Miranda es una hermosa niña que vive en un bosque encantado, que está oculto en las selvas del Amazonas venezolano. Ella tiene un corazón enorme, lleno de alegría, y siempre tiene grandes sueños, que están acompañados de una enorme y bella sonrisa.

Miranda, vive explorando el bosque, y siempre anda con su gran amiga Camila, una osaita frontina, que es muy dulce y cariñosa. Ellas se las pasan juntas de arriba a abajo en el bosque, y un día, pasaron por un hermoso jardín, y ahí conocieron a Román, un hermoso unicornio, con su gran cuerno mágico en la cabeza.

Cuando Román las conoció, se hizo amigo de Miranda y Camila, y les dijo que él estaba muy contento de que ellas fueran amiga, ya que él era el guardián del bosque, y la fuerza de su cuerno mágico, se hacía más fuerte y poderosa, cuando en el bosque encantado y en el mundo entero crecían la verdad, la paz, la amistad y el amor. Y a él le encantaba ver cómo Miranda y Camila, se cuidaban y se querían mutuamente.

—¿Román, de veras tu cuerno mágico, se hace más fuerte y poderoso, con la amistad, el amor, la paz y la verdad?—preguntó Miranda, encantada y llena de curiosidad.

—Así es Miranda, esos sentimientos positivos, me dan energía y me dan mucha fuerza para poder proteger al bosque encantado y sus habitantes. —contestó Román.

—¿Y proteges también al resto del mundo don esos poderes? —preguntó Camila, que estaba rasgando un tronco a ver si conseguía miel.

—No Camila, no puedo proteger a todo el mundo. Sabes, en el mundo hay mucho odio, mucha maldad, mucha mentira y mucha violencia, y esos sentimientos, le dan fuerza a la bruja malvada del lado oscuro. Ella siempre engaña a las personas y sobre todo a los niños inocentes, para tratar de convertirlos en mentirosos, groseros y violentos.
Y ella en ocasiones es muy fuerte. Eso pasa cuando la gente y los habitantes del bosque, se dejan llevar por esos sentimientos negativos.
Así, que como no puedo ganar, trato de mantener el equilibrio.

¿Camila y tú qué estás haciendo? —contestó y preguntó Román.

—Estoy buscando miel, mientras hablo contigo, para comer y para darle a Miranda. —contestó Camila.

Román se río, hizo un movimiento con la cabeza, y de su cuerno mágico, salió una luz, que llegó hasta una piedra, y ahí aparecieron, frutas, dulces y miel para Miranda y Camila.

—Debo irme, niñas. Ustedes deben prometerme que tendrán cuidado en el bosque, y deben tener cuidado de la bruja malvada y de su mascota, que es un basilisco, que engulle a sus víctimas para inocularles, los malos sentimientos.

Y la única forma de vencerlo, es aferrándose con valor y sin miedo a los sentimientos positivos como la verdad, la paz, la amistad y el amor. — les dijo Román antes de retirarse a patrullar el bosque.

Un día, mientras jugaban en el bosque, Miranda y Camila, vieron la entrada de una cueva, y al frente de la cueva, había un panal de abejas lleno de miel.

—Mira, Miranda, hay mucha miel. Voy a ir a decirle a las abejas, que me den miel, para nosotras, pero vamos por este lado, ya que no me gusta cómo se ve esa cueva. Es más, espérame aquí y, mientras que yo hablo con las abejas. — dijo Camila.

Camila dio la vuelta, y pasó bien alejada, de la entrada de la cueva para hablar con las abejas. Y cuando llegó a hablar con las abejas, estas le dijeron: "Corre, osita, estás en peligro". Pero Camila, no tuvo oportunidad de correr, ya que al voltearse, solo pudo ver la boca enorme del basilisco de la bruja, brincando sobre ella y engulléndola en un solo movimiento.

Miranda, al ver que el basilisco se había tragado a Camila, salió corriendo hacia la enorme serpiente, y le dijo que le devolviera a su amiguita. En ese momento la bruja malvada salió de la cueva, y le dijo: "Si te haces servidora de la mentira, la deslealtad y otros sentimientos que te diré, bajo mi mando, soltaré a tu amiga".

