Una Chica Cualquiera || Relato [ESP-ENG]

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ESPAÑOL

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Cada vez que le pregunto a Rosa:

—¿Por qué eres tan genial?

Ella responde:

—Solo soy una chica cualquiera.

Pero ni ella misma puede creerse tan cotidiana como lo cercioran sus labios, incluso, tengo la seguridad de que es una chica de otro mundo; es bajita, algo rellenita, blanca como un papel y tiene la peculiaridad de hacerme reír siempre por sus recurrentes locuras. Y aunque sea la más odiada del salón de clases y del pueblo, para mí es una pieza única de irreemplazable belleza; una belleza imposible de mirar en los concursos de las delgaduchas, ni mucho menos en los programas de cosméticos. Ella es rústica, salvaje, valiente… digna de admirar. Eso le ha costado enemigos a montón, pero también amigos dispuestos a protegerla; yo soy uno de esos amigos, y creo que el único, aunque he de admitir que quisiera corresponderle de otra forma.

—Te amo. —Le confesé a Rosa una vez.

—No te enamores de mí, —replicó ella—, mejor ve a jugar con tu bicicleta.

Los dos carcajeamos para romper la tensión de las confesiones. Vale, aquella vez terminé más rechazado que un limón en una cesta de fresas dulces, y sin embargo, sé que Rosa se rehusó a mi amor por su clara obsesión a los videojuegos, pues supuestamente, ella no tenía tiempo para andar besuqueando hombres si podía matarlos en el mundo ficticio de su Xbox. Aunque desde que tengo memoria y llegué al vecindario, nunca vi a Rosa con un novio, o jugando a las muñecas, o haciendo pasteles para su papá. Ella solo cargaba un bolso de piedras para arrojárselas a los perros que la perseguían cuando la miraban robando los mangos de sus vecinos.

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Imagen original de Pexels || Pixabay

Yo, a diferencia de Rosa, era un baboso tímido y demasiado inseguro, tan extraño en su forma de ser que mi mamá pensó seriamente internarme con el psiquiatra. La única que no me veía como un “chico rarito” era Rosa, y hasta llegó a compararme con un modelo de hombre. Entendí después que solo trataba de ayudarme, y de hacerme saber que de alguna manera rara yo también era genial. ¿Qué hubiera sido de mi vida Rosa? Sin sus locuras, sin sus chistes, sin su curiosa forma de lanzarle piedras a los bravucones…

La conocí el primer día de escuela; mi mamá había decidido mudarse por su atareada agenda de trabajo, la cual me obligó a despedirme de los pocos amigos que tenía en la ciudad: mi perro, mi gato y el Hámster que más bien parecía una rata. Tomé el bus del colegio con el corazón en la garganta, temeroso pero a la vez molesto por la indisposición de mi mamá para llevarme a la escuela en su auto. Al subir los otros niños me miraron con asco, negándome además cualquier asiento libre que estuviera cerca de ellos. Por suerte Rosa sí permitió que me sentara al lado de ella, incluso dijo:

—Es mejor que no te sientes con ellos porque tienen piojos.

Luego comenzó a interrogarme sobre mi origen, haciendo preguntas difíciles de responder para un niño atontado como yo, y como no respondí nada ella solo se limitó a verme durante todo el recorrido. Desde ese instante nunca se desapartó de mí, ni en el bus ni en la escuela, ni mucho menos en el vecindario. Eso me hacía feliz porque Rosa me defendía de los bravucones, ¡Y hay de aquel que intentara lastimarme! Claro que yo, como todo hombre, necesitaba defenderme por mi cuenta, así que le pedí a Rosa un entrenamiento para fortalecer mis puños:

—¿Estás seguro? —Ella dudó de mi capacidad para la pelea.

—¡Quiero aprender a ser como tú! —Le supliqué.

—Vale, pero no tolero a los llorones. —Fue su forma de decir que sí.

—¿Por qué eres tan genial? —Recuerdo haberle dicho.

—Solo soy una chica cualquiera.

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Imagen original de Pexels|| Pixabay

No fueron entrenamientos sencillos; Rosa me ató a un árbol y me dio puñetazos dizque para borrar mi miedo, aunque los primeros días solo me dejó el rostro hinchando. Valió la pena, desde luego, porque a partir de ese momento contemplé el dolor como uno más de mis amigos, a pesar de que mi mamá envió a Rosa a la correccional juvenil por mis deseos de ser valiente. Por suerte yo confesé ante el juez el falso origen de mis golpes, y Rosa volvió a la libertad para seguir con mis entrenamientos. Esta vez, proseguiríamos con la fase dos: luchar contra los bravucones de mi escuela.

Aquello no fue nada fácil, y más porque yo solo había aprendido a recibir puños, pero no a darlos. Marcos y Francisco eran los bravucones más gordos y estúpidos de todo el vecindario y la escuela, pero gracias a Rosa los comencé a ver como hormigas insignificantes. La primera vez que los enfrenté me dieron una paliza, aunque yo no solté ni una lágrima en el proceso. Para la segunda ocasión todo fue diferente, pues Rosa me había enseñado el arte de usar picante para ganar ventaja. Lo logré, les di una buena tunda a los dos… nunca más volvieron a buscarme problemas.

