Something that has always caught my attention is the diversity of trees in Venezuela. Seeing this tree, it simply highlighted how beautiful this inhospitable land is. I call it inhospitable because, although it is, it’s also totally pleasant.

I decided to take a photo because I wanted to capture that beauty in a postcard for you and for me. Trees are life; they allow us to breathe and keep going. We are still here because of them. What do you think about this? It might seem like I’m being romantic.

After taking the photo of the tree, we continued our journey. The amazing thing about traveling by motorcycle is that you can feel the wind brush against your skin as you admire the beauty of the surroundings. The surroundings are the art and the postcard that stay in your memories.

Do you know what the most exciting part was? The answer is simple: telling this story. The green mountains looked breathtaking. As we moved forward, the clouds crossed the sky and intertwined with the omnipotent space. Nature is like that; you and I are small compared to it.

We reached our destination. I was impressed; the first reason was that I hadn’t gone too far from where I live, and the view was beautiful. It was a sort of natural viewpoint that stood out, imposing itself as I looked at it. I thought: I am a small man.

My story continues. Don’t leave, I’m not done yet. I’m just beginning. My destination was supposed to be a kind of small settlement or agricultural land. The surprising thing was that it was all in the middle of the mountains.

I’m showing you a photo. We decided to park the motorcycle in a house made of mud. The scene in this photo is beautiful: the sky above the house, the mud, and the typical pieces of dry sugarcane wood used to build the structure. Incredible and unmistakably natural beauty that envelops you with its form and elegance.

There’s something else I need to write. I can’t leave it out: behind that house were several hills. Those small green mountains, surrounded by trees, were unique. A scene that can only be seen there. Simple nature, expressive and beautiful at the same time.

I started. The view from there was breathtaking; the mountains varied in all shades of green. Meanwhile, at the foot of the mountains, the houses of the town were visible in a simulated manner.

I’m showing you another perspective. This one will surely impact you. I know you’ll fall in love with all the beauty. Everything in one place.

One photo that captivated me was the one showing the city in the distance. This photograph, without a doubt, is the most beautiful I could capture. You can easily see how the mountains form the natural barrier to the urban environment beneath them.

In Juarez, Land of Ink, I simply observed how beautiful Venezuela is: the color of the mountains. I ate, had some alcohol, and laughed. This place is perfect to disconnect and contemplate the dominion of nature.

Finally, I must say I remembered a phrase from a novel I read a while ago, where one of the viceroys of the Spanish crown, after being deposed, said the following before leaving the Americas: "How beautiful you are!" I decided to tell this journey in a literary way, without leaving out any of the things I experienced.

Don’t forget, someday you must come and live this experience. The reason is simple: here you will see how beautiful Venezuela’s mountains and nature truly are.

Original content by @neruel. All rights reserved ©, 2025. Images: iPhone 15. English translation and grammar correction: Chatgpt - DeepL - Languagetool.

SPANISH VERSION (click here!)

Juárez, Tierra de Tinta – Río Claro

Era 19 de enero de 2025. Amanecí y tenía dolor de cabeza. Necesitaba escapar. Debía huir, aunque solo fuera por un momento, de la habitación. Te preguntarás: ¿por qué? Simplemente, soy una fracción pequeña de mi propio sueño. Te contaré una historia. Una mía y que se puede volver tuya. Escribí cada palabra escuchando la canción “The Rose Song de RIO”. Escúchala y conecta al leer.

Si decido escapar, ¿no habrá problema? Reitero: me escapé. ¿A dónde fui esta vez? Mi sueño siempre ha sido viajar, conocer Venezuela. No solo para ver lo hermosa que es, sino para construirla. ¡Extraño! Al final, también puede que termine escapando de esta tierra hermosa y extraña.

Mi hermano me dijo que iríamos de viaje. Prendimos la motocicleta y, después de arreglarnos, nuestro destino era un lugar en el que podíamos desconectar. Era necesario, para mí, vital. Diciembre fue caótico: trabajé todos los días, incluso el día que me fui de viaje. Todo eso me hizo sentir una cosa: mi cuerpo estaba colapsando. Necesitaba olvidarme de todo y simplemente rodearme de naturaleza.

Pocas veces había ido al sur del Estado Lara. Este lugar es la parte más hermosa de él. La razón se debe a la formación montañosa que conforma la Cordillera de los Andes venezolanos. Sí, el sur de Lara forma técnicamente parte de la formación montañosa que atraviesa toda Suramérica.

Recorrimos unos 40 minutos en motocicleta para llegar a Juárez desde Barquisimeto, una pequeña localidad de Tierra de Tinta, cerca de Río Claro, la cual, estaba llena de caseríos y montañas.

