The young promise of a community of lumberjacks is a 27-year-old named Lyam, who on a day's work inside an area known as the dark forest discovers things that will completely change his future

   El trabajo de leñador es uno de los oficios artesanales más difíciles del mundo, los hombres que se dedican a esta actividad, suelen ser personas duras y de fuerte carácter, con gran musculatura física por las pesadas cargas que tienen que arrastrar entre la nieve. Canadá es uno de los países que aún preserva las costumbres antiguas para el manejo de las reservas forestales de forma manual, demostrando así un profundo respeto por los espíritus de los bosques y las cosas que allí habitan.

  Desde pequeños, sobre todo en los pueblos más alejados, los niños son criados con las doctrinas que los ancianos imponen en la tribu, sin que haya espacio para discusiones, generalmente los apellidos están relacionados con las labores dentro de la comunidad, por lo que cada familia tiene una cualidad específica que se hereda de padres a hijos, generando una larga cadena de costumbres, mitos y tradiciones. Sin embargo, las nuevas generaciones se han comenzado a distanciar bastantes de estos cuentos ancestrales por la influencia del internet y las redes sociales, dejando de lado en muchos casos, las protecciones básicas que en otra época constituían un rito férreo que nadie sería capaz de vulnerar, pero que ahora, se han convertido en solo costumbres antiguas que alguien supuestamente invento para asustar a los chicos.

  Lyam Sierra es el hijo mayor de una familia de leñadores, que por siglos se ha encargado de la explotación de un bosque de pinos en medio de la tundra cercana al polo norte geográfico. Esta comunidad está tan alejada que solo recibe provisiones una vez al mes mientras los senderos son transitables en las épocas de invierno, motivó que los obliga a cortar los árboles solo en periodos pequeños, teniendo que aserrar las ramas ellos mismos en un taller comunitario para dejar la carga preparada en bloques, esperando cuando arriban al pueblo los caminos que la llevaran a su destino final.

  El orgullo del pueblo es el heredero de toda la industria forestal asentada en este lugar, cosa que hace al joven de 27 años el blanco de todas las miradas de las doncellas en edad de casamiento, cuyas familias aspiran de alguna manera unir su dependencia a la del acaudalado terrateniente de dientes blancos y sonrisa resplandeciente, pero este leñador a pesar de no tener el carácter de su padre mantiene intactas sus rígidas costumbres de trabajo, así que ni por asomo se ocupa de cosas como las chicas en las épocas de zafra, ya que piensa en ellas como una distracción para divertirse un rato y nada más serio.

  Ese musculoso individuo fue comisionado esta mañana invernal, para dirigir uno de los frentes de avance hacia el interior del prominente bosque oscuro, como se le denomina a un área virgen de la vegetación, por sus árboles antiguos que resistieron un feroz incendio del que ya nadie tiene recuerdos, tornando su corteza en un color negro por los efectos del fuego. Acompañado de un grupo de hombres de gran tamaño y comprobado valor, Lyam se introduce hasta los límites que fijaron en la cuadrilla del mapa para establecer las fronteras del área de corte, mientras ve como la nieve comienza a caer levemente anunciando que su trabajo será especialmente más difícil por las bajas temperaturas, a pesar de estar acostumbrado a lidiar con las mismas.

  Mientras se abren paso por un improvisado sendero colmado de suave hielo, tan blanco como el algodón, un fuerte olor bastante diferente al acostumbrado hedor a sudor de sus compañeros invade su nariz, poniéndolo en alerta frente a algo desconocido, por lo que levanta la mano ordenando un alto a la cuadrilla de obreros, indicándoles al mismo tiempo que guarden silencio. En ese momento, descubre un extraño montículo de piedra en medio de la nada desde donde un gran lobo blanco lo observa, mirándolo directamente a los ojos sin moverse.

  La aparición del animal es algo sumamente inusual, ya que en estas tierras no deberían existir este tipo de depredadores, lo que causa un temor escalofriante en los leñadores señalando al jefe que deben regresar, por el hecho de que ese lobo puede ser la manifestación de una maldición o un mal augurio, cosa que Lyam descarta por completo con una carcajada, tildando a sus hombres de miedosos, mostrando además una exposición ridícula de su liderazgo, o más bien de su estupidez, al hacer un disparo al aire espantando al canino con un sonido que retumbó en varios kilómetros a la redonda, produciendo de inmediato la llamada alterada de su padre por radio, a quien tranquilizó con excusas peregrinas, pero sin contarle la verdad de lo sucedido.

