A soldier aspiring to be a poet leaves a tavern in the middle of the night, finding a path full of visions and night horror that will lead him to absolute despair

Un soldado aspirante a poeta sale de una taberna en medio de la noche, encontrando un camino lleno de visiones y horror nocturno que lo conducirá al desespero absoluto

  A cold and cloudy afternoon would be the frame that adorned mournfully the lonely way back to the fortification. For this soldier, the hours he shared in the tavern reciting his poems, are an indelible memory that will be forever fixed in the memory of everyone who heard him declaim, showing off his high-pitched squeaky voice with incessant ups and downs, which gave him the nickname of “the raven”. However, the background of these verses is inspired by the gloomy things that their author can visualize in the decadent dreams that overwhelm his mind under an endless blanket of premonitory nightmares, which will inevitably trigger unwanted events sooner rather than later and in the depths of his being he understands this.

  The squawking of the blackbirds coming from the treetops is the prelude to this dense forest, they put on edge each of his senses as he continues to advance silently, with a slow and unhurried pace, feeling the weight of the sharp gaze of the dark watchers who follow him in transit. Fear begins to gird his body like an icy sensation that emerges from the swampy ash-colored soil, worthy of the trail left by the demons from hell passed through that inhospitable path before him, spreading the decadence that consumed everything behind him under an overwhelming fire that some called fire, only with the sole purpose of giving a logical explanation to everything that happened.

  From the damp earth, one can still perceive the unbearable smell of rotten eggs, which is directly related to the sulfur leftovers discarded by the soul collectors. Never in the history of mankind has a territory known so many horrors as those that cry out from the beyond through the unburied corpses scattered on the ground, which still emerge showing their bones to the air in search of some recognition of their identity, or at least a prayer that saves them from the pain of oblivion.

  It can still be heard, an overwhelming sound, it is the cavernous echo of the cry emitted by an aimless fright that passes brushing against the ear of the walker, like a whistling breeze that makes every fiber of his being trembled to exalt the beating of his heart, at such a high level, that makes him a telltale of his location, precise is his location when he has already traveled exactly 666 meters of this terrifying road.

  A ray of full moonlight announces the fullness of the night, showing in the gloom the reflection of frightful visions of people hanging by ropes from the trees, so terrifying is what is shown, that it simulates a staggering dance of the hanging dead, the slender body of the poet succumbs to the deepest horror collapsing to his knees, while he cries out to heaven for heavenly help holding tightly against his chest the military hat that protected his identity, a prominent forehead protrudes from a deformed bulb-shaped head, while from his eyes swollen with blood innocent tears flow slowly down his parched and cracked face, showing the damage to the war that has passed.

  Here I am sir, shouted with clamor to the 4 winds amid absolute solitude, the last remaining pieces of this worn-out body and the unharmed soul that accompanies it will end its existence, only if it is your wish to put an end to this insufferable life, I do not know if it is a gift that I have or rather a curse, but the nights full of disturbing observations have plunged me to the edge of madness, I no longer know what course I should follow, to get out of this deep emptiness that undermines my inner self. Suddenly, I heard the accelerated gallop of a portentous white steed that was camouflaged in the dense fog, showing in the distance the face of a pale rider who was advancing in a hurry in their direction.

  It is death itself, it is the unscathed knight who comes in my claim, O Great Architect! What a tortuous end awaits me amid this insufferable despondency. However, the moonlight once again intervened to show the stark reality of a garrison sentry soldier, who with an overbearing shout said to the kneeling soldier. Come on Poe! Cut the crap, you're just drunk again, and you're endangering us all with your shouting, get into the barracks at once.

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This story is fictional and does not represent anyone in particular.

This is an Original Story written by @susurrodelmisterio for Hive

  Una tarde fría y nublada, sería el marco que adornaba de forma lúgubre el solitario camino de regreso a la fortificación. Para este soldado las horas que compartió en la taberna recitando sus poemas, son un recuerdo imborrable que se fijará por siempre en la memoria de todo aquel que lo escuchó declamar, luciendo su aguda voz chirriante con incesantes altibajos, la cual le profirió el apodo de “el cuervo”. Sin embargo, el trasfondo de estos versos está inspirado en las cosas sombrías que su autor puede visualizar en los sueños decadentes que abruman su mente bajo un manto interminable de pesadillas premonitorias, que inevitablemente desencadenará acontecimientos indeseados más pronto que tarde y en lo profundo de su ser así lo comprende.

