La puerta amarilla (ESP/ENG)
Fuente
Elisa estaba muy cansada, se había acostado muy tarde y había aceptado ir a trabajar en el turno de la noche como recepcionista de un restaurant en el centro de la ciudad. Al salir de su trabajo en un estudio de grabación se dirigió hasta allá. Era un dinero extra que la ayudaría con los compromisos que tenía que cubrir esa semana y además le permitía reunir para comenzar un curso de locución.
Sus amigas Leonor y Maricarmen la estaban esperando para ir a bailar, mientras se tomaban unas bebidas en la barra.
Ya iban a ser las tres de la mañana cuando salieron del restaurant y se dirigieron caminando al bar de la esquina, que según le habían dicho sus amigos tenía una pista de baile muy buena y la música era excelente. Al salir a la calle el frio de la madrugada era muy intenso y se colocaron sus bufandas y guantes. La neblina era tan espesa que les costaba ver hacia donde se dirigían. La calle estaba sola.
El bar al que acostumbraban ir los jóvenes para reunirse a tomar unos tragos y bailar, era una simulación del metro de New York y su entrada unas escaleras hacia abajo. Las amigas llegaron a la puerta donde el vigilante las detuvo, Elisa le dijo que querían entrar a bailar, el hombre tenía un sombrero que le cubría parte del rostro y con un tono seco le dijo.
—La entrada no es por acá, sigue caminado y a unos metros está una puerta amarilla, toca allí, —le dijo el hombre dirigiéndose a ella.
Aunque les pareció extraño, sin embargo, hicieron lo que él les decía. Con dificultad, pues la neblina se había hecho aún más espesa, llegaron a la puerta. Tocaron varias veces hasta que un hombre calvo, vestido con un traje marrón, les abrió y las dejo pasar.
Las escaleras estaban muy iluminadas y el ambiente era cálido. Al bajar se encontraron con un salón lleno de personas y unos asientos similares a los de los vagones del metro, con sus tubos para sostenerse. Las paredes estaban llenas de graffitis “Llegaste al fin del mundo” “No hay retorno” “Somos luz” “La danza y la música nos liberan”. Al fondo la barra y el DJ.
—¡Esto está genial! —fue la expresión de Maricarmen.
—La decoración me encanta, esperemos que la música también. —¿No te parece Elisa? —le dice Leonor a una Elisa que está asombrada y a la expectativa.
—Esto me parece un poco extraño, las personas no están bailando, ni siquiera están tomando y no se escucha la música. ¿No les parece?
—Bueno, vamos a explorar el lugar, pero si es extraño, no hay música y solo se escuchan las voces de la gente como si murmuraran.
Se acercaron al bar y un joven con una sonrisa muy simpática les pregunto.
—¿Qué quieren tomar las jóvenes? Tenemos todo lo que puedan desear, solo imagínenlo y yo se los serviré.
—Te queremos hacer una pregunta, —le dice Elisa —¿Por qué no se escucha la música?
—Es muy sencillo ninguna persona de las que están acá lo ha deseado, ustedes pueden hacerlo, imagínense una canción que quieran escuchar.
—¿Y como puede ser eso, —le dice Maricarmen.
—Esa es la magia de este lugar.
—¡Vamos a intentarlo, yo primero! —La expresión de Leonor era como la de una niña a la que le han dado un juguete.
Al instante la música comenzó a sonar, la canción que había estado en la mente de Leonor hace apenas unos segundos se escuchaba en todo el salón.
—¿Pero esto no es posible, —dice Elisa —¿Cuál es el truco?
—Acá no hay ningún truco, solo realidades. Y no me han dicho todavía que van a tomar.
—Yo quiero una cerveza y ustedes —les dice Maricarmen.
—Yo también quiero una, acá hace calor, —dice Leonor —¿Y tu Elisa?
—Si, también una cerveza por favor.
—¡Sus deseos son órdenes!
Y al instante les servía tres grandes jarras de una cerveza muy fría, que rebosaba de espuma.
