This is my participation in the initiative, I want to pay tribute to one of the Spanish mystery writers who have influenced me the most to develop my literary facet, I mean the magnificent Javier Sierra, so I was inspired by his work Napoleon's Egyptian Secret, to develop this prequel that could explain many things.

Esta es mi participación en la iniciativa, quiero rendir tributo a uno de los escritores Españoles del mundo del misterio que más me ha influenciado para desarrollar mi faceta literaria, me refiero al magnífico Javier Sierra, por eso me inspire en su obra El Secreto Egipcio de Napoleón, para desarrollar esta precuela que podría explicar muchas cosas.

  The heavy doors of the naval base open to receive a mysterious young man of short stature, but tall in ego and with a very bad character, who has achieved the merits that no one else has been able to achieve on the battlefield. Behind him, the shadow of death walks slowly at the hands of his army, devastating everything he commands, it was in this way that he achieved the great feat of reconquering Toulon. As he advances with a malicious smile on his face, he observes how the remains of the soldiers who dared to stand in his way lie on the ground, on his way to the vertiginous ascent to the rank of Generale, driven by an unknown force that in turn makes him the object of a mystical devotion on the part of all those who follow him, convinced that he will always get what he wants.

  With a strong kick, he opens the door of the main office at the base, where the English regent decided to take his own life by hanging himself from a ceiling beam, before waiting for the horrors that would ensure his fall into the hands of the French troops. The corpse is still convulsing, emitting involuntary stretches of muscle in agony, causing it to swing back and forth like a pendulum, while Napoleon watches patiently, ordering the soldiers escorting him to stay outside. With a somber attitude, the Corsican begins to review every corner of the room in search of the object that led him there, it was not a simple coincidence the fact of wanting to attack precisely this naval installation, for a long time he followed the trail of one of the trophies that he most desires in this world, to add it to his collection.

  In his investigation, the occultist sect that leads him on the road to success traced to this place one of the 30 silver coins with which Judas Iscariot betrayed Jesus Christ. These relics of hell were scattered on earth after the death of the traitor and lost in history, but always, the demons and especially the fallen angels of the highest hierarchy of the underworld, have tried to recover them using pacts and favor

  The regent of this naval settlement was a direct descendant of Sir Francis Drake, the famous English corsair who, according to legend, took one of the silver pieces during his sieges of Morocco, leaving it in the hands of his family and the horrendous manner of death of the chief of the fort, like that of Judas, confirms this.

  Napoleon knows well that a piece of such value must be very close, so without any scruples he checks in detail the hanged body, until in one of the inner pockets of the jacket he discovers the coveted prey, Just having it in his hands already causes him an indescribable sensation of power that throws him to the floor, plunging him into a trance of hours that takes him back to a great part of his life, since he was a weak soldier full of fear and on the verge of death, when he shook the hand of a stranger who offered to save him in exchange for his devotion.

  In the vision, driven by the infernal powers of betrayal accumulated in these relics, a new destiny was revealed to him, as Generale, now he had to change his course, it was imminent to leave France and go to distant Egypt to follow the steps of messiahs, understanding the mystical arts of the desert priests was imperative, before consolidating his own destiny in the search for the remaining 27 coins, which would ensure him power of a level so high that not even the demons themselves have known.

  The Corsican never told anyone about his prized possession, which he kept in a leather wrapper next to his heart, touching it constantly. Even his closest friends were completely unaware of the dark rites he practiced, with which he received favors from the dark powers to complete the mission of collecting the silver pieces. Since that night, the Generale changed forever, launching himself into the crazy adventure of conquering the desert sands, where he plunged all his soldiers into a real hell on earth for many years, until one fine day, for no reason, he decided to flee and return to France without further explanation.

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This story is fictional and does not represent anyone in particular.

