Buscando la felicidad a través del Perdón/Seeking the happiness through Forgiveness/

Cuando escuchamos la palabra perdonar, se nos viene a la mente la idea de algún daño que hemos hecho a otra persona. Hemos escuchado decir muchas veces, “hay que perdonar a quien nos hace algún mal” .

Considero que el perdón implica varias facetas. Lo primero es que la persona que ofende, que hace daño a otros, debe reflexionar sobre la palabra o acto que llevó a cabo, y ocasionó un perjuicio a otra persona. Una vez hecho esto, deberá tomar conciencia de lo indebido en su proceder, y perdonarse a sí mismo. Es después de esto que deberá dirigirse a la persona ofendida, y con mucha humildad y sinceridad de corazón, pedirle perdón, reconociendo ante ella, lo negativo de su aptitud, y sin tratar de justificarse.

Ante este reconocimiento, la persona afectada, debería aceptar el perdón solicitado y dar por terminado el impasse, sin traer consecuencias negativas producto de lo sucedido.

Ahora bien, el problema podría presentarse si una vez, emitido el perdón, la otra persona no lo acepta y continúa molesta, llena de rencor y rabia por lo acontecido.

En un caso así, me ha sucedido que trato de convencer a la persona del reconocimiento de mi error, de lo negativo de mi comportamiento y de mi sinceridad al pedirle perdón. Hay casos en los cuales todo ha salido bien y finalmente la persona me ha perdonado. En otros, ha seguido guardando rencor en contra de mi persona y he optado por dejarla tranquila y la he puesto en manos de Dios.

Me ha sucedido, que cuando he pedido perdón, siento internamente como si me liberara de algo, y producto de mi reflexión anterior, experimento una sensación de que he aprendido y asimilado una nueva experiencia para mi crecimiento mental y espiritual.

Pienso que otra faceta del perdón, que también me ha pasado, consiste en lo siguiente: en una oportunidad, fui ofendida, calumniada de palabra por otra persona, y esta no se acercó a mí a pedir perdón por su mala acción, y yo he optado, a pesar de ello, por perdonarla, ya que el no hacerlo, me perturbaba mental y emocionalmente y, me producía problemas de salud.

Un ejemplo de lo dicho anteriormente: Cuando llegué a la institución educativa donde cumplo funciones como subdirectora, tuve muchos problemas con la directora del plantel. Ella no me aceptaba como personal de la misma, sentí mucho rechazo de su parte. Me hablaba muy fuerte y en cierto momento me dirigió palabras ofensivas relacionadas con el trabajo realizado. Esto me hizo sentir muy mal. Luego, cuando hacía reuniones, decía que ella hablaba así, pero nunca me pidió disculpas, ni dijo que la perdonara. Yo, en cambio, decidí perdonarla y pasar la página. Con el tiempo ella cambió conmigo porque se dio cuenta de su error hacia mi persona.

Hay personas que dicen, “perdono, pero no olvido”. Considero, que esta frase que he escuchado mucho, no es correcta, debido a que el que piensa así no está verdaderamente perdonando, ya que en su corazón sigue guardando rencor. Y lo que realmente libera de esta indulgencia llamada perdón, es cuando con el alma, corazón y mente nos olvidamos de lo que nos hicieron.

Desde mi punto de vista, pienso que cuando comprendemos el verdadero significado de la palabra "PERDÓN", y la aplicamos, se convierte en una valiosa herramienta que tenemos los seres humanos para crecer, evolucionar y ser mejor de lo que somos.