En la heladería, la variedad de sabores es impresionante. Emiliano se emociona al ver todos los colores y opciones. Después de un rato de deliberación, cada uno elige su helado favorito. Nos sentamos en una mesa cercana, disfrutando del momento mientras conversamos y reímos juntos. El helado es delicioso y refrescante, perfecto para la tarde.

Después de terminar el helado, decidimos dar un paseo por el centro comercial. Pasamos por la zona de juegos y dejamos que Emiliano se divierta un rato mientras exploramos algunas tiendas cercanas. Encontramos algunas ofertas interesantes y hacemos unas compras rápidas.

Finalmente, antes de irnos, decidimos tomar un café en una de las cafeterías. Nos sentamos y disfrutamos de la tranquilidad del lugar mientras Emiliano sigue jugando. Es un momento perfecto para relajarse y disfrutar de la compañía de la familia.

Al caer la tarde, nos dirigimos de vuelta al estacionamiento, satisfechos con la experiencia. Ha sido una tarde sencilla pero muy agradable, llena de pequeños momentos que hacen que el tiempo en familia sea especial.