Me and my little crack [ENG-SPA]

Me and my little crack

Every afternoon, when I see my son running after the ball, I feel a mixture of pride and excitement that fills my heart. I remember when I was just a shy kid kicking a ball in the garden. Now, every weekend, I see him shine on the court, demonstrating a skill and a passion that amazes me.

Being a footballer's mum has been one of the most rewarding experiences of my life. Beyond the training sessions and the matches, we have built a special bond, a bond that gets stronger with every pass, every goal and every hug.
I remember when he started playing, he was so small and fragile. I was worried that he would get hurt, but seeing him so happy, so focused on the game, I understood that football was much more than just a sport for him. It was a way to express oneself, to make friends and to learn important values such as teamwork, respect and discipline.

As a mom, I've had to make a lot of adjustments in my life to support her passion. Organizing my time, attending trainings, matches, trips... But I have never seen it as a sacrifice, but as an opportunity to grow together with him.
I love to see how he has evolved not only as a player, but also as a person. He is more confident, more determined and more responsible. And I know that a big part of that growth is due to football.

Sometimes, when I watch him play, I am transported back to my own childhood. I remember the games on the street, the joy of scoring a goal and the sadness of losing. And I realize that football is still a game, but it's also much more than that. It is a school of life that teaches us to face challenges, overcome obstacles and celebrate triumphs.

I am very proud of my son and everything he has achieved so far. And I know that no matter what, I will always be there to support and encourage him every step of the way.

Rosbesalazar

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Mi pequeño crack y yo

Cada tarde, al ver a mi hijo corriendo tras el balón, siento una mezcla de orgullo y emoción que me llena el corazón. Recuerdo cuando era solo un niño tímido que pateaba una pelota en el jardín. Ahora, cada fin de semana, lo veo brillar en la cancha, demostrando una habilidad y una pasión que me asombran.

Ser la mamá de un futbolista ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida. Más allá de los entrenamientos y los partidos, hemos construido un vínculo especial, un lazo que se fortalece con cada pase, cada gol y cada abrazo.

Recuerdo cuando empezó a jugar, era tan pequeño y frágil. Me preocupaba que se lastimara, pero al verlo tan feliz, tan concentrado en el juego, entendí que el fútbol era mucho más que un simple deporte para él. Era una forma de expresarse, de hacer amigos y de aprender valores importantes como el trabajo en equipo, el respeto y la
disciplina.

Como madre, he tenido que hacer muchos ajustes en mi vida para apoyar su pasión. Organizar mi tiempo, asistir a los entrenamientos, los partidos, los viajes... Pero nunca lo he visto como un sacrificio, sino como una oportunidad para crecer junto a él.
Me encanta ver cómo ha evolucionado no solo como jugador, sino también como persona. Es más seguro de sí mismo, más decidido y más responsable. Y sé que una gran parte de ese crecimiento se lo debe al fútbol.

A veces, cuando lo veo jugar, me transporto a mi propia infancia. Recuerdo los juegos en la calle, la alegría de marcar un gol y la tristeza de perder. Y me doy cuenta de que el fútbol sigue siendo un juego, pero también es mucho más que eso. Es una escuela de vida que nos enseña a enfrentar los desafíos, a superar los obstáculos y a celebrar los triunfos.

Estoy muy orgullosa de mi hijo y de todo lo que ha logrado hasta ahora. Y sé que, pase lo que pase, siempre estaré ahí para apoyarlo y alentarlo en cada paso de su camino.

Rosbesalazar

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Fotos de mi propiedad
Fotos tomadas desde mi celular iPhone 13pro
Traductor DeepL

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Photos of my property
Photos taken from my iPhone 13pro cell phone
DeepL Translator

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