Los misterios de la vida y el papel de la filosofía

He aprendido, en mis años de vida, que si te esfuerzas por algo, sientes satisfacción al final del día, y esto es así independientemente del hecho de que hayas conseguido o no dicho algo. Esto es así, incluso cuando hablamos del hecho de entender algo nuevo, algo desconocido, algo para lo que no existe una respuesta exacta.

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La vida es un misterio

¿Por qué estamos aquí? ¿Quiénes somos los humanos realmente en el gran esquema de las cosas? ¿Existe la casualidad y la suerte o solo existe la causalidad? Estas son solo algunas de las muchas preguntas que asaltan mi mente diariamente.

Y me hacen darme cuenta de que la vida es un misterio; y no estamos hablando aquí de que sea un misterio pequeño; estamos hablando de la madre de todos los misterios. Si analizamos la vida, nos encontramos con interrogantes de todo los tipos y tamaños de naturaleza existencial.

Pero la respuesta... La respuesta es harina de otro costal.

El lugar de la filosofía

Hacer preguntas, en cuanto a dudas existenciales, es siempre más fácil que responderlas. Es allí cuando entra en juego la filosofía personal. Toda persona tiene una filosofía de vida, sea que lo sepa o no, porque todos tenemos una perspectiva y una opinión acerca de la realidad circundante, acerca de nuestra propia realidad y respecto a la realidad general. Todos tenemos una opinión y perspectiva sobre lo que ha sido, es y será, y de lo que deben ser las cosas.

Tener una filosofía personal de vida varía de una persona a otra; porque todos los seres humanos somos diferentes; y allí precisamente entra en juego la diversidad de la humanidad.

La filosofía no es ciencia, por lo tanto, no podemos hablar de filosofías ciertas y filosofías falsas, por ende, lo que para mí puede resultar cierto en cuanto a mis modos de analizar la vida (es decir, todas aquellas cosas que superan lo que la ciencia puede responder más allá de toda duda), puede resultar falso, o no tan claro para las demás personas; y viceversa.

Pero el lugar de la filosofía es importante hoy en día, tanto como lo ha sido siempre a través de la historia de la humanidad, y como lo seguirá siendo por toda la eternidad mientras la humanidad exista. Porque la ciencia da respuestas exactas, replicables, probadas más allá de toda duda, pero como defecto, está el hecho de que se ocupa de parcelas limitadas de conocimiento, así que el ritmo de avance de la ciencia (y lo que va descubriendo), va a un ritmo muchísimo más lento de la velocidad en la que los seres humanos nos planteamos nuestras dudas constantemente.

Sin embargo, tanto la ciencia como la filosofía tienen en el fondo (muy en el fondo), el mismo objetivo, el bienestar del ser humano, generar utilidades prácticas para el ser humano; lo que significa que, aunque de maneras diferentes, ambas ponderan y colocan al ser humano sobre todas las cosas. Para decirlo en términos del filósofo griego Protágoras: "El hombre es la medida de todas las cosas".

La racionalidad en la filosofía

Pero aunque la filosofía no sea una ciencia exacta (y jamás lo será, porque no es esa su finalidad), no significa que esté desprovista de racionalidad. De hecho, toda filosofía posee racionalidad, una que está adaptada a la realidad de cada ser humano en particular. Es por ello que no existe una racionalidad única en tal sentido.

Los grandes misterios de la vida, y nuestra manera de afrontar o de ver todas las grandes dudas existenciales, que tenemos como seres humanos, son abordadas desde un punto de vista racional. Si creemos que la vida es una interminable secuencia de casualidades, entonces andaremos por la vida, sin tener responsabilidad alguna por nada de lo que hacemos, porque nuestra racionalidad nos dice que, sin importar qué, todo en la vida es una casualidad o fruto de la suerte o azar.

Pero si creemos que la vida es causalidad, sucederá exactamente lo contrario, porque nuestra racionalidad (la razón con la que tocamos todo lo cognoscible), nos hace actuar en consecuencia según aquello que pensamos y sostenemos en nuestra mente a un nivel profundo.

Pero el papel de la filosofía (y de la racionalidad de la filosofía) es mucho más profundo de lo que la mayoría de la gente es capaz de entender en un primer momento; porque todo aquello para lo cual la ciencia no tiene ninguna respuesta, la filosofía tiene un camino.

Es por ello que me río cuando escucho a muchas personas decir que la "filosofía ha muerto", porque no entienden que lo que dicen no tiene ningún sentido, y que incluso mantener esa postura, es filosofía en sí misma.

En fin, siempre es interesante hablar sobre estos temas, pero podríamos escribir textos y tratados interminables sobre la materia, por lo que por hoy, lo dejaremos hasta este punto.

¿Qué piensas sobre el tema tratado? Por favor comenta.

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