Verónika en la casa | Una historia de suspenso | Prólogo @odedgran.art
Hola a todos los usuarios que en este momento leen mi blog...
Hoy les traigo el prólogo de una historia en la que había estado trabajando... "Verónika en la casa" en donde entre suspenso, amigos y personajes con diálogos sugerentes nos adentramos en un diario amarillento y las memorias de alguien que ya no está.
Espero disfruten muchísimo esta historia...
Prólogo...
A Verónika se le erizó la espalda tras pisar aquel umbral, no sabía si estaba emocionada por su nueva aventura o si estaba llena de miedo.
Los huesos bajo la chimenea eran un recordatorio de que todo lo que ella había perseguido era real y no una simple suposición.
Greg estaba preso ahora, pero en su mente estaba libre -el probre había quedado loco.
Andrés seguía sin dejar rastro desde aquella noche en el sótano…
Y Ane, pobre Ane, a Verónika le habría gustado que ella no tuviese nada que ver.
Pero no nos estamos desviando del principio.
Una tarde en dónde el cielo era grisáceo, con una neblina que era envolvente, Verónika llegó al remoto pueblo donde se encontraba la mansión de los Hamilger. La niebla se arrastraba entre las calles desiertas, y el viento susurraba antiguas historias mientras Veronika se acercaba a la imponente estructura que se desmoronaba. Después de una respiración profunda, abrió la antigua puerta oxidada, que rechinó en protesta ante su intrusión.
La oscuridad y el silencio la envolvieron al entrar, pero Veronika no se dejó intimidar por aquello que no conocía. Mientras exploraba cada habitación, los rayos de luz se filtraban a través de las desgastadas cortinas, revelando la belleza decadente del lugar y recordándole su vínculo con el pasado, dándole ideas para una reestructuración que en su mente se veía impecable.
Mientras paseaba por aquella estructura desgastada palpable las paredes con su mano izquierda, buscaba señales de cableado por remodelaciones, pero solo encontraba polvo y los cueros del tapiz callendo al suelo tras el tacto.
De repente, un crujido la sacó de sus pensamientos. Giró rápidamente, pero no había nadie a la vista más allá del paisaje grisáceo del bosque tras la puerta abierta en el primer piso. Con el corazón latiendo aceleradamente, se acercó al marco de un viejo cuadro descubriendo una tabla aislada en el suelo, oculta detrás de un tapiz pesado.
Al levantar la tabla secreta, se encontró en una rendija cubierta de polvo y llena de antiguos documentos. Entre los papeles amarillentos y desechos, un diario antiguo llamó su atención. Con manos temblorosas lo sacó de su nicho y tras quitarle el polvo reveló un nombre escrito en la portada. Lo abrió con cuidado y comenzó a leer, sumergiéndose en las palabras de quien alguna vez había habitado aquel lugar.
Los relatos en el diario eran oscuros y misteriosos, llenos de sucesos inexplicables y personajes enigmáticos.
Veronika se sintió atrapada en las páginas pensando en ese mundo fantasioso, incapaz de apartar la mirada mientras las historias se desenvolvían ante sus ojos.
La tarde cayó rápidamente, y Veronika apenas notó el paso del tiempo mientras continuaba leyendo sentada bajo el marco de aquel pasillo que se tornó grisáceo. De repente, una extraña bruma comenzó a llenar la casa, envolviéndola en su abrazo frío y húmedo como si de un susurro se tratase. El diario terminó abruptamente con una nota que parecía que parecía más un acertijo, dejando a Veronika con más preguntas que respuestas y una extraña sensación de incomodidad.
Justo cuando estaba a punto de salir de la mansión, su teléfono sonó, interrumpiendo su concentración. Era su mejor amiga, Ane.
-¿Hola, Ane?
-¡Veronika! ¿Cómo va tu nueva aventura en la mansión? ¿Has descubierto algo emocionante ya? - la línea se escuchaba lejana.
-Ane, La verdad es que no he descubierto nada importante aún . Solo trozos de papel y tapiz, A penas pude concentrarme en la casa - Veronika bajó las escaleras del pasillo dos en dos.
-Ya quiero escuchar todos los detalles- la risa melodiosa de Ane inundó la línea, Verónika lo sintió como un abrazo después de tantas historias turbias -¿Te encuentras bien? Suena un poco escalofriante estar sola allí.
-No te preocupes, estoy bien -Veronika guardó el diario en el bolsillo de su saco - La verdad es que sí da un poco de miedo, pero mi curiosidad es más fuerte que esto.
Justo en ese momento, se escucharon pasos acercándose desde el interior del bosque, Levantó la vista y vio a Andrés, su compañero de arquitectura, acercándose con una sonrisa en el rostro.
-¡Hola, Veronika! ¿Qué haces aquí sola en este lugar tan oscuro?
-¡Andrés!- Verónika se arregló el saco con disimulo- ¡Qué sorpresa verte aquí! La verdad es que ya me iba ¿tú qué haces por aquí?
-Greg me envió para buscarte. Parece que necesitamos todas las manos a la obra para el proyecto de renovación de esta antigua mansión - el rubio sonrió de una forma extraña, pero Verónika no le prestó atención, estaba más concentrada en la llamada que en los gestos de su compañero.
Justo en ese momento, el jefe de proyecto, Greg, apareció detrás de Andrés, con las llaves del coche en la mano.
-Bueno, bueno, ¿qué tenemos aquí? ¡Veronika, Andrés, es hora de ponerse a trabajar! Tenemos mucho por hacer y poco tiempo, debemos reunirnos a las siete con el ministro en el gran café.
Greg era un hombre que tenía una presencia imponente, siempre de traje y con la espalda recta. La gente del pueblo solía decir que “en dónde estaba su mirada reinaba el silencio, el diablo y el orden”.
-Estoy lista para ayudar en lo que sea necesario- Verónika sostuvo la respiración al verlo, desde las pasantías su jefe se había mostrado distante e impenetrable, sus ojos azules, casi color cristal eran imposibles de evitar y así mismo jamás permitían ser leídos.
-Wow, parece que la aventura se pone aún más emocionante! ¡No puedo esperar para unirme a ustedes!
-¡Sí, Ane!- Decía Verónika mientras se acercaba al auto, Greg y Andrés prendían un cigarrillo antes de subir -¡Te esperamos aquí! Greg te manda a decir que tenemos mucho trabajo.
Con un nudo en el estómago y la curiosidad palpitando en su pecho, Veronika dejó la mansión abandonada atrás llevándose con ella un trozo de aquel espeluznante lugar.
En la carretera de tierra parecía que un coche conducía en sentido contrario al carril, iba veloz, su esmalte azul destellaba en dorado bajo el sol del ocaso, tras escuchar el motor rugir venir hacía ellos, el conductor giró hacía el risco, perdiéndose en un camino de tierra y neblina.
Greg que pasó con los chicos conduciendo minutos después por el mismo camino, observo la marca de los cauchos en la arcilla húmeda, miró de reojo el escondite de el auto azul y pisó el acelerador.
Habían vuelto.
Créditos de edición:
-Portada y contra portada: editadas por mi en Canva
-Portada: Desarollada con AI
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Me resultó atrapante desde el principio, sin embargo, no entendí el final :3