Me acostumbré al dinero
Fuente
Una compañía que no me hace preguntas, sino que más bien me las resuelve. No conversa, pero me escucha, sin tener que llegar al nivel de una pregunta incómoda, simplemente es lo que es.
El dinero me ha dado todo lo que siempre soñé, y más. Me dio poder cuando emito una palabra y todos me quieren oír, en el fondo, estoy seguro que es por interés, pero se siente muy bien tener el control por un rato.
Que ironía la mía, antes de tener dinero, si iba a un restaurant cualquiera (sobre todo a los costosos), no había entrado al salón cuando prácticamente ya me comenzaban a cobrar, con una mirada intensa de querer juzgarme, esperando que diera un paso en falso para llamar a las autoridades.
Pero cuando volví al mismo lugar, me recibieron con bombos y platillos, jamás me preguntaron como iba a pagar, e incluso el gerente se acercó a mí y me dijo que por ser mi primera cena (primera desde mi nuevo estatus), esta iba por la casa y no tuve que pagar lo que consumí. Ironía en su máxima expresión.
¿Quién necesita tener amigos, si puedo comprarlos cuando yo quiera? Salvo de que no es real este sentimiento, llena lo suficiente para querer olvidarlo. Al fin, tuve lo que tanto esperaba.
Mi cumpleaños fue hoy, jamás recibí tantas felicitaciones juntas, incluso de gente que no me conoce, salvo por un ligero detalle, mi cumpleaños no es hoy, solo puse esa fecha porque quería mantener mi vida privada un tanto alejada de toda la atención de ciertas personas. En fin, me felicitó gente que ni sabía que existía, e incluso me llamaban "hermano", intenso si me lo preguntan.
El dinero no me hace esas cosas, porque sinceramente no le importo en lo absoluto, si el día de mañana no me encuentro aquí, el dinero simplemente cambiará de dueño. Tétrico pero real. Y es precisamente la razón por la que prefiero el dinero que a las personas, porque en él si veo mi verdadera naturaleza.
Me siento solo, porque el dinero llegó para ocupar el espacio de aquellos que estuvieron conmigo cuando no tenía nada, pero se ajustaron a mi nueva forma de ser, pero como homenaje a su verdadero amor por mí, decidí no abrir las puertas de mi corazón jamás, porque nadie es digno de mis debilidades.
Gracias dinero, por darme todo, y aún así dejarme tan vació.
Esta publicación ha recibido el voto de Literatos, la comunidad de literatura en español en Hive y ha sido compartido en el blog de nuestra cuenta.
¿Quieres contribuir a engrandecer este proyecto? ¡Haz clic aquí y entérate cómo!
Pobre el que actúa con el disfraz y la careta insensible del dinero, vanidad.
Te felicito por tu trabajo creador.