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Las 3 Monedas de Plata de Napoleón

  Las pesadas puertas de la base naval, se abren para recibir a un misterioso joven de baja de estatura, pero alto de ego y con muy mal carácter, que ha conseguido los méritos que nadie más ha podido conseguir en el campo de batalla. Tras de sí, la sombra de la muerte camina lentamente a manos de su ejército devastando todo lo que él ordena, fue así como logró la gran hazaña de reconquistar el Tolón. Mientras avanza con una sonrisa maliciosa en el rostro, observa como yacen en el piso los restos de los soldados que osaron interponerse en su camino, rumbo al ascenso vertiginoso al rango de Generale, impulsado por una fuerza desconocida que a su vez lo hace el objeto de una devoción mística por parte de todos los que le siguen, convencidos de que siempre obtendrá lo que desea.

  Con una fuerte patada, abre la puerta de la oficina principal en la base, donde el regente inglés decidió quitarse la vida colgándose de una viga del techo, antes de esperar por los horrores que le aseguraría caer en manos de las tropas francesas. El cadáver aún convulsiona, emitiendo estiramientos involuntarios de los músculos en agonía, haciendo que se tambalea de un lado a otro como un péndulo, mientras Napoleón observa pacientemente, ordenándole a los soldados que le escoltaban quedarse afuera. Con una actitud sombría, el corso empieza a revisar cada rincón del cuarto en busca del objeto que lo condujo hasta allí, no fue una simple casualidad el hecho de querer atacar precisamente esta instalación naval, desde hace mucho tiempo siguió la pista de uno de los trofeos que más desea en este mundo, para sumarlo a su colección.

  En su investigación, la secta ocultista que lo conduce por el camino del éxito, rastreó hasta este lugar una de las 30 monedas de plata con las que Judas Iscariote traicionó a Jesucristo. Estas reliquias del infierno, quedaron esparcidas por la tierra tras la muerte del traidor perdiéndose en la historia, pero desde siempre, los demonios y en especial los ángeles caídos de la mayor jerarquía del averno, han tratado de recuperarlas utilizando para ello pactos y favores.

  El regente de este asentamiento naval, era descendiente directo de Sir Francis Drake el famoso corsario inglés quien según cuenta la leyenda, se hizo con una de las piezas de plata en sus asedios a Marruecos, dejando la funesta en manos de su familia y la horrenda forma de morir del jefe del fuerte, igual a la de Judas, así lo confirma.

  Napoleón sabe bien que una pieza de tanto valor, debía estar muy cerca, por lo que sin guardar ningún tipo de escrúpulos revisa con detalle el cuerpo ahorcado, hasta que en uno de los bolsillos internos de la chaqueta descubre la ansiada presa, tan solo tenerla en sus manos ya le causa una sensación indescriptible de poder que lo lanza contra el piso, sumergiéndolo en un trance de horas que lo lleva a recorrer gran parte de su vida, desde que siendo un debilucho soldado lleno de miedo y al borde de la muerte, estrechó la mano de un desconocido que le propuso salvarlo a cambio de su devoción.

  En la visión, impulsada por los poderes infernales de la traición acumulada en estas reliquias, un nuevo destino le fue develado, como Generale, ahora debía cambiar sus rumbos, era inminente salir de Francia y dirigirse al lejano Egipto a seguir los pasos de mesías, entender las artes místicas de los sacerdotes del desierto fue imperativo, antes de consolidar su propio destino en la búsqueda de las restantes 27 monedas, las cuales le asegurarían un poder de un nivel tan alto que, ni siquiera los propios demonios han conocido.

  El Corso, nunca contó a nadie sobre su preciada posesión la cual guardaba en una envoltura de cuero junto a su corazón tocándola constantemente, incluso los más allegados amigos, desconocían por completo de los ritos oscuros que practicaba, con los cuales recibía favores de los poderes oscuros para completar la misión de juntar las piezas de plata. Desde aquella noche, el Generale cambió para siempre, lanzándose a la descabellada aventura de conquistar las arenas del desierto, donde sumergió a todos sus soldados en un verdadero infierno en la tierra durante muchos años, hasta que un buen día, sin motivo alguno, decidió huir y regresar a Francia sin dar mayores explicaciones.

Esta historia es ficticia y no representa a nadie en particular.

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