Pequeño angelito negro (ESP/ ENG: Relato corto)
Pequeño angelito negro
Ver a Cachano correr y hacer mandados, daba gusto: siempre lo hacía cantando y con buen ánimo. A pesar de sus pocos años, 9 para ser más exactos, Cachano trabajaba haciendo de todo: desde llevar las compras a Doña Jacinta, lavar el carro de Don Teodoro, hasta vender periódicos o lustrar el calzado de los transeúntes.
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Huérfano desde pequeño, jamás supo quiénes eran sus padres. Como un animalito silvestre había crecido sin control de nadie. Tal vez por eso no había ido a la escuela y había sabido desde muy pequeño lo que significaba ganarse la vida trabajando. Aunque todos los del pueblo lo apreciaban, algunos lo miraban diferente. Una vez escuchó que alguien le decía "negro del diablo", y Cachano no entendía que era eso. "Que tienes la piel oscura, Cachano", le dijo alguien. "Ah, soy así porque agarro mucho sol trabajando", dijo Cachano de manera inocente.>>o:0:o<<
Desde ese día, Cachano pasaba horas y horas restregando su piel con un estropajo, y cuando la gente le preguntaba por qué lo hacía: es porque este sucio no se me quita. Igualmente, cuando miraba a la gente blanca, se le ponía cerquita: "Yo quiero dejar de ser negro", con tristeza decía. También dejó de trabajar bajo el sol para ver si su piel palidecía. "Es que a los negros no lo quieren", decía Cachano llorando cuando lo regañaba Misia Jacinta.>>o:0:o<<
Por cosas de la vida o porque tal vez Dios tenía otro destino para Cachano, una vez mientras corría de un lado a otro, un conductor no lo vio y lo lanzó contra el asfalto. Cuando el pobre Cachano despertó, vio muchos angelitos que lo estaban mirando. Sorprendido preguntó dónde estaba y por qué había tantos angelitos agrupados: "Estás en el cielo y aquí no hay distingo de raza, de color ni de bando". Entonces, por primera vez, Cachano sintió que tenía una familia y unos hermanos.
Imagen creada en Midjourney con I. A.
Huérfano desde pequeño, jamás supo quiénes eran sus padres. Como un animalito silvestre había crecido sin control de nadie. Tal vez por eso no había ido a la escuela y había sabido desde muy pequeño lo que significaba ganarse la vida trabajando. Aunque todos los del pueblo lo apreciaban, algunos lo miraban diferente. Una vez escuchó que alguien le decía "negro del diablo", y Cachano no entendía que era eso. "Que tienes la piel oscura, Cachano", le dijo alguien. "Ah, soy así porque agarro mucho sol trabajando", dijo Cachano de manera inocente.
Desde ese día, Cachano pasaba horas y horas restregando su piel con un estropajo, y cuando la gente le preguntaba por qué lo hacía: es porque este sucio no se me quita. Igualmente, cuando miraba a la gente blanca, se le ponía cerquita: "Yo quiero dejar de ser negro", con tristeza decía. También dejó de trabajar bajo el sol para ver si su piel palidecía. "Es que a los negros no lo quieren", decía Cachano llorando cuando lo regañaba Misia Jacinta.
Por cosas de la vida o porque tal vez Dios tenía otro destino para Cachano, una vez mientras corría de un lado a otro, un conductor no lo vio y lo lanzó contra el asfalto. Cuando el pobre Cachano despertó, vio muchos angelitos que lo estaban mirando. Sorprendido preguntó dónde estaba y por qué había tantos angelitos agrupados: "Estás en el cielo y aquí no hay distingo de raza, de color ni de bando". Entonces, por primera vez, Cachano sintió que tenía una familia y unos hermanos.
Little black angel
Watching Cachano run and run errands was a pleasure: he always did it singing and in good spirits. Despite his young age, 9 to be more exact, Cachano worked doing everything: from taking Doña Jacinta shopping, washing Don Teodoro's cart, to selling newspapers or polishing the shoes of passersby.
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Orphaned as a child, he never knew who his parents were. Like a wild little animal he had grown up without anyone's control. Perhaps that was why he had not gone to school and had known from an early age what it meant to earn a living by working. Although everyone in town liked him, some looked at him differently. Once he heard someone call him "devil's nigger," and Cachano didn't understand what that was. "That you have dark skin, Cachano," someone told him. "Ah, I'm like that because I catch a lot of sun working," Cachano said innocently.<o:0:o<< .
From that day on, Cachano would spend hours and hours scrubbing his skin with a scouring pad, and when people asked him why he did it: it's because this dirt won't come off. Likewise, when he looked at white people, he would get close to them: "I want to stop being black," he would say sadly. He also stopped working under the sun to see if his skin would turn pale. "It's just that black people are not wanted," Cachano would say crying when Misia Jacinta scolded him.<o:0:o<< .
By things of life or because maybe God had another destiny for Cachano, once while he was running from one side to the other, a driver did not see him and threw him against the asphalt. When poor Cachano woke up, he saw many little angels looking at him. Surprised, he asked where he was and why there were so many angels grouped together: "You are in heaven and here there is no distinction of race, color or side". Then, for the first time, Cachano felt he had a family and brothers and sisters.
Orphaned as a child, he never knew who his parents were. Like a wild little animal he had grown up without anyone's control. Perhaps that was why he had not gone to school and had known from an early age what it meant to earn a living by working. Although everyone in town liked him, some looked at him differently. Once he heard someone call him "devil's nigger," and Cachano didn't understand what that was. "That you have dark skin, Cachano," someone told him. "Ah, I'm like that because I catch a lot of sun working," Cachano said innocently.
From that day on, Cachano would spend hours and hours scrubbing his skin with a scouring pad, and when people asked him why he did it: it's because this dirt won't come off. Likewise, when he looked at white people, he would get close to them: "I want to stop being black," he would say sadly. He also stopped working under the sun to see if his skin would turn pale. "It's just that black people are not wanted," Cachano would say crying when Misia Jacinta scolded him.
By things of life or because maybe God had another destiny for Cachano, once while he was running from one side to the other, a driver did not see him and threw him against the asphalt. When poor Cachano woke up, he saw many little angels looking at him. Surprised, he asked where he was and why there were so many angels grouped together: "You are in heaven and here there is no distinction of race, color or side". Then, for the first time, Cachano felt he had a family and brothers and sisters.
HASTA UNA PRÓXIMA HISTORIA, AMIGOS
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Hola, @nancybriti1, esa narración de Cachano en la búsqueda de la eterna felicidad es fabulosa.
Gracias por ser y estar feliz.
Gracias, amigo, e igualmente. Saludos
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Agradecida siempre por vuestro apoyo, amigos!
Hermosamente triste relato, que sería un buen homenaje a Andrés Eloy Blanco. Un abrazo, @nancybriti1.
Justamente lo recordé y en el recordar está el homenaje. Gracias por el apoyo y por la lectura permanente, @josemalavem. Abrazos