Cada día trae un nuevo descubrimiento. Desde los juguetes suaves y coloridos hasta los libros de tela con texturas fascinantes, todo es una aventura. Le encanta escuchar cuentos cortos, especialmente aquellos con rimas y sonidos suaves que capturan su atención y lo hacen sonreír.

Las interacciones con sus compañeros y maestras son fundamentales. Aunque aún no puede hablar, sus balbuceos y risitas son su forma de comunicarse y expresar su alegría. Las maestras, con su paciencia y cariño, crean un ambiente acogedor donde mi bebé se siente seguro y amado.

En estos primeros meses, he notado cómo ha mejorado su coordinación y cómo empieza a reconocer rostros y voces familiares.

Uno de los momentos más especiales es la hora del cuento. Sentado en el regazo de su maestra, mi bebé escucha atentamente, sus ojitos brillando con cada página que se pasa. Estos momentos no solo fortalecen su desarrollo cognitivo, sino que también crean recuerdos imborrables de su primera etapa en el maternal.