Para llegar a mi destino, pasamos por caminos de tierra increíblemente delgados, pero que evidenciaban claramente que la gente pasaba por allí. Algo llamativo: no hay nada en los alrededores. Todo son plantaciones o producción agrícola.

En el recorrido en la motocicleta, noté que había un silo de almacenamiento de alimentos. Esa vista fue genial; era algo viejo. En Venezuela quedan muy pocos silos operativos, no sé si este estaba funcionando.

Lo evidente es que el silo estaba en propiedad privada. Al verlo, sentí que todavía hay oportunidad. Oportunidad de cambiar y construir un futuro distinto mediante acciones presentes.

En esa misma localidad, encontré un arbusto increíble. Era hermoso; las ramificaciones salían hacia la calle y chocaban con el cableado eléctrico. La naturaleza es preciosa y actúa en razón del propio movimiento que desea.

Algo que siempre me llamó la atención es la diversidad de árboles en Venezuela. Al ver este árbol, simplemente, resalta lo hermosa que es esta tierra inhóspita. Digo que es inhóspita porque, aunque lo sea, es totalmente agradable.

Decidí tomarle una fotografía porque quería capturar esa belleza en una postal para ti y para mí. Los árboles son vida; son los que nos permiten respirar y seguir. Seguimos aquí por ellos. ¿Qué piensas sobre esto? Pareciera que estoy siendo romántico.

Luego de tomar la fotografía del árbol, seguimos nuestro camino. Lo sorprendente de viajar en motocicleta es que puedes sentir cómo el viento roza tu piel mientras observas lo hermoso que son los alrededores. Los alrededores son el arte y la postal que queda guardada en tus memorias.

¿Sabes qué fue lo más emocionante? La respuesta es sencilla: contar esta historia. Las montañas de color verde se veían sorprendentes. A medida que avanzaba, las nubes surcaban el cielo y se entrelazaban con el espacio omnipotente. La naturaleza es así, tú y yo somos pequeños en comparación con ella.

Llegamos a nuestro destino. Estaba impresionado; la primera razón es que no había ido muy lejos de donde vivo y la vista era preciosa. Era una especie de mirador natural que se imponía, se imponía mientras observaba. Pensé: soy un hombre pequeño.

Sigue mi historia. No te separes, no he terminado. Estoy comenzando. Se supone que mi destino era una especie de caserío o tierras de cultivos agrícolas. Lo sorpresivo es que todo está en medio de las montañas.

Te muestro una fotografía. Decidimos estacionar la motocicleta en una casa hecha de barro. La escena de esta fotografía es preciosa: el cielo encima de la casa, el barro y los típicos trozos de madera seca de caña de azúcar con la que se levantó la estructura. Increíble e inconfundible naturalidad que envuelve por su forma y belleza.

Hay algo más que debo escribir. No lo debo omitir: detrás de esa casa había varias colinas. Esas pequeñas montañas de color verde, rodeadas de árboles, eran únicas. Una escena que solo se puede ver allí. Simple naturaleza, expresiva y hermosa al mismo tiempo.

Comencé. La vista desde allí era impresionante; las montañas variaban en todas las tonalidades del color verde. Mientras que, en las faldas de la montaña, de manera simulada, se veían las casas de la ciudad.

Te muestro otra perspectiva. Esta seguramente te impactará. Sé que quedarás enamorado de tanta belleza. Todo en un mismo lugar.

Una perspectiva que me cautivó fue la que mostraba la ciudad a lo lejos. Esta fotografía, sin lugar a dudas, es la más hermosa que pude capturar. Se puede notar fácilmente cómo las montañas son la barrera natural del entorno urbano que está debajo de ellas.

En Juárez, Tierra de Tinta, simplemente observé lo hermosa que es Venezuela: el color de las montañas. Comí, tomé algo de alcohol y reí. Este lugar es perfecto para desconectar y contemplar el dominio de la naturaleza.

Finalmente, debo decir que recordé una frase de una novela que leí hace tiempo, en la que uno de los virreyes de la corona española, luego de ser depuesto, decía que lo siguiente antes de marcharse de las Américas: ¡Qué hermosa eres! Decidí contar este viaje en modo literario, sin dejar a un lado cada una de las cosas que viví.

No lo olvides, algún día debes venir y vivir esta experiencia. La razón es sencilla: aquí podrás ver lo hermosas que son las montañas y la naturaleza de Venezuela.

Contenido original de @neruel. Todos los derechos reservados ©, 2025. Imágenes: iPhone 15. Traducción al inglés y corrección gramatical: Chatgpt - DeepL - Languagetool.