¿Qué sería yo sin Rosa? Tal vez estuviera muerto, porque sé que sin ella Marcos y Francisco ya me hubieran partido la cara. Más allá de todo eso, la chica sí que es inigualable. Y ahora que lo pienso, tal vez lo de “chica cualquiera” no es más que una forma directa de no sentirse especial, aunque ella lo es. Si bien es diferente a cualquier mujer en el mundo, eso no la hace una persona rara, o extraña… tiene corazón, respira, y puede pensar como lo hace el resto del mundo. Al fin y al cabo, todos somos hueso, sangre y piel, con un matiz emocional que nos hace únicos.

¡Tan únicos como Rosa! ¡Tan inigualables como su personalidad!

No hay forma de sentirnos mejor que otros, ni mucho menos hacer de la vida una competencia. Yo prefiero, en todo caso, ser igual que ella: un chico cualquiera...


La humildad es la cualidad que nos convierte en personas extraordinarias ;-)


¡Gracias Por Leer!



ENGLISH

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Every time I ask Rosa:

"Why are you so cool?

She answers:

"I'm just a random girl.

But not even she can believe herself as everyday as her lips make sure, even, I am sure that she is a girl from another world; she is short, a bit plump, white as a sheet and she has the peculiarity of always making me laugh because of her recurrent madness. And although she is the most hated in the classroom and in the town, for me she is a unique piece of irreplaceable beauty; a beauty impossible to look at in skinny contests, much less in cosmetic programs. She is rustic, wild, brave... worthy of admiration. That has cost her plenty of enemies, but also friends willing to protect her; I am one of those friends, and I think the only one of hers, although I have to admit that she would like to reciprocate in another way.

“Love you” I confessed to Rosa once.

"Don't fall in love with me," she replied, "better go play with your bike."

We both laughed to break the tension of the confessions. Okay, that time I ended up more rejected than a lemon in a basket of sweet strawberries, and yet, I know that Rosa refused my love because of her clear obsession with video games, because supposedly, she didn't have time to go around smooching men if she could kill them in the fictional world of your Xbox. Although since I can remember and I came to the neighborhood, I never saw Rosa with a boyfriend, or playing with dolls, or making cakes for her father. She only carried a bag of stones to throw at the dogs that chased her when they saw her stealing mangoes from her neighbors.

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Original image from Pexels || Pixabay

I, unlike Rosa, was a shy and too insecure slimy, so strange in his way of being that my mother seriously considered admitting me to the psychiatrist. The only one who didn't see me as a “weird guy” was Rosa, and she even came to compare me to a model of a man. I understood later that she was just trying to help me, and to let me know that in some weird way I was cool too. What would have become of my life Rosa? Without her craziness, without her jokes, without her curious way of throwing stones at bullies...

I met her on the first day of school; my mom had decided to move because of her busy work schedule, which forced me to say goodbye to the few friends she had in the city: my dog, my cat and the hamster that looked more like a rat. I took the school bus with my heart in my throat, fearful but at the same time annoyed by my mother's unwillingness to take me to school in her car. As I boarded the other children looked at me with disgust, also denying me any free seats that were close to them. Luckily Rosa did allow me to sit next to her, she even said:

"You better not sit with them because they have lice."

Then she began to question me about my origin, asking questions that are difficult for a stunned child like me to answer, and since I did not answer anything, she just limited herself to seeing me during the whole tour. From that moment she never left my side, neither on the bus nor at school, much less in the neighborhood. That made me happy because Rosa defended me from bullies, and woe to those who tried to hurt me! Of course, like every man, I needed to defend myself, so I asked Rosa for training to strengthen my fists:

“Are you sure?” She doubted my fighting ability.

"I want to learn to be like you!" I pleaded with him.

"Okay, but I don't tolerate whiners." It was her way of saying yes.

"Why are you so cool?" I remember telling you.

"I'm just a random girl.

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Original image from Pexels|| Pixabay

They were not easy workouts; Rosa tied me to a tree and punched me, supposedly to erase my fear, although the first few days she only left my face swollen. It was worth it, of course, because from that moment I contemplated pain as one of my friends, despite the fact that my mother sent Rosa to the juvenile correctional facility for my desire to be brave. Luckily I confessed before the judge the false origin of my blows, and Rosa returned to freedom to continue with my training. This time, we would proceed with phase two: fighting the bullies at my school.

That was not easy at all, and more so because I had only learned to receive fists, but not to give them. Marcos and Francisco were the fattest and stupidest bullies in the entire neighborhood and school, but thanks to Rosa I began to see them as insignificant ants. The first time I faced them they beat me up, though I didn't shed a tear in the process. For the second time, everything was different, because Rosa had taught me the art of using spices to gain an advantage. I did it, I gave them both a good spanking… they never looked for trouble again.

