A young woman arrives at her new job in an old office building, where a surprise awaits her that will change her life forever.

  La mañana de este sábado, se muestra teñida por nubes oscuras y tormentosas que dejan caer finas gotas de rocío, empañando los lentes de la pequeña Geraldine. Una joven chica de apenas 18 años de edad, piel tostada y contextura extremadamente delgada, que sale del subterráneo para caminar por la avenida principal con una gran sonrisa en su rostro alargado, este es su tercer día de trabajo, luego de que logró apropiarse de una plaza vacante en el edificio del antiguo banco del progreso, con este salario tiene la esperanza de pagar sus estudios universitarios y mejorar su vida solitaria, al menos desde el punto de vista económico.

  Tras cada paso de su andar, la jungla de cemento le abre caminos diversos entre los altos edificios, permitiéndole apenas observar en el horizonte la imponente torre de vidrios negros, coronada por una pirámide plateada que apunta al cielo, en el fondo, a pesar de que ya son pasadas las 9 de la mañana, se ve un sol difuso entre la neblina fría que trajo la tormenta, aquella lejana edificación es su lugar de trabajo y con solo mirarla en la distancia, su corazón se acelera llenándose de alegría, mientras se acerca rápidamente para llegar a tiempo y poner su huella digital en el lector de recursos humanos, marcando su ingreso.

  Emprendiendo su camino hacia la oficina, la chica da un fuerte suspiro, al percatarse que todo está bastante diferente a lo que vivió en los días anteriores, es la primera vez que trabaja un fin de semana, por lo que no sabía que en estos momentos únicamente un personal muy reducido acude al sitio. El vigilante de la garita externa, le explicó que hoy en especial, solamente están pautadas para ingresar 2 personas a la torre Este, ella y su jefe, mientras que en la torre Oeste se efectuará una reunión de directores en el piso de la Presidencia. Geraldine se encoge de hombros y se dirige a su puesto de trabajo, notando que la recepción se encuentra en penumbras, apenas una débil lámpara de emergencia está encendida al final del pasillo, en este momento recuerda cuanto miedo le tiene a la oscuridad y a la soledad, sintiendo un escalofrío que le recorre todo el cuerpo de manera fugaz.

  Sin tener otra alternativa, saca la linterna de su teléfono celular y avanza lentamente en dirección a los ascensores, al llegar allí, se da cuenta de que también están apagados, enfureciéndola lanzando una grosería a los cuatro vientos en un tono molesto, que se expandió como un eco retumbando en la soledad, al tiempo que emprendía su ascenso por las viejas escaleras metálicas hasta el piso 7, transitando por ese laberinto serpenteante que parecía interminable, contando solo con el apoyo de las luces pequeñas que se encendían por sensores de movimientos apenas por unos segundos.

  El tic tac del prender y apagar de cada lámpara, era el único sonido que estaba a su lado, contrastando con el golpe seco de sus altos tacones tras asentarse en cada escalón, en este punto los nervios ya comenzaban a jugarle malas pasadas escuchando crujidos, pasos, voces y todo tipo de cosas, que obviamente eran el producto de su imaginación, o al menos eso pensó ella buscando una explicación lógica que la tranquilizara.

  Intentando ignorar todo lo que pasaba a su alrededor, empezó a acelerar el paso a pesar de lo forzado que era hacerlo en este tipo de escaleras. Repentinamente, escuchó tras de ella como las lámparas de los pisos inferiores se prendían y apagaban, al mirar hacia abajo logró ver la sombra de un hombre alto entre la intermitencia de tiempo que la lámpara duraba encendida, esto la tranquilizó un poco creyendo en que era su jefe que venía subiendo, ella continuó su camino para tener la oficina lista antes de que él llegara. Sin embargo, al arribar al despacho y poner todo a tono, se dio cuenta de que ya habían pasado al menos 5 minutos y todavía nadie entraba.

