Bittersweet Cable Car | Mukumbarí Cable Car, Mérida (ENG/ESP)

ENGLISH

A few days ago it was my birthday, and my boyfriend invited me to go up the Mukumbarí Cable Car System, in Merida, Venezuela. We had been told that it was advisable to be early in the facilities since the cable car consists of 5 stations that allow users to climb along the Sierra Nevada National Park.

The last one is the Pico Espejo station whose homonymous peak is 4765 m.a.s.l., which is the highest station of the system and, at the same time, the closest point from where you can see the Pico Bolivar and part of the imposing Andean mountain range in Venezuela.

In addition, each station has different attractions, such as restaurants and souvenir shops and cafes, even points specifically prepared for taking pictures.

Under all this context, you will now understand why it is ideal to go early. Well, it was Sunday, the morning was cold and my boyfriend and I are not very fond of early mornings. So, we ended up taking the last chance to go up, at 2 PM. For Venezuelans, the standard ticket costs $20, while $40 for foreigners.

The Mérida cable car has existed since 1960 and has gone through many changes and prolonged closures due to poor management and lack of maintenance by the State. Its deterioration was just one more piece that fell due to the Venezuelan crisis.

I currently live in Merida, and I know that the cable car is not functional all the time, however, this time I think it has left a good impression on most of its visitors.

This new system was reopened in 2016, with new and modern 5 facilities that today are the tourist epicenter of the city of Merida and the cable car happens to be an emblematic symbol of Venezuela.

Inside the cabins, the speakers explain some facts about what you can observe (fog permitting) through the windows. For example, my favorite fact: the "gray hairs" of the mountain or the colorful Yagrumos, which are tall trees typical of this area that stand out for their apparent white color. However, in reality, they are only lighter green, which contrasts with the dark green of the surrounding vegetation and it appears to be white.

At all times there are guide staff indicating instructions to avoid accidents, for example, avoid running or being too long at the last station, as the progressive lack of oxygen pressure can be harmful to some people, due to the altitude.

When my boyfriend and I arrived at the Pico Espejo station, we went out to see the iconic Virgen de las Nieves which they say is the guide and protector of Andean mountaineers, and we were freezing cold.

Aside from being a tourist attraction, the cable car can be a perfect place to reflect if you are someone like me, and if you get a place that is not so crowded. For example: during the whole tour, it was inevitable to think about emotions and adulthood.

I remembered the 19-year-old girl who moved to Merida to study Medicine and one day went up the cable car alone just because she wanted to. I realized, again, that I don't feel like that anymore. At 19, everything was new, splendorous, and magical. Today I don't feel or perceive anything in the same way, and I felt a little sad about it.

I think, sometimes, if I have lost my essence.

However, I have slowly understood that it is a natural process, part of maturity. Emotions are not static, they grow and transform with you. And that doesn't make them bad, good, worse or better. They are just emotions, and they deserve a place.

They are just part of another stage or process you are living. I guess you'll understand what I mean.

I thought that in such a beautiful and crowded place you are supposed to be anything but sad. However, that beautiful day, the mountains of the Andean moor gave me the perfect space to cry a little bit about it. And I couldn't have asked for a better company to do it in.

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ESPAÑOL

Hace unos días fue mi cumpleaños, y mi novio me invitó a subir el Sistema Teleférico Mukumbarí, en Merida, Venezuela. Nos habían comentado que lo recomendable era estar temprano en las instalaciones, ya que el teleférico consta de 5 estaciones que permiten a los usuarios el ascenso a lo largo del Parque Nacional Sierra Nevada.

La última es la estación Pico Espejo cuyo pico homónimo es de 4765 m.s.n.m, la cual es la más alta estación del sistema y, a su vez, el punto más cercano desde donde se puede apreciar el Pico Bolívar y parte de la imponente cordillera andina en Venezuela.

Además, cada estación cuenta con diferentes atractivos, como restaurantes, tarantines, tienditas de souvenirs y cafés, incluso puntos preparados específicamente para tomar fotografías.

Bajo todo este contexto, entenderás ahora por qué es ideal ir temprano. Pues, era domingo, la mañana amaneció fría y mi novio y yo no somos muy amigos de tempranear. Así que, terminamos tomando el último chance para subir, a las 2 PM. Para venezolanos, el boleto estándar tiene un costo de $20, mientras que $40 para extranjeros.

El teleférico de Mérida existe desde 1960 y ha pasado por muchos cambios y cierres prolongados producto de la mala gestión y falta de mantenimiento por parte del Estado. Su deterioro fue solo un naipe más que cayó debido a la crisis venezolana.

Yo vivo en Mérida actualmente, y sé que el teleférico no todo el tiempo está funcional, sin embargo, esta vez creo que ha dejado una buena impresión en la mayoría de sus visitantes.

Este sistema nuevo fue reaperturado en 2016, con unas nuevas y modernas 5 instalaciones que hoy día son el epicentro turístico de la ciudad de Mérida y el teleférico resulta ser un símbolo emblemático de Venezuela.

Dentro de los funiculares, los parlantes te van explicando algunos datos de lo que puedes observar (si la niebla lo permite) a través de las ventanas. Por ejemplo, mi dato favorito: las canas de la montaña o los vistosos Yagrumos, que son altos árboles típicos de esta zona que resaltan por su color aparentemente blanco. Aunque, en realidad, son solo verde más claro, que contrastados con el verde oscuro de la vegetación alrededor parecen ser color blanco.

En todo momento hay personal guía que indica las instrucciones para evitar accidentes, por ejemplo, evitar correr o estar mucho tiempo en la última estación, ya que la progresiva falta de presión de oxígeno puede ser perjudicial para algunas personas, debido a la altura.

Cuando mi novio y yo llegamos a la estación Pico Espejo, salimos a ver la icónica Virgen de las Nieves que dicen que es la guía y protectora de los montañistas andinos, y evidentemente nos congeló el frío.

Aparte de ser un atractivo turístico, el teleférico puede ser un lugar perfecto para reflexionar si eres alguien como yo, y si consigues un lugar no tan concurrido. Por ejemplo: Durante todo el recorrido, se me hacía inevitable recordar a la niña de 19 años que se mudó a Mérida a estudiar Medicina y un día subió el teleférico sola porque sí. Me di cuenta, de nuevo, que no me sentía así más. A mis 19 años, todo era nuevo, esplendoroso y mágico. Hoy día no siento ni percibo nada de la misma forma, y me sentí algo triste por ello.

Pienso, a veces, si es que he perdido mi esencia.

Sin embargo, he entendido lentamente que es un proceso natural, parte de la madurez. Las emociones no son estáticas, crecen, maduran y se transforman contigo. Y eso no las hace malas, buenas, peores o mejores. Solo son emociones, y merecen un lugar.

Son solo parte de otra etapa o proceso que estás viviendo. Supongo entenderás a qué me refiero.

Pensaba que en un lugar tan hermoso y lleno de gente se supone deberías estar de todo, menos triste. Sin embargo, ese hermoso día, las montañas del páramo andino me concedieron el espacio perfecto para lagrimear un poco al respecto. Y no podía pedir mejor compañía para hacerlo.