—¡Vamos a bailar amigas! y a olvidarnos por unos momentos del trabajo, deudas, de compromisos, hay que disfrutar de la vida. —Maricarmen las agarra de los brazos y se van al centro del salón. Allí estuvieron bailando con cada canción que imaginaban. El tiempo fue pasando y entre cervezas y música ya estaba amaneciendo. Elisa tenía mucho sueño y se sentó en uno de los vagones. Sus amigas fueron tras ella. Trataron de despertarla, ellas querían seguir bailando.
Elisa despertó en el metro, los vagones estaban solos, era la última pasajera. Desorientada se bajó en la próxima parada y salió a la superficie, el frío y la neblina no le permitían ver con claridad, pero llegó a su casa. Eran las tres y media de la mañana. "¿Que había pasado, donde estaban sus amigas?". No encontró su teléfono para llamarlas. El cansancio que tenía hizo que se durmiera de nuevo.
Al despertar se sentía muy bien, con energías. Se vistió y se dirigió a su trabajo desde donde llamaría a su amiga Maricarmen.
—Hola Maricarmen. ¿Qué pasó anoche? ¿Por que me dejaron sola en el metro?.
—Hola amiga, que locura dices. Si te estuvimos esperando en el bar y no llegaste, te acuerdas que te dijimos que íbamos a esperarte allá. Que cabeza loca. Estábamos pendiente de ti y te llamamos por teléfono, pero no contestaste.
—El teléfono se me extravió, no sé dónde lo dejé. Eso que me dices no puede ser, tengo que hablar contigo y con Leonor. ¿Te parece bien si nos vemos para almorzar?
—Me parece bien, así nos cuentas que te sucedió, yo le aviso a Leonor.
Se reunieron a las doce del mediodía en un restaurant italiano donde acostumbraban comer, era un local pequeño pero muy familiar y Don Luigi lo atendía personalmente.
—Hola muchachas que bueno verlas, me tenían abandonado,—Luigi las recibe con una gran sonrisa, —vengan por acá, esta es su mesa de siempre.
—Gracias Luigi, siempre tan atento y ya sabes lo que vamos a pedir, —le dice Maricarmen.
—El "pasticho de la nonna", en un momento se los traigo.
—Y ahora cuéntanos Elisa que fue lo que sucedió anoche, —le dice Leonor poniendo los codos de los brazos sobre la mesa, en señal de atención.
Elisa les cuenta todo lo que sucedió desde que salieron del restaurant. —Yo sé que es extraño y difícil de creer, pero es cierto.
—Yo creo que más bien estabas muy cansada y te imaginaste todo eso, lo soñaste mientras ibas en el metro, —fue el comentario de Leonor.
—No sé qué pensar amiga, se me ponen los pelos de punta, que extraño sueño.
—¡Que no fue un sueño Maricarmen! y se los voy a demostrar. Vamos esta noche al bar
Por casualidad Luigi al traer la comida escucha parte de la conversación y no puede ocultar su asombro y al mismo tiempo su alegría.
—Disculpen que me entrometa en su conversación, pero no puedo evitarlo. A mí también me sucedió eso hace muchos años cuando llegué a esta ciudad y trabajaba muy duro. Nadie me creyó, pero yo sabía que era cierto y abrazando a Elisa, le dio las gracias. Y si piensan volver, no creo que dé resultado… yo también lo hice muchas veces y no pude encontrar la entrada al bar.
Elisa, Maricarmen y Leonor no salían de su asombro. Y decidieron hacer el intento de ir al bar.
Esa noche aproximadamente a la misma hora, con la neblina y el frío más intenso, las tres amigas caminaron hasta la puerta donde esperaba el hombre del sombrero. Se acercaron y Elisa le dijo que querían entrar a bailar.
—Pueden pasar les dijo el hombre, bajen las escaleras con cuidado.
—¿Pero no hay otra entrada? —insistió Elisa.
—Por los momentos, solo hay esta que están viendo y metiendo su mano en el bolsillo, le entregó su teléfono. —Anoche cuando viniste sola, lo dejaste caer.
—Y porque me dijo que esta no era la entrada sino la otra puerta.
Porque eso fue lo que deseaste, estabas cansada y tu mente te dio lo que tú querías.