  A los minutos se acercó a la pila de rocas donde estaba el lobo, se subió a ella al darse cuenta de algo increíble, era evidente que ese fue el epicentro del incendio que afectó este bosque hace muchos años, entre los escombros hay huesos pequeños carbonizados y partes de un cráneo deforme, pero no identificables como para suponer que fueran de un bebe, aunque ese pensamiento sin duda lo horrorizó, en un lateral estaban pintados símbolos extraños junto a cosas que no se quemaron por completo similares a vasijas y cuchillos, algo bastante aterrador, creando dudas que nunca había sentido sobre los cuentos de los viejos, pero que prefirió ignorar para cumplir la tarea, con la que demostraría una vez más su valía a la comunidad.

  Varias horas más tarde, ya el trabajo de demarcación se encuentra avanzado, cada leñador tomó una hilera de árboles para podar sus ramas y dejar solo la rola de la planta pintándola con cal blanca para establecer el perímetro de corte. Situado en la cúspide de uno de los troncos, Lyam, observa un claro que destaca entre el macizo arbóreo, mostrando una cabaña de construcción extraña en madera y piedra, como si estuviera diseñada para pasar desapercibida.

  Desde la distancia en la puerta de la casa se muestra la figura de una mujer joven, con vestimenta de colores claros apenas visible entre la brisa gélida que trae la nevada. Muerto de la curiosidad y atraído por algo en la mujer que no podía explicar, el heredero del apellido Sierra baja de su observatorio lo más rápido que puede, aventurándose en solitario a descubrir los misterios que guarda aquella pequeña casa; mientras avanza, puede sentir por primera vez en mucho tiempo una sensación de cosquilleo que recorre su cuerpo, acompañado de un nerviosismo inusual en su sólido proceder ante la expectativa de conocer a esa chica.

  El camino apenas le llevó unos cuantos minutos de recorrido, a pesar de la fuerte nevada que se intensificaba nublando todo a sus alrededores, al llegar a la edificación, solo se quedó parado mirando frente a ella sin saber qué hacer. Fue entonces cuando, una de las cortinas en la ventana se corrió lentamente, para mostrarle el rostro angelical decorado por los majestuosos ojos de una joven tímida, que únicamente le mostró un sexy gesto antes de abrir la puerta e invitarlo a pasar, haciendo una señal extendiendo su fina mano de piel tersa y uñas perfectas, la cual Lyam no dudó en tomar con su robusto puño de gruesos dedos para presentarse como todo un caballero. La chica un tanto apenada por el roce torpe del fuerte brazo, le volvió a sonreír y le correspondió diciendo: — Mi nombre es Circe, con una dulce voz que llegó como una flecha hasta lo más intenso de su ser, quedando totalmente prendado, mientras entraba al recibidor.

Esta historia es ficticia y no representa a nadie en particular.

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  The work of a lumberjack is one of the most difficult crafts in the world, the men who dedicate themselves to this activity are usually hard people with a strong character, with great physical musculature due to the heavy loads they have to drag through the snow. Canada is one of the countries that still preserves the ancient customs for the manual management of the forest reserves, thus demonstrating a deep respect for the spirits of the forests and the things that inhabit them.

  From an early age, especially in the most remote villages, children are raised with the doctrines that the elders impose on the tribe, with no room for discussion, generally, the surnames are related to the work within the community, so that each family has a specific quality that is inherited from parents to children, generating a long chain of customs, myths, and traditions. However, the new generations have begun to distance themselves from these ancestral tales due to the influence of the internet and social networks, leaving aside in many cases, the basic protections that in another era constituted an ironclad rite that no one would be able to violate, but now, have become just ancient customs that someone supposedly invented to scare the kids.

  Lyam Sierra is the eldest son of a family of lumberjacks, who for centuries have been in charge of the exploitation of a pine forest in the middle of the tundra near the geographic North Pole. This community is so remote that it only receives supplies once a month while the trails are passable in winter, which forces them to cut the trees only in small periods, having to saw the branches themselves in a community workshop to leave the load prepared in blocks, waiting when they arrive in the village for the roads that will take them to their final destination.

