Pront: "Sobre la cumbre"

Carlos se fue a visitar a sus abuelos en la ciudad de Mérida. Al llegar allá, él se consiguió con sus primos y varios amigos de su infancia. Ellos se habían reunido para hacer una excursión, y querían subir a las montañas y hacer una convivencia de yoga y espiritualidad en el páramo.

Todos estaban entusiasmados, por ir a un espacio de tranquilidad, a realizar sus prácticas espirituales, e invitaron a Carlos.

Carlos decidió ir a la montaña; sin embargo, a diferencia de los demás muchachos del grupo, Carlos no estaba acostumbrado a caminar en las montañas, ni tampoco hacía deporte, así que le costaba mucho mantenerse al paso de los demás, y llegó un momento en el que Carlos pensó en retirarse, por el cansancio.

—No te preocupes, Carlos, en un par de kilómetros, llegaremos a la cabaña, ahí descansaremos un rato y después subiéremos a la cumbre. — dijo Mariela, una de las primas de Carlos.

—En realidad, prima, no sé si pueda llegar a la cumbre, de verdad estoy muy cansado y voy retrasado del grupo. — dijo, Carlos.

—Eso es una tontería primo, el hecho de que estés retrasado no es algo para sentirse mal, y espiritualmente te ayuda, debido a que en este camino te encontraras a ti mismos en el cansancio y la soledad, y te aseguro que cuando llegues a la cumbre verás el mundo diferente, así como le pasó a Jesús en el desierto, pero con menos fuerza, tanto en la prueba, como en la espiritualidad. — Dijo Mariela sonriendo y apretando el paso, para alcanzar al grupo.

Carlos hizo lo que su prima le dijo, y efectivamente, mientras caminaba en soledad, él sintió varias emociones dentro de sí y cuando llegó a la cumbre, sin saber la razón, tenía lágrimas en los ojos. Él miró a los demás compañeros del grupo y se sentó en una piedra, mirando a la cabaña que habían dejado abajo.

—Realmente es una vista muy hermosa. — Dijo Carlos.

—Para ti primo es doblemente hermosa, una razón por la vista en sí misma, la otra razón, es que es la primera vista que haces, después de tu camino a una vida espiritual. Y te aseguro, que siempre recordarás la mirada que le haces a esa cabaña desde esta cumbre, como un momento especial y de cambio en tu vida — Comentó Mariela.

—Sí, estar con ustedes sobre esta cumbre, y lo que pasé para llegar a ella, es y será un momento especial, para lo que me queda de vida. Gracias. — Dijo Carlos, mirando a su prima y al resto del grupo, cuando se recostaba para disfrutar la vista.

Muchas gracias por leerme.

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