ENGLISH VERSION
Elisa was a little tired, she had gone to bed very late and had agreed to go to work the night shift as a receptionist at a restaurant in the center of the city. After leaving her job at a recording studio, she headed there. It was extra money that would help her with the commitments she had to cover that week and it also allowed her to raise money to start a voice-over course.
Her friends Leonor and Maricarmen were waiting for her to go dancing, while they had a few drinks at the bar.
It was about three o'clock in the morning when they left the restaurant and walked to the bar on the corner, which her friends had told her had a very good dance floor and the music was excellent. As they walked out into the street the early morning chill was biting and they put on their scarves and gloves. The fog was so thick that it was hard to see where they were going. The street was lonely.
The bar where the young people used to go to meet for drinks and dancing was a simulation of the New York subway and its entrance was a few stairs down. The friends arrived at the door where the guard stopped them, Elisa told him that they wanted to go in to dance, the man had a hat that covered part of his face and with a dry tone he said.
-The entrance is not this way, keep walking and two meters away there is a yellow door, knock there," said the man addressing her.
Although it seemed strange to them, nevertheless, they did as he told them. With difficulty, for the fog had thickened, they reached the door. They knocked several times until a bald man, dressed in a brown suit, opened it and let them in.
The stairs were brightly lit and the atmosphere was warm. On their way down they found a room full of people and seats similar to those in subway cars, with tubes to hold them up. The walls were full of graffiti "You have arrived at the end of the world" "There is no return" "We are light" "Dance and music set us free". In the background the bar and the DJ.
-This is great! -was Maricarmen's expression.
-I love the decoration, let's hope the music too," said Leonor to an astonished and expectant Elisa.
-This seems a little strange to me, people are not dancing, they are not even drinking and we can't hear the music, don't you think so?
-Well, let's explore the place, but it is strange, there is no music and you can only hear people's voices as if they were murmuring.
They approached the bar and a young man with a very nice smile asked them.
-What would the young ladies like to drink? We have everything you could possibly want, just imagine it and I will serve it to you.
-We want to ask you a question," said Elisa, "Why can't you hear the music?
-It is very simple, none of the people here have ever wished for it, you can do it, just imagine a song you want to listen to.
-And how can that be," says Maricarmen.
-That is the magic of this place.
-Let's try it, me first! -Leonor's expression was like that of a child who has been given a toy.
Instantly the music began to play, the song that had been in Leonor's mind just a few seconds ago could be heard throughout the room.
-But this is not possible, -says Elisa -What's the trick?
-There is no trick here, only realities. And you still haven't told me what you are going to drink.
-I want a beer and you," says Maricarmen.
-I want one too, it's hot here," says Leonor, "And you, Elisa?
-Yes, a beer too, please.
-Your wish is my command!
And immediately she poured them three large mugs of very cold beer, overflowing with foam.
-Let's go dancing, friends, and forget about work, debts and commitments for a while, we have to enjoy life. -Maricarmen grabbed them by the arms and they went to the center of the room. There they danced to every song they could imagine. Time went by and between beers and music it was already dawn. Elisa was very sleepy and sat down in one of the wagons. Her friends went after her. They tried to wake her up, they wanted to continue dancing.
Elisa woke up in the subway, the cars were alone, she was the last passenger. Disoriented, she got off at the next stop and went to the surface, the cold and the fog did not allow her to see clearly, but she arrived home. It was half past three in the morning. "What had happened, where were her friends?." She couldn't find her phone to call them. Her tiredness made her fall asleep again.
When she woke up she felt very well, energized. She got dressed and went to work from where she would call her friend Maricarmen.
-Hello Maricarmen, what happened last night, why are you leaving me?
-Hello friend, what a crazy thing to say. We were waiting for you at the bar and you didn't show up, remember we told you we were going to wait for you there. What a crazy head. We were waiting for you and we called you on the phone, but you didn't answer.
-The phone got lost, I don't know where I left it. What you're telling me can't be, I have to talk to you and Leonor. Is it all right if we meet for lunch?
-It's fine with me, so you can tell us what happened to you, and I'll let Leonor know.
They met at noon in an Italian restaurant where they used to eat, it was a small but very familiar place and Don Luigi attended it personally.
