Reflexiones filosóficas de un pensador nocturno: 18/03/2024
¿Cuándo es razonable pensar que estamos atrapados en la rutina? Esta es una pregunta que asalta mi mente en ocasiones, y últimamente, de manera muy seguida. La respuesta es... Cuando lo sentimos en nuestro interior.
Debemos prestar atención a nuestras impresiones
En Occidente, con el excesivo enfoque ciéntifico y tecnológico en todo, hemos puesto de lado todo enfoque pueda concebir las emociones, tildándolo de poco certero, de débil e impreciso, pero las emociones tienen una razón de ser en el ser humano. Y tenemos que asimilar que dicha razón es el hecho de que no son un estorbo, sino una guía interna que tenemos y que favorecen nuestras intuiciones sobre todo lo que nos acontece.
Si vas a hacer un negocio con alguien, por ejemplo, y tu intuición te dice que tal vez deberías esperar un poco, es debido a que tus emociones te están diciendo, en función de impresiones internas basadas en tu observación de factores externos, que debes detener cualquier negociación con dicha persona hasta que despejes tus dudas.
Pero estas impresiones son, muchas veces, catalogadas como inseguridades, cuando claramente no lo son. Realmente son precauciones, sentido común, basado en percepciones profundas de las cuales tal vez ni siquiera eres consciente.
Las percepciones nos orientan donde la razón no entra
Cuando no tenemos suficiente evidencia para juzgar objetivamente la realidad, la intuición es la única arma que tenemos para defendernos apropiadamente en un mundo que cambia a un ritmo muy veloz y a veces descontrolado. Todo aquello que no implica números, o que no puede ser medido a través de números, son hechos que deben ser analizados de una manera sabia y ello solo se logra a través de la intuición, que como ya dije, hace uso de las emociones.
Pongámoslo de otra manera: Si estás, por ejemplo, reunido con un grupo de personas que sabes que te pueden hacer sentir mal, o que te pueden meter en un problema; no tendrás evidencia científica que te lleve a saber que así será hasta que el hecho pase y para entonces será demasiado tarde para ti.
Así que lo único que puede advertirte de tal posibilidad y ayudarte a evitar los inconvenientes es la intuición. Ya que la intuición utiliza su propia clase especial de lógica, al emplear fragmentos de razón y realidad para ayudarnos a identificar y evitar posibles amenazas, pero de una manera sabia, e incluso, profiláctica. Así que la intuición nos permite anticipar certeramente lo que no queremos que ocurra y lo que sí.
La filosofía en todo esto
Vuelvo a poner énfasis, como he hecho en tantos otros posts, acerca de la importancia que tiene la filosofía en la vida de toda persona. Porque solo a través de la filosofía, aprendemos a hacer uso consciente de nuestra propia lógica y nuestra propia razón, basados en nuestras observaciones profundas y nuestras percepciones, cuestiones ambas que se compendian en la intuición.
Una persona que haga constante uso de un enfoque filosófico en su vida, será capaz de detectar problemas y evitarlos (en la mayoría de los casos), aún cuando no tenga una sola evidencia científica absoluta que le dé al 100% la razón. Y aún cuando dicha persona, en ocasiones falle en sus decisiones, hará un uso reflexivo de su propia lógica que le permitirá entender y aceptar la realidad de lo sucedido y buscarle el lado positivo (o menos malo) a cada asunto.
Y además, la persona que entiende y hace uso del enfoque filosófico, entenderá que aún de las cosas malas se pueden aprender cosas buenas y necesarias que nos ayudarán a evitar inconvenientes o problemas en el futuro. Eso es algo que resulta innegable desde todo punto de vista.
Volviendo al tema de la rutina
Entonces, si sentimos que estamos atrapados en la rutina, es debido a que, de hecho, lo estamos y nuestra intuición nos lo está advirtiendo. Así que reconociendo el asunto, solo nos queda idear un método para escapar de la rutina, pero a la vez siendo productivos y funcionales en nuestras vidas.
Prestar atención a lo que sentimos, analizarlo y razonarlo es una de las más ricas y profundas fuentes de conocimiento que tenemos los seres humanos acerca de cuestiones sobre las que no podemos tener certezas absolutas. No significa eso que todo lo que emocionalmente sentimos pueda ser correcto, porque de hecho no es así. Tampoco se trata de explotar o actuar emocionalmente ante cada cosa que nos ocurra en la vida, porque eso sería actuar por impulsos, de manera frenética, algo que sería totalmente peligroso y contraproducente en la vida, porque nos haría actuar erráticamente.
De lo que se trata aquí es de darle el justo valor y dimensión a las emociones que sentimos, combinándolo lo más posible con cuanta pieza de evidencia lógica tengamos a la mano antes de tomar cualquier decisión sobre cualquier asunto. Así que es de esto de lo que se trata todo.
¿Qué opinas sobre el tema tratado? Por favor comenta.
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