  El graznido de las negras aves proveniente desde la copa de los árboles son el preludio de este denso bosque, ponen en vilo cada uno de sus sentidos mientras continúa avanzado silente, con un paso lento y sin prisa, sintiendo el peso de la aguda mirada de los vigilantes oscuros que lo siguen en su tránsito. El miedo comienza a ceñirse a su cuerpo como una sensación gélida que emerge desde el suelo pantanoso de color ceniza, digno del rastro dejado por los demonios que desde el infierno pasaron por aquel inhóspito sendero antes que él, esparciendo la decadencia que consumió todo tras de sí bajo un fuego abrumador al que algunos llamaron incendio, solo con la única finalidad de darle una explicación lógica a todo lo ocurrido.

  Desde la tierra húmeda todavía se percibe el insoportable olor a huevos podridos, que está directamente relacionado con las sobras de azufre desechadas por los recolectores de almas. Nunca un territorio en toda la historia del hombre conoció de cerca tantos horrores, como los que gritan desde el más allá a través de los cadáveres insepultos esparcidos por el suelo, que aún emergen mostrando sus huesos al aire en busca de algún reconocimiento de su identidad o al menos una oración que los salve de la pena del olvido.

  Todavía puede escucharse, un sonido avasallante, es el eco cavernoso del llanto emitido por un espanto sin rumbo que pasa rozando a la oreja del caminante, como una briza silbante que hace estremecer cada fibra de su ser exaltando los latidos de su corazón, a un nivel tan alto, que lo convierte en un delator su ubicación, precisa es su locación cuando ya ha recorrido exactamente 666 metros de esta carretera terrorífica.

  Un rayo de luz de luna llena anuncia la plenitud de la noche, mostrando en la penumbra el reflejo de espantosas visiones de personas colgando por sogas de los árboles, es tan aterrador lo mostrado, que simula un baile tambaleante de muertos ahorcados, el delgado cuerpo del poeta sucumbe ante el horror más profundo desplomándose de rodillas, mientras clama al cielo por ayuda celestial sosteniendo con fuerza contra su pecho el sombrero militar que protegía su identidad, una frente prominente sobresale de una cabeza deforme con forma de bombillo, al tiempo que de sus ojos hinchados en sangre brotan inocentes lágrimas que corren lentamente por u un rostro reseco y agrietado, evidenciando los daños de la guerra que ha pasado.

  Aquí estoy señor, gritó con clamor a los 4 vientos en medio de la soledad absoluta, las últimas piltrafas que quedan de este desgastado cuerpo y la incólume alma que lo acompaña terminaran de existir, solo si es tu deseo ponerle fin a esta insufrible vida, no sé si es un don lo que tengo o más bien una maldición, pero las noches llenas de perturbadoras observaciones me han sumido al borde de la locura, ya no sé cuál es el rumbo que debo seguir, para salir de este vacío profundo que socava mi interior. Repentinamente, se escuchó el galopar acelerado de un portentoso corcel blanco que se camuflaba entre la densa niebla, mostrando en la lejanía el rostro de un jinete pálido que avanzaba a toda prisa en su dirección.

  Es la muerte misma, es el caballero incólume que viene en mi reclamo, ¡Oh Gran Arquitecto! Qué fin tan tortuoso me espera en medio de este insufrible desánimo. Sin embargo, la luz de la luna una vez más intervino para mostrar la cruda realidad de un soldado vigía de la guarnición, que con un grito de voz prepotente le dijo al soldado arrodillado. ¡Vamos Poe! Déjese de estupideces, solo está ebrio otra vez y nos está poniendo en peligro a todos con sus gritos, entre de una vez al cuartel.

Esta historia es ficticia y no representa a nadie en particular.

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