-Luigi welcomed them with a big smile, -Come this way, this is your usual table.
-Thank you Luigi, always so attentive and you know what we are going to order," says Maricarmen.
-The "pasticho de la nonna", I'll bring it to you in a moment.
-And now tell us Elisa what happened last night," says Leonor, putting the elbows of her arms on the table as a sign of attention.
Elisa tells them everything that happened since they left the restaurant. -I know it's strange and hard to believe, but it's true.
-I think that you were really tired and you imagined all that, you dreamt it while you were riding the subway," was Leonor's comment.
-I don't know what to think, my friend, it makes my hair stand on end, what a strange dream.
-It wasn't a dream Maricarmen! and I'm going to prove it to you. Let's go to the bar tonight
By chance Luigi, while bringing the food, overhears part of the conversation and cannot hide his astonishment and at the same time his joy.
-Excuse me for butting into your conversation, but I can't help it. That happened to me too many years ago when I first came to this city and worked very hard. No one believed me, but I knew it was true and hugging Elisa, thanked her. And if you are thinking of going back, I don't think it will work... I did it many times too and I couldn't find the entrance to the bar.
Elisa, Maricarmen and Leonor couldn't get over their astonishment. And they decided to try to go to the bar.
That night at about the same time, with the fog and the cold more intense, the three friends walked to the door where the man with the hat was waiting. They approached and Elisa told him that they wanted to come in and dance.
-The man said, "You can go in, go down the stairs carefully.
-But isn't there another entrance? -Elisa insisted.
-For the moment, there is only this one that you are looking at and putting his hand in his pocket, he handed her his phone. -Last night when you came alone, you dropped it.
-And because you told me this wasn't the entrance but the other door.
Because that's what you wished for, you were tired and your mind gave you what you wanted.
Muchas gracias @mayvileros por valorar mi publicación .
Saludos y bendiciones💐
Amiga @popurri me encantó tu relato. Que causalidad los nombres que usaste yo me llamo Elaiza y mi hermana se llamaba Leonor. Aparte de los nombres me sumergí en esta historia, muy bien narrada. Te felicito. Me dió curiosidad lo que le había pasado a Elisa. Excelente historia.
Hola @elamaria. Sabes que son nombres que me vienen a la memoria cuando estoy escribiendo y que a veces no son cercanos. Me alegra que te haya gustado la historia de Elisa y agradezco mucho tu comentario.
Saludos y bendiciones💐
Hola @popurri, entretenida historia y con algo de suspenso que logra captar la atención de los lectores y mantenernos espectates ante cualquier situación. Quien no quisiera desconectarse del mundo de esa manera?
Me alegra que te haya gustado mi historia. Yo también quisiera hacerlo y que mejor manera que escuchando música y bailando.
Un abrazo @sidalim88 y feliz noche
Woo, sencillamente es impactante todo esto. Me gustó la forma en que desglosaste la historia
Mucha gracias @ismaelrd04, me encanto tu expresión y me alegra que te haya gustado.
Saludos y feliz día
Lugares liminales, siento que es uno de esos lugares, un bar entre dos puntos, en su propia dimensión... Saludos y un abrazo, sinceramente el bar me suena a un lugar liminal...
Estuve buscando sobre el significado de lugares liminales y me pareció muy interesante. La noche puede hacer que lo que está en nuestra mente parezca muy real o.. ¿quizás lo sea? Muchas gracias por tu comentario.
Muchas gracias @jesustiano.
Saludos y bendiciones
Me encanta haberte introducido un concepto tan obscuro como la liminalidad de un sitio o mejor dicho, la capacidad de ser un sitio liminal, aquello que no es un sitio u otro, y solo es un punto de paso. Estos lugares son relacionados comúnmente con rupturas de las leyes de la física y el espacio, tienen su magia por decirlo asi, por eso lo relacione con el bar, se siente como un sitio construido sobre un área liminal, algo donde la realidad se dobla en sus bordes.
Ojala un dia lo aproveches para otra historia, es un buen concepto :)
Gracias @jesustiano, es un buen tema para desarrollar una historia.
Abrazos