Creative nonfiction: The call (ESP/ ENG)
The call
It was 2010 and my dad's two kidneys were collapsed and useless, so much so that he received dialysis three times a week. Although the best specialists had seen him in our city, the military hospital had one of the best nephrologists in the country.
A mixture of emotion and expectation invaded us throughout the trip: we had our hopes pinned on that doctor who could be my father's salvation. When we landed, my mother, my father and I went to the hospital where they were waiting for us. There were ten patients waiting in the ward. So we sat down to wait.
─You have to be prepared, Mr. Julio. We will call you at any moment. Take these tests and have a briefcase ready with the essentials. The call can be next week, at 3 a.m., at 11 p.m. or at 1 p.m. When we call him, he must come.
We made the return trip by bus and despite my father's condition, we were cheerful. That news had cheered us up:
─Mi amor, when we get to Cumaná I get all these tests done and we are going to buy the things I may need for hospitalization, my dad told my mom. She nodded happily. The whole trip we did not stop talking about the things my dad was going to be able to do again:
─I'm going to make a list of all the things I want to do. The first one I'm going to do is drink a full glass of water, Dad expressed happily. Since his kidneys had been damaged, Dad only drank a small, minimal, small glass of water once a day. No more.
My dad's wish list for when he had a good kidney again grew every day.
─I want to have fish soup on the beach,─ my dad would jot down in his perfect handwriting on that sheet of paper. Because my father had a fistula in his arm, he could not go into the sea or the river, and eating soup was also forbidden to him.
But the call came neither the following week, nor the following month, nor in a year. It was painful to see my father hurriedly pick up the phone and realize that it was not the call he was waiting for. His spirits, like a punctured balloon, were gradually deflating.
─You have to be prepared, Mr. Julio. At any moment we will call you. Get these tests done and have a briefcase ready with the essentials. The call could be next week....
That day we saw that my father was no longer number three on the list of candidates to be transplanted: he had moved up to 65th place.
On the return trip, my father remained silent, pensive, looking out the window. I'm sure a thousand things were going through his head. My mother and I respected his silence, his pain, his nameless sadness. After that, life went on for us as if our wings had been broken, as if we had been awakened from a dream: one day after another.
In 2017 my father passed away and was never able to drink that glass of water he wanted so much to drink.
All images are free of charge and the text was translated at Deepl
UNTIL A FUTURE STORY, FRIENDS
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The call
El primer viaje a la capital lo hicimos en avión. Aunque teníamos poco dinero para pagar tres pasajes, tampoco teníamos tiempo: un tío le había conseguido a mi papá una cita en el hospital militar de Caracas y teníamos que presentarnos rápidamente.Era 2010 y los dos riñones de mi papá estaban colapsados e inservibles, tanto así que recibía diálisis tres veces a la semana. Aunque en nuestra ciudad lo habían visto los mejores especialistas, en el hospital militar estaba uno de los mejores nefrólogos del país.
Una mezcla de emoción y expectativa nos invadió en todo el viaje: teníamos las esperanzas puestas en aquel médico que podía ser la salvación de mi papá. Cuando aterrizamos, mi madre, mi padre y yo nos fuimos al hospital donde nos estaban esperando. Había diez pacientes esperando en la sala. Por lo que nos sentamos a esperar.
El médico, luego de revisarlo y ver todos los exámenes que habíamos llevado, habló con nosotros y nos dijo lo que estábamos esperando: papá era candidato perfecto para hacerle trasplante de riñón. Le tomaron los datos y lo anexaron a una lista, en donde ocupaba el puesto número tres:
─Tiene que estar preparado, Señor Julio. De un momento a otro lo llamamos. Hágase estos exámenes y tenga un maletín preparado con lo indispensable. La llamada puede ser la semana que viene, a las 3 de la madrugada, a las 11 de la noche o a la 1 de la tarde. Cuando lo llamemos, debe venir.
