Creative Nonfiction: An unforgettable meal. Original Content. EN/ESP.

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The story:


Mariela, was meeting with her friends, at a place they went to after getting off work. They were having a great time at the meeting and in one of the conversations they had they decided to meet again. And before saying goodbye, Mariela invited them to meet at her house for lunch on Saturday.

Everyone agreed to go to the meeting, and decided among all that they should bring lago to the meeting, since Mariela would make the food, so one of Mariela's friends said she would bring wine, another the bread, another would make dessert and so, each of those present promised to bring something for the meeting.

—Hello sweetheart, how are you?— said Mariela when she got home.

—Very well. I see that you are very happy. How did the meeting go? I asked Mariela.

—I had a great time, it was really a very pleasant moment. By the way, Rodrigo, I'm telling you that I invited the boys to come over on Saturday to have lunch and spend some time with us. I hope it doesn't bother you? I ask, since I did not comment to you before inviting them.—

—Don't worry, honey, besides I didn't have anything prepared for Saturday. And so I try some of what you are going to do with the book of straights that your mom gave you.— I said while smiling.

At that moment, Mariela hugged me and gave me a kiss and then said with a very sweet tone. —Chubby, you know that I don't cook half as well as you do and besides I don't have anywhere near your seasoning. I thought, you could make the food and I make one of the sweets that you like so much. Go on say yes! —

—You know I never stop pleasing you— I said while giving her a kiss, before we went to the couch together to watch TV.

As I had already committed to cooking, on Thursday I went to the market to compare the ingredients of the lunch I was going to make, and since there were going to be six diners, I decided to make a meal that would yield and that would also be quite tasty, so I decided to make a paella, caesar salad and a complement of sweet bananas. In addition to that, I also decided to make the bread, and I made a cream of chives and a tartar sauce, as a pasapalos and to accompany the meal.

On Saturday I got up very early in the morning and started cooking and before noon I had everything ready to be served.

The coworkers arrived, and we spent a nice time in the living room, where we drank a couple of shots of wine, before sitting down to eat. When we got to the table, I helped Mriela, along with one of her friends, to bring the food. After that, Mariela was in charge of serving and being the hostess.

At lunch, everyone was delighted with the food, and they told Mariela how good and tasty the lunch had been. She didn't even have time to respond with compliments and jokes. At that moment, one of Mariela's friends turned to me and asked: —Rodrigo, do you cook too? —.

After the question, the diners turned to me and at that moment I saw Mariela's face, who saw me with the look that a cat has when it goes to hunt a mouse.

—Actually yes, Margarita, I cook, and according to people, I do it quite well. What's more, the next time they come, they let me know and I'll make them one of my famous boiled ones.— The comment, fell very well on the diners. And Mariela's face had a smile of triumph and satisfaction.

After the visitors left, I playfully told Mariela: —Dear, the food was exquisite, you really have an unsurpassed seasoning and gift—. She looked at me with a roguish face and said, —Do you doubt it? —

—No way, sweetheart, by the way, it's your turn to pick up the table, mop the crockery and fix the kitchen — I said to her with a smile, leaving her in front of the table, while I went to the sofa to watch one of my series on TV.

That's how it was, like my partner, that day she stole my spotlight and took credit for my work and culinary effort, and I couldn't make a criticism, because every time I thought to tell her something, I only saw the eyes with which she looked at me at lunch, those of a cat about to launch herself to hunt a mouse.

Thanks for reading me.


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Para leer en Español


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Creative Nonfiction: Una comida inolvidable. Contenido original.


La historia:


Mariela, estaba reunida con sus amigos, en un local al que fueron después de salir del trabajo. Ellos la estaban pasando muy bien en la reunión y en una de las conversaciones que tuvieron decidieron reunirse de nuevo. Y antes de despedirse, Mariela, los invitó a reunirse en su casa para comer el día sábado.

Todos estuvieron de acuerdo en ir a la reunión, y decidieron entre todos que deberían de llevar lago a la reunión, ya que Mariela haría la comida, así una de las amigas de Mariela, dijo que traería vino, otra el pan, otra haría el postre y así, cada uno de los presentes se comprometió a llevar algo para la reunión.