Miranda, estaba con muchísimo miedo, pero recordó las palabras de Román, y se armó de valor, y le dijo a la bruja: "Jamás lo haré". En ese momento, la bruja le dio la orden al basilisco, y este engulló en un solo movimiento a Miranda.

Miranda, al estar dentro del basilisco, comenzó a llamar y a buscar a Camila, hasta que la encontró. En ese momento, ambas amiguitas se abrazaron, con mucha fuerza y llenas de temor.

—Miranda, tengo mucho miedo, y además estoy pensando cosas muy raras. — dijo Camila, asustada.

—Lo sé, yo estoy igual. Pero no debemos temer, estamos juntas y nos tenemos la una a la otra. Amigas para siempre. — Contestó Miranda agarrando la mano de Camila.

—¿Cómo saldremos de aquí?—preguntó Camila, asustada.

—Hay que hacer lo que nos dijo Román, con mucha fuerza, con mucho valor y estando juntas. — contestó Miranda.

El basilisco empezó a mandar a Miranda y Camila, pensamientos negativos, de odio, rabia, deslealtad, que les hacía pensar que debían traicionarse, y mentirse entre ellas, para poder salir, tratando de ponerlas una contra la otra.

Miranda y Camila se miraron y se contaron los pensamientos que les iban llegando. Pero por cada sentimiento o pensamiento negativo, ellas se aferraban a un pensamiento positivo, y por cada mentira que se les ocurría decían una verdad. Y después, comenzaron a decirse la una a la otra, como se querían y lo que significaba para ellas su amistad. Refugiándose en recuerdos hermosos, de cuando estaban jugando, comiendo y divirtiéndose juntas.

En ese momento, el espacio oscuro y fétido que había dentro del basilisco, comenzó a llenarse de luz y empezó a salir un olor agradable.

—¿Qué sucede, Miranda? —preguntó Camila.

—Lo que pasa es que la fuerza del amor, la verdad, la paz y la amistad, es más fuerte que la oscuridad y que los malos sentimientos. — dijo Miranda muy convencida de lo que decía.

En ese momento, Miranda y Camila se abrazaron, y la luz, que se emitía de donde ellas estaban, empezó a llenar a todo el basilisco por dentro, provocando que el enorme monstruo, se retorciera de miedo y de dolor.

Y después de varios movimientos del cuerpo del basilisco, este abrió la boca, saliendo de ella una enorme luz, que les indicaba el camino para salir a Miranda y Camila, quienes salieron juntas del interior del monstruo, agarradas de la mano.

El basilisco salió corriendo, y lleno de miedo y de dolor, entró a la cueva con tanta fuerza y rapidez, que no vio a la bruja malvada, a la cual tropezó, tumbándola en un gran charco de lodo.

Miranda y Camila, al ver la escena, terminaron riéndose al ver la expresión de la bruja, que en ese momento se paró, y entró detrás del basilisco a la cueva.

Ellas escucharon un ruido, y vieron a Román y a varios de sus amigos corriendo hacia la cueva. Ellos iban a rescatar a Miranda y Camila. Pero al verlas, Román se paró, y las miró orgulloso y dijo: "Mis dulces amiguitas están a salvo".

En ese momento, Miranda y Camila, abrazaron a Román y, llenas de gratitud y alegría, le dijeron: "Gracias a tus consejos, pudimos vencer al basilisco y a la bruja". Y ahí, cuando ellas les contaban a Román y sus su aventura, se prometieron, que jamás permitirían que la violencia, la mentira y la deslealtad, entraran en sus corazones, y le pudieron a los presentes que ellos hicieran lo mismo, enseñándoles a todos una lección sobre el poder del amor, la verdad y la paz.

A partir de ese día, Miranda y Camila se convirtieron, junto a Román, en las guardianas del amor, la verdad, la lealtad y la paz. Y siempre le recordaban a la gente, que esos sentimientos y esas actitudes, siempre brillarían ante cualquier oscuridad, dando así la paz y la armonía para el bosque encantado y para el mundo.

Gracias por leerme.