La tensión que hay entre ella y yo me hace recordar mi infancia. La habitación está desordenada, con un olor a humedad y ácido, y aunque ella está llorando a mares y de manera desproporcionada, dudo de su inocencia. Está frente a mí, moviendo las manos, abriendo y cerrando los ojos de manera dramática, tratando de explicar algo que no tiene explicación.

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En la escuela se habían robado un lápiz. Todos voltearon a verme porque yo era el único que no tenía amigos, porque era el único que solo tenía un cuaderno y un lápiz pequeñito que a penas lograba sujetar con mis dedos. Llamaron a mi madre y a penas la vi, largué el llanto. Mi madre me miró y luego me habló al oído: ¿Por qué lloras si no eres culpable?

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Dejé de llorar y ella se puso a mi lado. Me puso una mano en el cuello y bajito me dijo: "Sube la cabeza que no es tu culpa". Yo me pasé la mano por el rostro mojado y le hice caso: alcé mi rostro. Los rostros acusadores estaban allí, pregonando su inocencia. La maestra pidió revisar los bolsos de cada uno. A mí que no tenía nada, me revisó los bolsillos. El lápiz estaba en el bolso de uno de los niños que me había acusado.

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Allí estaba ella defendiéndose, mientras yo me negaba a hablar. Justificó su error con nuestras torpezas y desatenciones, la cotidianidad del agua fría de la nevera, la frialdad de la relación, la indiferencia de los ojos. Yo bajé la cabeza, pero en eso sentí la mano en mi cuello y la voz que me decía: "Sube la cabeza que no es tu culpa". Así, erguido, con la cabeza en alto,seguro de mi inocencia, le di las llaves de la casa y sin mirar atrás me fui de su vida, y más nunca quise verla.

_{Image created at Midjourney with I. A.}

With head held high

The tension between me and her reminds me of my childhood. The room is messy, with a musty, acidic smell, and even though she is crying her eyes out and out of proportion, I doubt her innocence. She is in front of me, waving her hands, opening and closing her eyes dramatically, trying to explain something that has no explanation.

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At school a pencil had been stolen. Everyone looked at me because I was the only one who had no friends, because I was the only one who only had a notebook and a tiny pencil that I could barely hold with my fingers. They called my mother and as soon as I saw her, I started crying. My mother looked at me and then spoke in my ear: "Why are you crying if you are not guilty?

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I stopped crying and she came to my side. She put a hand on my neck and said softly: "Put your head up, it's not your fault". I ran my hand over my wet face and listened to her: I raised my face. The accusing faces were there, proclaiming their innocence. The teacher asked to check everyone's bags. As for me, who had nothing, she checked my pockets. The pencil was in the bag of one of the children who had accused me.

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There she was defending herself, while I refused to speak. She justified her mistake with our clumsiness and inattention, the everydayness of the cold water in the fridge, the coldness of the relationship, the indifference of the eyes. I lowered my head, but at that moment I felt the hand on my neck and the voice that told me: "Raise your head, it's not your fault". So, upright, with my head held high, sure of my innocence, I gave her the keys to the house and without looking back I left her life, and I never wanted to see her again.

GRACIAS POR VUESTRA LECTURA Y HASTA UNA PRÓXIMA HISTORIA, AMIGOS