  La incertidumbre la agobiaba con todas sus fuerzas, sus rodillas empezaron a temblar mientras se hundía en el desespero, imaginándose dentro de un torbellino de muebles y ventanas girando a su alrededor en medio de la soledad. El silencio ensordecedor de un espacio completamente desierto, fue interrumpido abruptamente por el ruido de una máquina de copiado que se encendió sin motivo, inmersa en una profunda crisis de nervios, Geraldine, decidió levantar el teléfono y llamar a su jefe para saber dónde estaba, este le respondió de inmediato que se encontraba en la otra torre en la reunión de directores, cosa que la dejó totalmente desconcertada, intentando encontrar una explicación a lo que había visto durante su ascenso, pero antes de que su mente pudiera aclararse, una mano fría, delgada y huesuda con largos dedos se asentó con fuerza sobre su hombro, haciéndola gritar con todas sus fuerzas y salir corriendo de aquel lugar a toda prisa, para nunca más regresar.

Esta historia es ficticia y no representa a nadie en particular.

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In the solitude of the office

  This Saturday morning is tinged with dark and stormy clouds that drop fine drops of dew, fogging up little Geraldine's glasses. A young girl of barely 18 years of age, with tanned skin and an extremely thin build, who leaves the subway to walk down the main avenue with a big smile on her elongated face, this is her third day of work, after she managed to get a vacant position in the building of the old bank of progress, with this salary she hopes to pay for her university studies and improve her lonely life, at least from the economic point of view.

  With each step of his walk, the concrete jungle opens up different paths between the tall buildings, allowing him to barely observe the imposing black glass tower on the horizon, crowned by a silver pyramid pointing to the sky, in the background, even though it is already past 9 a.m. The sun can be seen diffused among the tall buildings, that distant building is his workplace and just looking at it in the distance, his heart races with joy, as he quickly approaches to arrive on time and put his fingerprint on the human resources reader, marking his entry.

  Starting her way to the office, the girl gives a heavy sigh, realizing that everything is quite different from what she experienced in the previous days, it is the first time she works on a weekend, so she did not know that at this time only a very small staff goes to the site. The guard at the external gate explained to her that today in particular, only 2 people are scheduled to enter the East tower, she and her boss, while in the West tower, there will be a meeting of directors on the floor of the President's office. Geraldine shrugged her shoulders and goes to her workstation, noticing that the reception is in darkness, just a weak emergency lamp is lit at the end of the corridor, at this moment she remembers how afraid she is of darkness and loneliness, feeling a shiver that quickly runs through her body.

  Without having any other alternative, she takes the flashlight out of her cell phone and slowly advances in the direction of the elevators, when she gets there, she realizes that they are also turned off, infuriating her by launching a rudeness to the four winds in an annoying tone, which spread like an echo echoing in the solitude, as she started her ascent up the old metallic stairs to the 7th floor, going through that winding labyrinth that seemed endless, relying only on the support of the small lights that were turned on by motion sensors just for a few seconds.

  The ticking of the on and off of each lamp was the only sound that was next to her, contrasting with the dry tapping of her high heels after settling on each step, at this point her nerves were already starting to play tricks on her, hearing creaks, footsteps, voices, and all kinds of things, which were obviously the product of her imagination, or at least she thought so, looking for a logical explanation that would reassure her.

  Trying to ignore everything that was going on around her, she began to speed up her pace, despite how forced it was to do so on this type of stair. Suddenly, she heard behind her how the lamps on the lower floors turned on and off, when she looked down she could see the shadow of a tall man between the intermittent time that the lamp was on, this reassured her a little believing that it was her boss coming up, she continued on her way to have the office ready before he arrived. However, upon arriving at the office and getting everything ready, she realized that at least 5 minutes had passed and no one was still coming in.

  Uncertainty overwhelmed her with all her might, her knees began to tremble as she sank into despair, imagining herself inside a whirlwind of furniture and windows spinning around her amid solitude. The deafening silence of a completely deserted space was abruptly interrupted by the noise of a copying machine that turned on for no reason, immersed in a deep crisis of nerves, Geraldine decided to pick up the phone and call her boss to find out where she was, who immediately answered that she was in the other tower at the directors' meeting, This left her totally bewildered, trying to find an explanation for what she had seen during her ascent, but before her mind could clear, a cold, thin, bony hand with long fingers settled firmly on her shoulder, making her scream at the top of her lungs and run out of that place in a hurry, never to return.

Thank you for reading

This story is fictional and does not represent anyone in particular.

This is an Original Story written by @susurrodelmisterio for Hive
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