Hispaliterario #38: Un amor entre latas/ A love between cans (ESP/ ENG)
Hispaliterario #38: Un amor entre latas
Ramón, el encargado del negocio, era quien hacía la distribución de las latas en la nevera exhibidora y Luis era el muchacho que llevaba y traía las cajas del almacén. Aquel día llegaría mercancía nueva al negocio por lo que no solo Ramón y Luis estaban pendientes de lo que llegaría, también las latas estaban a la expectativa:
_Seguro traerán más Coca cola y Pepsi, como siempre –dijo una de las Golden.
_Por supuesto, somos las más buscadas y deseadas –exclamó una lata fría de Pepsi que estaba casi congelada.
Pero los proveedores solo llevaron una Golden de lata dorada, que prometía un despertar de los sentidos. El protagonista de la publicidad de la Golden Oro estaba a cargo de Cristiano Ronaldo, quien recomendaba tomarla para sentir “el verdadero despertar de la vida”. Ramón, inmediatamente que la vio, quiso tomarla. Se la imaginó refrescante, suave, burbujeante, en su boca; pero Ramón, le advirtió:
_Solo si tienes 100$, te la tomas. Vino una, así que la venderemos a un alto precio. Luis sintió que se desmoronaba, porque le costaría reunir aquella suma de dinero y seguro vendría un comprador que se la llevaría antes que él.
Sin perder el tiempo, Ramón puso en primera fila a aquella Golden Oro que relucía entre las otras latas:
_¿Y ésta qué se cree? –dijo una de las latas de Pepsi que fue echada para atrás.
_Por fin una de las nuestras estará al frente –suspiró una Golden que tenía rato en la nevera exhibidora.
_Bueno, no soy igual a ustedes, soy una edición especial –apuntó la Golden Oro con aire de grandeza- Así que con permiso.
Todas las latas miraron con odio a la recién llegada que comenzaría a enfriarse para ser la tentación de todos los clientes.
Pero eso no ocurrió. Los clientes, al escuchar el precio, optaban por las otras gaseosas. Solo Luis miraba con anhelo la lata dorada que ya había pasado a segunda fila.
_¡Algún día serás mía! –prometía Luis cada vez que pasaba por la nevera exhibidora.
_Ya pronto podré saborearte –declaraba otras veces mientras arreglaba la mercancía. Todas las latas, que ya no veían a la Golden Oro como competencia, se reían:
_Creo que te vas a quedar como nosotras: fría y vieja en exhibición.
Sin embargo, un día todas las latas vieron cómo Luis le entregaba a Ramón un billete de 100$ y la Golden Oro, que estaba en la parte de atrás, dijo presumida:
_Se van a quedar con las ganas de que me quede. Disculpen, pero ya me voy. Alguien vino a buscarme –expresó vanidosamente la Golden oro y empujó a las otras latas que se estrellaron entre ellas.
La mano de Luis tomó la lata dorada y besó su superficie. La abrió con delicadeza. El sonido burbujeante hizo que Luis hiciera una exclamación. Luego, como si fuera una ceremonia, se la llevó a la boca y la probó. El primer sorbo fue como un beso suave, lento, breve, pero luego tomó un sorbo grande como si tuviera mucha sed. El líquido de la Golden dorada refrescaba la garganta de Luis que bebía desaforadamente. Cuando bebió la última gota, eructó, y tiró la lata en el cesto de la basura.
_¿Qué sentiste? ¿Sentiste el despertar de la vida? –preguntó Ramón con curiosidad.
_¡No! ¡No sentí nada especial! –dijo Luis y siguió arreglando cajas.
En cambio, dentro del cesto de la basura, la lata de Golden Oro se sintió abandonada: vacía, usada y desechada por aquel que la había deseado tanto.