—¿Hola, corazón, cómo estás? —dijo Mariela al llegar a casa.

—Muy bien. Veo que estás muy contenta. ¿Cómo te fue en la reunión?, le pregunté a Mariela.

—La pasé muy bien, de verdad fue un momento muy agradable. Por cierto, Rodrigo, te comento que invite a los muchachos para que vengan el sábado a comer y a pasar un rato con nosotros. ¿Espero que no te moleste? Pregunto, ya que no te comenté antes de invitarlos.—

—No te preocupes, cariño, además no tenía nada preparado para el sábado. Y así pruebo algo de lo que vayas a hacer con el libro de rectas que te regaló tu mamá. — Dije mientras sonreía.

En ese momento, Mariela me abrazó y me dio un beso y después dijo con un tono muy dulce. —Gordo, sabes que yo no cocino ni la mitad de bien de lo que tú lo haces y además no tengo ni por asomo tu sazón. Yo pensaba, que tú podías hacer la comida y yo hago uno de los dulces que tanto te gustan. ¡Anda di que sí! —

—Sabes que nunca dejo de complacerte —, le dije mientras le daba un beso, antes de irnos juntos al sofá a ver televisión.

Como ya me había comprometido a cocinar, el jueves fui al mercado para comparar los ingredientes del almuerzo que iba a realizar, y como íbamos a ser seis comensales, decidí hacer una comida que rindiera y que además fuese bastante sabrosa, por lo que decidí hacer una paella, ensalada césar y un complemento de plátanos dulces. Sumado a eso, también decidí hacer el pan, e hice una crema de cebollín y una salsa tártara, como pasapalos y para acompañar la comida.

El sábado me paré muy temprano en la mañana y comencé a cocinar y antes del mediodía tenía todo listo para ser servido.
Los compañeros de trabajo llegaron, y pasamos un rato agradable en la sala, donde bebimos un par de tragos de vino, ante de sentarnos a comer. Cuando pasamos a la mesa, ayudé a Mriela, junto con una de sus amigas, a llevar la comida. Después, Mariela se encargó de servir y de ser la anfitriona.

En el almuerzo, todo el mundo quedó encantado con la comida, y le dijeron a Mariela lo bueno y lo sabroso que le había quedado el almuerzo. A ella no le dieron tiempo ni de contestar con los elogios y las bromas. En ese momento, una de las amigas de Mariela se volteó hacia mí y me preguntó: —¿Rodrigo, tú también cocinas? —.

Después de la pregunta, los comensales voltearon hacia mí y en ese momento vi la cara de Mariela, que me vio con la mirada que tiene un gato cuando va a cazar un ratón.

—En realidad sí, Margarita, cocino, y según me dicen, lo hago bastante bien. Es más, la próxima vez que vengan, me avisan y les preparo uno de mis famosos hervidos. — El comentario, cayó muy bien en los comensales. Y el rostro de Mariela, tenía una sonrisa de triunfo y satisfacción.

Después de que se fueron las visitas, le comenté jugando a Mariela: —Querida, te quedó exquisita la comida, realmente tienes un sazón y un don insuperable —. Ella me miró con cara de pícara y me dijo: —¿Es que acaso lo dudas? —

—De ninguna manera, corazón, por cierto, te toca recoger la mesa, fregar la loza y arreglar la cocina — le dije con una sonrisa, dejándola frente a la mesa, mientras yo me iba al sofá a ver una de mis series en la televisión.

Así fue, como mi compañera, ese día me robó el protagonismo y se quedó con el crédito de mi trabajo y esfuerzo culinario, y yo sin poder hacer una crítica, ya que cada vez que pensaba decirle algo, solo veía los ojos con los que me miró en el almuerzo, los de una gata a punto de lanzarse a cazar un ratón.

Gracias por leerme.


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3 comments
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I am sad, she took credit for your efforts. Same happened with me.

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Hi @farahikram, my regards.
You know, it turned out to be fun in the end and although I took credit for my work, I was also very happy that she was happy in the end.
And in relationships sometimes when you think you lose, you often end up winning.
Finally, don't be sad, in reality, no one can take away the credit for what you do.
Thank you very much for your comment.

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