What would I be without Rosa? Perhaps she was dead, because I know that without her Marcos and Francisco would have already beaten my face. Beyond all that, the girl herself is unmatched. And now that I think about it, maybe the “any girl” thing is just a direct way of not feeling special, even though she is. Although she is different from any woman in the world, that does not make her a strange person, or strange… she has a heart, she breathes, and she can think like the rest of the world does. After all, we are all bone, blood and skin, with an emotional nuance that makes us unique.

As unique as Rosa! As unique as her personality!

There is no way to feel better than others, much less make life a competition. In any case, I prefer to be just like her: just any boy...


Humility is the quality that makes us extraordinary people ;-)


Thank You For Reading!



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Hola amigo, durante la lectura me di cuenta como la amistad, el trabajo en equipo y la humildad hacen un papel muy importante en este relato, además la relación que hacen este par de jóvenes es única, sus vidas nos serian igual si no estuvieran en las buenas y en las malas. Como también no hace falta ser el más popular, el más atractivo del salón, ya que una simple persona o una persona cualquiera también pude brillar y sobresalir.

Me gusto mucho leerte amigo, de verdad que disfruto de cada línea que nos compartes. Saludos.

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Muchísimas gracias por leer bro ☺️. Pues, la visión que le has dado a este relato es maravillosa. La humildad y el trabajo en equipo, ¡Valores importantes en nuestro camino por la vida! Que bueno que te haya gustado ⭐.

Saludos hasta por aquí en maturin jaja 👋 éxitos!

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Me gusta tu calidez narrativa. La historia es muy interesante, creo que es fresca porque tiene geniales diálogos que te sacan una sonrisa. ¡Vaya esa Rosa! Una chica cualquiera, ja, ja, ja. Buen trabajo amigo.

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Es un honor que le haya gustado este relato, estimado. Muchas gracias por la lectura. Éxitos y bendiciones!

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Wow, yo quiero una amiga como Rosa, es más si le encanta comer mango como ella mejor y si me enseña a defenderme es una forma en donde también puede existir la protección. La historia me hizo recordar lo que te conté de la violencia infantil, pero me gusto ese tono de humildad, y de auto-superación en la #story.

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Jajaja yo también quiero una amiga así... Jajaja 😂, que me defienda jajaja 😂. Quería dibujar la imagen de la mujer diferente, y la verdad, me gustó el resultado. Tu eres peligroso con las amigas 👀 jajaja 😂

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Ahora estoy deseando tener el tipo de fuerza que tiene Rosa. Le ganaría a mucha gente que me desafía. Me alegro de que hayas encontrado a alguien que te ayude a dejar de ser tímida y de tener miedo a los matones. Cuando estaba en la escuela, nunca tuve miedo de ningún matón porque mi madre me entrenó para luchar siempre contra cualquiera que tratara de intimidarme, así que nunca me molestaron mucho en la escuela porque si alguien me molesta entonces las palizas serán para la persona.🤣.
Bonita historia, por cierto.

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Siempre encontraremos personalidades así como la de Rosa; a mí me encantan las personas extrovertidas, siempre me hacen reír o reflexionar, de allí la idea de este relato. Muchas gracias por comentar ⭐

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Puff... bellísima historia. Te hace pensar en tanto. Recuerdo que de adolescente tenía una amiga como rosa, evidentemente yo no era el chico de la historia, porque yo le hacía bullying a los bullying, no soportaba a esos abusadores, pero sí recuerdo a esa "Rosa" en el grupo, pasaba mucho tiempo con ella y ciertamente aprendí mucho de ella...

Es un excelente escrito, un escrito hecho para darnos una lección genial de humildad, no debemos sentirnos superiores a nadie...

Dejo pizza para Rosa y para su amigo.

!PIZZA

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Gracias Gabo, jajaj yo me he tropezado con Muchas personas como Rosa, tanto hombres como mujeres, y siempre me han sacado risas jajaja 🤣. A veces encontramos amabilidad en esas personas que sin duda, son extraordinarias.

Saludos bro 👍

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Amigo, tiempo sin leerte, qué buena historia, como siempre. Tus descripciones me gustan mucho, puedo imaginarme a Rosa, al limón entre las fresas. Me gustó el tinte de esta historia, la nobleza de la amistad, y de cómo la mira el narrador.

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Hola 😊 que bueno verte por acá 😃.

Me hace feliz el hecho de que hayas conectado con esta historia y sus personajes; gracias por pasar a leer, lo aprecio de corazón ❤️.

Saludos cordiales 👋

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Wow hermano!!! De los relatos más preciosos que he leído, una amistad muy preciosa!!! He quedado fascinado con este relato, de verdad que pensé al principio que era una experiencia propia del escritor hasta que llegué a la conclusión que pues todos alguna vez en la vida tuvimos a una rosa. Quién haya podido tener esa bendición de amistad es alguien increíble, y quizás no hayan tenido una rosa sino que hayan sido la rosa! ♥

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