Esta es mi participación en el #hispaliterario #38: Por el amor a una lata. Si quieres participar, aquí te dejo el post de invitación
HASTA UNA PRÓXIMA OPORTUNIDAD, AMIGOS
[Versión en Inglés]The cans of soft drinks were neatly arranged in a display cooler: the Golden cans were next to the Glup cans, in the back, but in the front line were the cans of Coca Cola and Pepsi, cold and frosted, since they were the most requested in the store.
Ramón, the store manager, was the one who distributed the cans in the display cooler and Luis was the boy who carried the boxes to and from the warehouse. That day new merchandise would arrive at the store, so not only Ramon and Luis were aware of what was coming, but also the cans were waiting for it:
Surely they will bring more Coke and Pepsi, as always, said one of the Golden girls.Of course, we are the most wanted and desired,” exclaimed a cold can of Pepsi that was almost frozen.
But the suppliers only brought a golden can Golden, which promised an awakening of the senses. The Golden Gold was advertised by Cristiano Ronaldo, who recommended drinking it to feel “the true awakening of life”. Ramón, immediately he saw it, wanted to drink it. He imagined it refreshing, soft, bubbly, in his mouth; but Ramón warned him:
Only if you have $100, you take it. Only one came, so we will sell it at a high price. Luis felt like he was falling apart, because it would cost him a lot of money and a buyer would surely come and take it before him.Without wasting any time, Ramón put that Golden Gold in the first row, which glittered among the other cans:
_What does this one think it is? -said one of the Pepsi cans that was pushed back.
Finally one of ours will be at the front,” sighed a Golden who had been in the display cooler for a while.
Well, I'm not the same as you, I'm a special edition,” said the Golden Golden Gold with an air of grandeur, ”So excuse me.
All the cans looked with hatred at the newcomer who was starting to cool down to be the temptation of all the customers.But that didn't happen. The customers, upon hearing the price, opted for the other sodas. Only Luis looked longingly at the golden can that had already moved to the second row.
Someday you will be mine! -Luis promised every time he passed by the display fridge.
Soon I will be able to taste you,” he would declare other times while arranging the merchandise. All the cans, who no longer saw Golden Oro as competition, laughed:_I think you're going to stay like us: cold and old on display.
One day, however, all the cans watched as Luis handed Ramon a $100 bill and Golden Oro, who was in the back, said smugly:
_They are going to be left wanting me to stay. I'm sorry, but I'm leaving. Someone's coming to get me,” said the Golden Golden Gold vainly and pushed the other cans that crashed into each other.
Luis' hand took the golden can and kissed its surface. He opened it delicately. The bubbling sound caused Luis to make an exclamation. Then, as if on ceremony, he lifted it to his mouth and tasted it. The first sip was like a soft, slow kiss, but then he took a big sip as if he was very thirsty. The liquid of the golden Golden refreshed Luis' throat and he drank wildly. When he drank the last drop, he belched, and threw the can in the trash can.What did you feel, did you feel the awakening of life? -asked Ramón curiously.
No. I didn't feel anything special! -said Luis and continued arranging boxes.
Instead, inside the trash can, the Golden Oro can felt abandoned: empty, used and discarded by the one who had wanted it so much.
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Gracias por vuestro apoyo, amigos
Así pasa no solo con las latas. Vivimos en una sociedad que consume y tira. El valor de todo se pierde rápidamente, para que algo más ocupe el lugar.
Éxitos 🌷
Así es, amigo. Lamentablemente! Igualmente: éxito para ti también. Saludos
@tipu curate 4
Upvoted 👌 (Mana: 30/70) Liquid rewards.
Yuuupi, feliz y agradecida por vuestro apoyo, equipo de @tipu, especialmente al amigo @jesuspsoto! Éxitos
Una triste historia, una metáfora de los amores que solo usan y desechan luego. Una muy entretenida historia con un mensaje entre líneas.
Gracias por compartir tu historia con nosotros.
Excelente noche.
Gracias a ti por tan excelente comentario, amigo! Éxitos muchos