El viaje de regreso lo hicimos en autobús y a pesar de la condición de mi padre, estábamos alegres. Aquella noticia nos había animado:
─Mi amor, cuando lleguemos a Cumaná me hago todos estos exámenes y vamos a comprar las cosas que pueda necesitar para la hospitalización, le dijo mi papá a mi mamá. Ella asintió dichosa. En todo el viaje no paramos de hablar de las cosas que mi papá iba a poder hacer nuevamente:
─Voy a hacer una lista con todas las cosas que quiero hacer. La primera que voy a hacer es tomarme un vaso de agua completo, expresó papá contento. Desde que sus riñones se habían dañado, papá solo tomaba una sola vez al día un vasito pequeño, mínimo, de agua. No más.
Desde ese momento, comenzamos a esperar esa llamada. A cada repique del teléfono salíamos corriendo, con el corazón en la boca y los latidos a mil. Nos turnamos para no dejar la casa sola y estar alertas en la madrugada por si llamaban mientras dormíamos. Papá también compró una maleta nueva y metió allí todo lo que había comprado para la operación. Esa maleta estaba cerca de la puerta de su habitación, lista para salir cuando fuese necesario.
La lista con los deseos de mi papá para cuando volviera a tener un riñón bueno aumentaba cada día.
─Quiero tomarme una sopa de pescado en la playa, anotaba mi padre con su letra perfecta en aquella hoja. Debido a que mi padre tenía una fístula en el brazo, no podía meterse al mar o al río y tomar sopa también lo tenía prohibido.
Pero la llamada no llegó ni la semana siguiente, ni el siguiente mes ni en un año. Daba dolor ver a mi padre atender con premura el teléfono y percatarse que no era la llamada que estaba esperando. Su ánimo, como un globo agujereado, poco a poco se iba desinflando.
En una oportunidad, logramos juntar dinero y volvimos a la capital para ver qué había pasado con aquella lista y el trasplante. El médico apenado, se justificó diciendo que no había llegado el riñón compatible con mi papá, pero que en el momento que lo tuvieran, lo llamarían. Como si fuera un vendedor, el médico repitió nuevamente su mensaje carismático:
─Tiene que estar preparado, Señor Julio. De un momento a otro lo llamamos. Hágase estos exámenes y tenga un maletín preparado con lo indispensable. La llamada puede ser la semana que viene…
Ese día vimos que mi padre ya no era el número tres en la lista de candidatos para ser trasplantados: había pasado al puesto 65. La realidad era un arma que nos hería profundamente.
En el viaje de regreso, mi padre permaneció callado, pensativo, mirando por la ventana. Seguro que en la cabeza le daban vueltas miles de cosas. Mi madre y yo le respetamos su silencio, el dolor, aquella tristeza sin nombre. Luego de eso, la vida continuó para nosotros como si nos hubiesen roto las alas, como si nos hubiesen despertado de un sueño: un día tras de otro.En el 2017 mi padre falleció y nunca pudo tomarse aquel vaso de agua que tanto deseó tomar.
Es doloroso tu caso,, te acompaño en el sentimiento
Thank you. Sometimes the worst thing is not death, but sickness. Greetings
I feel so sad reading this😢 I am so sorry for your dad and all you have to go through. I have a feeling that for your dad to move from 3rd to the 65th on the list, then there was something fishy going on in that hospital, maybe they were attending to other people who could pay double. You know all these businesses survive mostly on politics. Please Accept my condolences.
I believe the same as you: other interests were at work there, money. We never knew why he went from position 3 to 65!!! I'm sure there was corruption. Thank you for your words and support. Hugs
It is difficult when such a complicated health problem occurs in one of our loved ones, the helplessness is great and all that remains is to pray. A very sad experience.
Thanks for sharing.
Good day.
Sometimes I wonder what would have happened if my father had been transplanted!!! I'm sure he would live until now. Greetings
Such a painfully experience. No one should have to live through what you endured. The thought of those dashed hopes and dreams is too much to contemplate. Your suffering was enormous. It was unfathomable.
Somehow you got through it all, but there’s no doubt that you will never forget. Too sad for anyone to deal with.
Some losses are definitive, but memories are never lost. Thank you for your support, friends. Best regards
¡Felicitaciones!
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What a sad experience. So sad you had to go through that. I know it's a long time but memory remains. Sorry for that pain, I felt myself in your shoes as I read the story.