  The pride of the village is the heir to the entire forestry industry settled in this place, which makes the young man of 27 years the target of all the looks of the maidens of marriageable age, whose families aspire somehow to unite their dependence to that of the wealthy landowner with white teeth and gleaming smile, but this lumberjack, despite not having his father's character, keeps his rigid work habits intact, so he doesn't even bother with things like girls during harvest time, since he thinks of them as a distraction to have fun for a while and nothing more serious.

  This muscular individual was commissioned this winter morning, to lead one of the advance fronts into the interior of the prominent dark forest, as it is called a virgin area of vegetation, for its ancient trees that resisted a fierce fire of which no one has memories, turning its bark into a black color by the effects of fire. Accompanied by a group of men of great size and proven courage, Lyam goes to the limits set by the mapping crew to establish the borders of the cutting area, while he sees how the snow begins to fall lightly announcing that his work will be especially more difficult because of the low temperatures, despite being used to deal with them.

  As they make their way through an improvised path filled with soft ice, as white as cotton, a strong smell quite different from the usual stench of the sweat of his companions invades his nose, putting him on alert against something unknown, so he raises his hand ordering a halt to the crew of workers, indicating at the same time to keep silent. At that moment, he discovers a strange stone mound in the middle of nowhere from where a large white wolf observes him, looking directly into his eyes without moving.

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  The appearance of the animal is something extremely unusual since in these lands should not exist this type of predators, which causes a chilling fear in the lumberjacks signaling to the chief that they must return, by the fact that this wolf may be the manifestation of a curse or a bad omen, something that Lyam dismisses completely with a laugh, Lyam dismissed his men as fearful, showing a ridiculous exhibition of his leadership, or rather of his stupidity, by firing a shot into the air, scaring the canine away with a sound that echoed for miles around, immediately producing an upset call from his father on the radio, whom he reassured with lame excuses, but without telling him the truth of what had happened.

  Within minutes, he approached the pile of rocks where the wolf was, he climbed on it when he realized something incredible, it was evident that this was the epicenter of the fire that affected this forest many years ago, among the debris, there are small charred bones and parts of a deformed skull, but not identifiable enough to suppose that they belonged to a baby, Although that thought undoubtedly horrified him, on one side were painted strange symbols along with things that were not completely burned similar to pots and knives, something quite frightening, creating doubts that he had never felt about the tales of the old, but he preferred to ignore to fulfill the task, with which he would once again prove his worth to the community.

  Several hours later, the work of demarcation was already advanced, each lumberjack took a row of trees to prune their branches and leave only the plant's roundel, painting it with white lime to establish the perimeter of the cut. Perched at the top of one of the trunks, Lyam, observes a clearing that stands out among the clump of trees, revealing a cabin of strange wood and stone construction, as if designed to go unnoticed.

  From a distance at the door of the house, the figure of a young woman in light-colored clothing is barely visible in the icy breeze brought by the snowfall. Dead curious and attracted by something in the woman that he could not explain, the heir to the Sierra surname descends from his observatory as fast as he can, venturing alone to discover the mysteries that that small households; as he advances, he can feel for the first time in a long time a tingling sensation that runs through his body, accompanied by an unusual nervousness in his solid procedure in the expectation of meeting that girl.

  The road barely took him a few minutes to walk, despite the heavy snowfall that was intensifying and clouding everything around him, when he reached the building, he just stood there looking at it without knowing what to do. It was then when one of the curtains on the window was slowly drawn to show him the angelic face decorated by the majestic eyes of a shy young woman, who only showed him a sexy gesture before opening the door and inviting him in, making a sign by extending her fine hand of smooth skin and perfect nails, which Lyam did not hesitate to take with his sturdy fist of thick fingers to introduce himself as a gentleman. The girl, a little embarrassed by the clumsy touch of the strong arm, smiled again and reciprocated saying:—My name is Circe, with a sweet voice that reached like an arrow to the most intense part of his being, being captivated, as he entered the foyer.

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This story is fictional and does not represent anyone in particular.

This is an Original Story written by @susurrodelmisterio for Hive

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