, or your God.

At the moment when one of Eldair's hands increased the greenness of its glow, Greldar could feel a strong incessant radiation penetrating all his skin, trying to melt it. Beams of light, shot upward from Eldair's hands, subsequently falling to the ground and sticking like sharp knives of raftan steel. One of them whistled past Greldar's face very close to his head. He felt an intense heat on his face like the hottest of his father's forges. Drops of blood trickled down his left cheek. Seconds later he could watch as his ear slipped off, detaching from its original position and slowly falling to the ground, leaving a perfect, smooth cut.

—It seems your life has been spared, little boy —Eldair said—. Next time I won't let your God intervene.

Eldair stood up and walked to the fire where the others were. They covered themselves with their hoods and a strong wind swirled around them, and so, they disappeared.

Before long Greldar opened his eyes and stood up. His mind had gone into a temporary lethargy that left him faint at what had happened. The long, white locks of his hair amalgamated with the blood that ran down the left side of his head, sticking to his face. He walked over to where his father was and lay down next to him. The night was already in full swing when the rain woke him up. The water began to soften the earth beneath him and when the rain stopped, he grabbed a piece of wood and began to dig. He dug endlessly, he dug until his arms went numb, until his hands blistered, he dug until his tears stopped coming. He picked up his father's body and laid it out in the hole. Once it was covered he laid it on top of the grave and slept until the birds sang and the dawn came.

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To be continued...




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Gracias @universodaniel totalmente quiero saber que pasa con Greldar...
Oye vale pero los bárbaros siempre rompiendo la paz existente,
Que cosas...espero pronto leer la continuación de tan interesante relato...
Gracias por compartir, un abrazo 🤗

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Hola @albanyescribe si vale los bárbaros siempre con la maldad y la devastación que los caracteriza, interfiriendo en la paz de aquella gente. Pronto saldrá la continuación.. Saludos para ti. 👍

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¡Esto es interesante Me encanta la fantasía. Me has enganchado desde el principio porque tenía curiosidad por saber quién es Greldar, pero no puedo esperar a ver cómo sobrevivirá Greldar sin su pueblo. Muy bien hecho, amigo mío. ¡Gracias por compartirlo

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El joven Greldar está pasando por una parte crucial en su corta vida,jamás se imaginó la devastación de su gente. Que bueno que te haya gustado está primera parte, próximamente estaré subiendo la continuación de esta maravillosa aventura. Pendiente jaja saludos para ti @esther-emmanuel. Un gran abrazo.

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¿Dani, cómo estás?

Que broma con los bárbaros acaban con todo, siempre irrumpen y acaban con la calma, paz y tranquilidad de todos. Esto nos habla de que en esa comarca el autocontrol de las emociones y miedos está presente.

Espero la continuación y se vislumbre el mensaje que entre pinzas puedo sacar de este relato de esperanza y amor por la vida, por nosotros mismos y hacia el prójimo.

Greldar tengo la certeza que sobrevivirá porque le da La importancia del afecto y el apoyo de la amistad con la gente de su pueblo.

Gracias por compartir amigo @universodaniel

Que tengamos el mejor miércoles posible.

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Hola @janitzearratia espero que estés excelente. Fue un golpe muy fuerte lo que pasó con Greldar, siendo tan pequeño tiene ahora que enfrentarse al mundo sin su padre ni su familia. Esperemos que le depara el destino a Greldar. Éxitos siempre para ti mi estimada amiga.. Un abrazo.

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¡Vaya! que hermosa historia ❤️

He escuchado muchas historias sobre duendes y sin duda esta es una gran pieza sobre duendes, una que viviría para recordar.

Pero, ¿qué sería de Grelder ahora, seguirían yendo tras él?

Duele enterrar a un padre cuando aún eras joven y ya ni siquiera disfrutabas de sus estancias contigo.

Pienso más en lo que sería de Grelder ahora que la gente de su clan ya no está viva, si se fuera a otra parte y comenzara a ganarse la vida.

esperando pacientemente la siguiente parte de la historia.

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Hola @repayme4568 no debió ser nada fácil ver a su padre muerto y a toda la gente de su aldea y de paso encontrarse con esos seres que parecen ser de otro mundo. Sin duda el joven Greldar está pasando por una etapa en la que tendrá que adaptarse y sacar lo mejor de su siquiera sobrevivir en ese mundo. Pendiente con las próximas publicaciones hermano. Exitos para ti.. Saludos.

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de nada 🥰

fue una gran pieza.

esperando la siguiente etapa

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Hola @universodaniel me ha gustado la historia, es una lástima que hayan destruido el hogar de Greldar, él no se si fue suerte la que tuvo al quedar vivo, ahora está solo, sin saber que hacer.

Ahora una vez más se ha salvado, aunque sin una de sus orejas. Seguro que todo lo vivido le dará el coraje para seguir adelante y honrar la memoria de sus seres queridos.

Saludos y bendiciones 🤗.

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Hola mi estimada @leidimarc enterrar a su padre en medio de una fuerte lluvia luego de una devastación, fue un duro golpe para el joven Greldar. Quizás ese no era el momento de morir para el joven elfo. Gracias por pasar por esta historia, me alegra bastante que haya sido de tu agrado. Abrazos para ti. Saludos siempre.

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Si vale, la muerte la mayoría de las veces es inesperada, aunque seguro en algún momento sucede.

Esta vez le tocó a su padre de una manera muy dolorosa, pero el se salvó.

Saludos y bendiciones.

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Que nivel!!! Me entregue en la historia te felicito, has venido teniendo una mejora en tus escritos fabulosa.

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Gracias @karelysk89 un gusto en saludarte. Me contenta que la historia te haya gustado,he estado aprendiendo muchísimo con cada escrito y con el apoyo de todos ustedes. Gracias una vez más por pasarte por estás líneas. Un abrazo con cariño para ti.

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