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Elegir como enfrentarse a una situación determinada desde el miedo o del amor, no es una decisión fácil de tomar y aunque a veces creamos que elegimos una de las dos, se vuelve difícil mantener esa posición hasta el final de la problemática.

Desde hace un tiempo para acá he escogido el miedo y no porque no tenga el valor suficiente para enfrentarme a las situaciones (o tal vez si) sino porque me he dado cuenta que huyendo o evadiendo pongo a salvo mi salud mental. Puede que sea una falsa idea, en cambio me estoy poniendo delante de todo

Leyendo algunos comentarios sobre la publicación de la iniciativa de la amiga @rosahidalgo, alguien intervenía diciendo que cuando el miedo se apodera de nosotros lo único que escuchamos es corre de ahí, corre y es muy cierto.

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Si por ejemplo estamos ante una encrucijada de la vida: problemas por aquí, problemas por allá, discusión por aquel lado. ¿Que decisión tomarías?
Yo correría y sin parar. Se requiere de mucho sosiego para enfrentar las cosas son serenidad, por lo que huir sería mi salida. El miedo dentro de mi, toma mucha ventaja y me hace tomar esa decisión.

Ante cualquier malentendido o palabras cruzadas con otra persona, mi reacción inmediata es alejarme. No tomo esa decisión porque yo haya tenido la razón o porque sea de la otra persona, simplemente mi primer instinto me lleva a eso. Antes lo hacía, porque pensaba que esa persona si llegó a tener el malentendido conmigo, no se merecía mi tiempo (porque también es, le llamo malentendido o palabra cruzada a un problema serio x importante, no a una boberia entre amigos). Hoy día, sigo haciendo lo mismo porque tal vez me he acostumbrado o quizás llegó el momento en el que me siento cómoda alejándome.

Considero que mi postura tal vez no sea la más adecuada, en cambio, es la que me ha salvado en varias ocasiones, porque, no es menos cierto que nuestro tiempo lo ocupa quien queramos que lo ocupe.

@rosahidalgo nos propuso ver la vida como un juego, para así anticipar los movimientos, las intervenciones y tener respuestas adecuadas. Eso estuviera genial. En cambio yo preferiría la vida como una película, aquella que observas por primera vez, tienes la opción de decir si te gusta o no, puedes darle otra oportunidad y es a partir de esta última cuando dices desde otra perspectiva que tal te pareció. En caso de ser película también puede ser como yo hago con las que ya he visto, me hago spoliers a mi misma 😁

Enfrentar con amor significaría tener la paciencia suficiente para explicar punto a punto y convencer a la otra persona de algo (hablando en caso tal de una discusión)
Tomar alguna decisión desde esta segunda variante sería como jugar ajedrez, ya que no soy muy buena en este campo. También está que tomando las decisiones que tomaba antes considero que lo hago en nombre de mi amor propio, aquel amor que me obliga a ponerme delante de todas las cosas

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Huyendo de las situaciones pienso:
No me gusta estar ahí
No estoy cómoda
No tengo porque soportar esto
Nada ni nadie tiene porque tener poder sobre mi

Simplemente con el miedo demuestro el amor que siento hacia mi

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