Creative Nonfiction: The Clan/ El Clan (ESP/ ENG)


image.png

Pixabay

The Clan

When I left school and entered high school, more than leaving my teachers and classmates, what hurt me the most was leaving my younger sister. We both went to the same school, but I was in sixth grade and she was in fourth grade. The two of us would leave the house together, we would see each other at recess and on the way out we would meet up to go home. We had friends, but above all other people, we had each other: I was her friend and she was mine, so we never felt alone.

But when I was promoted to seventh grade, I had to move to another institution and my sister stayed at the school. Our school routine remained the same: we woke up early, got ready and went out to study, she on her side and me on mine.

However, we began to notice that Noyi, who used to wake up early, was sleeping in and looking for any excuse not to go to school:

"My stomach hurts",_ she would say one day.

"I have a headache,” she said another day. My parents realized these were excuses not to go, so they would send her to school even if she started crying.

"I'm sure she misses Nancy and that's why she doesn't want to go to school alone,” my grandmother would say.

"If you don't go to school, you won't be able to get out of sixth grade and you won't go to high school with me,” I would say to my sister who was crying, ”Don't you want to go to school with me? -I would ask my little sister who was nodding her head and her face was full of snot and tears, “Well, then stop crying and go to school.


image.png

Pixabay

Noyi's teachers and my parents came to the conclusion that her refusal to go to school was because she lacked my company, but one day, after asking my sister what was wrong, she confessed her big secret:

"Swear to me you won't say anything to dad, mom, or the teachers.

"I swear,” and I made the sign with my fingers and kissed her.

"There are some children who shout things at me and throw stones at me when I go to school".

"Who are they?" -I asked angrily.

"They are the junkyards,” they called them that because the whole family bought and sold junk. I stood there thinking helplessly because they were certainly older kids than us, used to fighting and had no government from their parents.

"Tomorrow I will accompany you to school,” I promised my sister, not really knowing what I would do, but I had to do something.

The next day, instead of taking my way to the high school, I accompanied Noyi to school and as we were approaching a pond, we found three children playing on a tree. They started laughing and throwing dry sticks at us. I hurried and dragged my sister by the hand and left her at the school. Without her knowing, I went home and told my grandmother. I remember that my grandmother at that time was making lunch and she had her apron all dirty. However, just like that, without changing, she told me to go with her to talk to the parents of those children.


image.png

Pixabay

When we arrived at the house, a pile of junk cars was parked all around the front of the house. Someone inside shouted because they thought we were customers:

"What do you want? What are you looking for?"

"I need to talk to the owner of the house,” said my grandmother defiantly. In that shabby, dirty apron, my grandmother looked like a gladiator:

"It's me, tell me,"_ said a gruff fat man. My grandmother began to speak, and as she spoke, people began to arrive, all from the same family. I held on to my grandmother's dress as I watched the crowd with clenched fists, contracted faces and distorted mouths. They stared at my grandmother, menacingly, aware of the invisible gaps between them and us.

In the end, the children's parents said they would talk to them and my grandmother and I returned home. On the way, I knew that the children would no longer bother my sister because if those children belonged to a group of warriors, so did we, and at the head was the most genuine of them all: my grandmother.

All images are free of charge and the text is my own, translated in Deepl

image.png

Thank you for reading and commenting. Until a future reading, friends


![Click here to read in spanish]
El Clan
Cuando salí de la escuela y entré al liceo, más que dejar a mis maestras y a mis compañeros de clases, lo que más me dolió fue dejar a mi hermana menor. Las dos íbamos a la misma escuela, pero yo estaba en sexto y ella en cuarto. Las dos salíamos juntas de la casa, nos veíamos en el recreo y a la salida nos encontrábamos para volver a nuestro hogar. Teníamos amigos, pero por encima de las demás personas, nos teníamos las dos: yo era su amiga y ella era la mía, así que no nos sentíamos solas jamás.
Pero cuando yo fui promovida para séptimo grado, tuve que pasar a otra institución y mi hermana se quedó en la escuela. Nuestra rutina escolar seguía siendo la misma: nos despertábamos temprano, nos arreglábamos y salíamos a estudiar, ella por su lado y yo por el mío.
Sin embargo, comenzamos a observar de que Noyi, que antes solía levantarse temprano, se quedaba dormida y buscaba cualquier excusa para no ir a la escuela:
_Me duele el estómago –decía un día.
_Me duele la cabeza –decía otro día. Mis padres se dieron cuenta que eran excusas para no ir, por lo que la enviaban a la escuela aunque se pusiera a llorar.
_Seguro que extraña a Nancy y por eso no quiere ir sola a la escuela –decía mi abuela.
_Si no vas a la escuela, no vas a poder salir de sexto grado y no vas a ir conmigo al liceo –le decía a mi hermana que lloraba - ¿Tú no quieres ir conmigo para la escuela? –le preguntaba yo a mi hermana pequeña que asentía con la cabeza y su rostro estaba lleno de moco y lágrimas- Bueno, entonces deja de llorar y ve a la escuela.
Los maestros de Noyi y mis padres llegaron a la conclusión que su negación a ir a la escuela se debía a que le faltaba mi compañía, pero un día, de tanto preguntarle a mi hermana qué le psaba, ella me confesó su gran secreto:
_Júrame que no le dirás nada a papá, ni a mamá, ni a los maestros.
_Te lo juro -e hice la señal con los dedos y la besé.
_Hay unos niños que me gritan cosas y me tiran piedras cuando yo voy a la escuela.
_¿Quiénes son esos? –pregunté yo furiosa.
_Son los chatarreros –los llamaban así porque toda la familia compraba y vendía chatarra. Yo me quedé pensando impotente porque ciertamente eran niños más grandes que nosotras, acostumbrados a pelear y que no tenían gobierno de sus padres.
_Mañana yo voy a acompañarte a la escuela –le prometí a mi hermana sin saber realmente lo que haría, pero tenía que hacer algo.

