Noches agonizantes [ESP-ENG]

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Respiración agitada, labios resecos y manos sudorosas. Los ojos celestes de Bobby estaban tan abiertos que empezaban a picarle. Su cuerpo se encontraba inmóvil, justo como si estuviera dormido. Pero la mente del pequeño de seis años estaba más que despierta. No podía gritar, no podía hablar. El único sonido que emitía era una especie de queja que salía por su garganta rasposa. No sabía qué hacer, no podía llamar a su madre para que lo ayudara y sabía que si no lograba moverse se quedaría estancado por varias horas hasta que amaneciera.

Trataba de doblar los dedos de sus manos y sus pies, pero fue en vano. trató de mover, levantar e inclinar su pierna derecha y tampoco pudo al igual que tampoco su cabeza lograba moverse hacia los lados. Su respiración cada vez se aceleraba con más fuerza, sentía que su corazón iba tan rápido que le saldría por la boca. Hizo varios intentos para poder salir de aquel castigo en el que estaba envuelto. Por su laguna de pensamientos pasó la idea de que todo podría ser una simple pesadilla, puesto a que en los últimos días había tenido varias. Estaba acostumbrado a que eso pasara cuando no cumplía con sus horas de sueño, o eso era lo que su madre le decía cuando entraba llorando a su habitación luego de despertarse.

Estaba cansado, su cuerpo se sentía así; tan pesado como si una gran roca descansara sobre su cuerpo. Quería llorar, sus ojos estaban tan enrojecidos que el picor le era insoportable. Empezaba a acalorarse, desvió la mirada hacia la izquierda, la ventana de su habitación se encontraba en la pared que estaba cerca de su cama. Por esta se divisaba una pequeña rama de árbol que entraba por esta y tocaba varias veces el vidrio limpio. Soltaba un ruido bastante peculiar, se sentía como el acariciar de una larga uña que raspaba de forma lenta y tenebrosa. Claro que empezaba a asustarse más, tenía miedo de que entrara algún espíritu de esos que salían en las películas, así que unió toda su fuerza y quitó la mirada de ahí.

Ahora los ojos del pequeño Bobby estaban fijos en el techo, cosa de la cual se arrepintió, pero estaba tan perplejo y atemorizado que las gotas sudorosas que caían de su frente se sentía tan frías como sus huesos. Una larga mata de cabello negro y despeinado que caía sobre la cara angelical de un cuerpo que no lograba divisar si era femenino o masculino. Solo que se veía tan hermoso cómo una de esas caricaturas coreanas que veía su hermana mayor.

Vestía totalmente de negro y una sábana del mismo color la acompañaba, de su boca enrojecida caían pequeñas gotas de sangre y sus ojos estaban tan oscuros que podía reflejarse en el brillo que les pertenecía. Su piel era tan pálida que podría compararse con una hoja y sus uñas eran tan largas y sucias que estaba seguro de que si el filo de estas lo tocaba, podría causarle alguna enfermedad.

El cuerpo empezó a bajar y acercarse a el pequeño niño, la sangre de su boca empezó a caer sobre el infante y justo en ese momento todo desapareció. Pudo recuperar el movimiento y se sentó fácilmente, todo se había ido. Solo eran él, sus peluches y la fría madrugada. Sé bajo de la cama con un salto y corrió hasta la ventana para cerrarla, pero algo llamó su atención, en el otro lado del árbol se encontraba justo aquella misma persona que minutos antes estaba colgada en el techo.


Imagen de ELG21 en Pixabay




English

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Heaving breath, parched lips and sweaty hands. Bobby's light blue eyes were so wide they were starting to sting. His body was motionless, just as if he were asleep. But the little six-year-old's mind was more than awake. He couldn't scream, he couldn't speak. The only sound he emitted was a kind of whine coming out of his scratchy throat. He didn't know what to do, he couldn't call his mother to help him and he knew that if he didn't manage to move he would be stuck for several hours until dawn.

He tried to bend his fingers and toes, but to no avail. He tried to move, lift and tilt his right leg, but he couldn't move it either, just as his head couldn't move sideways. His breathing was getting faster and faster, he felt that his heart was going so fast that it would burst out of his mouth. He made several attempts to get out of that punishment in which he was involved. He thought that it could all be a simple nightmare, since in the last few days he had had several of them. He was used to that happening when he didn't get enough sleep, or that was what his mother told him when he went crying into his room after waking up.

He was tired, his body felt like that; as heavy as if a big rock was resting on his body. He wanted to cry, his eyes were so red that the itching was unbearable. He was beginning to get hot, he looked away to the left, the window of his room was on the wall near his bed. Through it, a small tree branch could be seen coming through the window and touching the clean glass several times. It made a rather peculiar noise, it felt like the caress of a long fingernail scraping slowly and darkly. Of course he was starting to get more scared, he was afraid that some spirit from the movies was coming in, so he gathered all his strength and looked away.

Now little Bobby's eyes were fixed on the ceiling, which he regretted, but he was so perplexed and frightened that the sweaty drops falling from his forehead felt as cold as his bones. A long clump of tousled black hair fell over the angelic face of a body he couldn't make out whether it was female or male. Only that he looked as beautiful as one of those Korean cartoons his older sister used to watch.

She was dressed entirely in black and a sheet of the same color accompanied her, little drops of blood fell from her reddened mouth and her eyes were so dark that you could see the glow that belonged to them. His skin was so pale that it could be compared to a leaf and his nails were so long and dirty that he was sure that if the edge of them touched him, it could cause him some disease.

The body began to lower and approach the little boy, the blood from its mouth began to fall on the infant and just at that moment everything disappeared. He was able to regain movement and sat up easily, everything was gone. It was just him, his stuffed animals and the cold early morning. He jumped out of bed and ran to the window to close it, but something caught his attention, on the other side of the tree was the same person who minutes before was hanging on the ceiling.


Imagen de ELG21 en Pixabay



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