Al día siguiente, en vez de tomar mi camino al liceo, acompañé a Noyi a la escuela y cuando nos íbamos acercando a una laguna, encontramos a unos tres niños jugando sobre un árbol. Comenzaron a reírse y a tirar palitos secos sobre nosotras. Yo apresuré el paso y arrastré a mi hermana de la mano y la dejé en la escuela. Sin que ella se enterara, fui a mi casa y se lo dije a mi abuela. Recuerdo que mi abuela en ese momento hacía la comida y tenía todo el delantal sucio. Sin embargo así, sin cambiarse, me dijo que la acompañara a hablar con los papás de aquellos niños.
Cuando llegamos a la casa, un cúmulo de chatarras estaba apostado en todo el frente. Alguien de adentro gritó porque creían que éramos clientes:
_¿Qué desean? ¿Qué buscan?
_Necesito hablar con el dueño de la casa –dijo mi abuela desafiante. Con aquel delantal raído y sucio, mi abuela parecía una gladiadora:
_Soy yo, dígame –dijo un hombre gordo malencarado. Mi abuela comenzó a hablar y mientras ella hablaba, fueron llegando personas: todas de la misma familia. Yo me agarré del vestido de mi abuela, mientras miraba como la multitud tenía los puños cerrados, rostros contraídos y bocas distorsionadas. Miraban fijamente a mi abuela, de manera amenazante, conscientes de las invisibles brechas entre ellos y nosotras.
Al final, los padres de los niños dijeron que hablarían con ellos y mi abuela y yo regresamos a casa. En el camino, sabía que ya los niños no molestarían a mi hermana porque si aquellos niños pertenecían a un grupo de guerreros, nosotras también y a la cabeza estaba la más genuina de todas: mi abuela.






























0
0
0.000
8 comments
avatar

Your grandmother was a great heroine when she confronted the parents of the ill-behaved children. Your sister did well to tell you what was happening and take corrective action.

Thanks for sharing your experience with us.

Excellent Saturday.

0
0
0.000
avatar

Thank God you stood up for your sister.
Also is it just me or the first and third picture fits perfectly for the junkyards in many ways 😂

0
0
0.000
avatar

Those bound are not easy to break, I always love it when siblings have a strong bound it helps them to succeed in life journey, happy you had a great grandmother.

0
0
0.000
avatar

¡Felicitaciones!


Has sido votado por @entropia

Estás participando para optar a la mención especial que se efectuará el domingo 6 de octubre del 2024 a las 8:00 pm (hora de Venezuela), gracias a la cual el autor del artículo seleccionado recibirá la cantidad de 1 HIVE transferida a su cuenta.

¡También has recibido 1 ENTROKEN! El token del PROYECTO ENTROPÍA impulsado por la plataforma Steem-Engine.


1. Invierte en el PROYECTO ENTROPÍA y recibe ganancias semanalmente. Entra aquí para más información.

2. Contáctanos en Discord: https://discord.gg/hkCjFeb

3. Suscríbete a nuestra COMUNIDAD y apoya al trail de @Entropia y así podrás ganar recompensas de curación de forma automática. Entra aquí para más información sobre nuestro trail.

4. Visita nuestro canal de Youtube.

Atentamente

El equipo de curación del PROYECTO ENTROPÍA

0
0
0.000
avatar

Ohhh

Your grandma sounds like a fearsome comrade😂😂✨

0
0
0.000