El Gavilán Salvador, cuento / The Savior Sparrowhawk, story

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[ESP] Huir, en un momento determinado, no es cobardía


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[ESP] imagen tomada de aquí


     

[ESP]
Era una bella mañana de mayo, el inconfundible olor a petricor y ese agradable aroma a hierba mojada invitaba a evocar bucólicos sentimientos de amor por el fértil campo de la infancia; las flores silvestres, con su multicolor encanto, lucían un inmaculado velo de rocío, dejando en el ambiente una agradable sensación de frescura y paz.

      El intenso trinar de las aves cantarinas, revoloteando por doquier, alegraban el alba; unas iban de flor en flor, libando y polinizando, mientras otras se alimentaban de cuantos bichos terrestres e insectos voladores había.

      Al ver la primera luz del día, Doña Cucaracha 🪳, decidió salir a dar un paseo por el bosque, quería meditar, disfrutar y estar en armonía con la naturaleza; pero, mientras caminaba distraída, apareció súbitamente un hambriento e insaciable Gallo salvaje🐓, tenía el buche totalmente vacío; por esa razón, al ver a la periplaneta americana, como algunos llaman a las Cucarachas, corrió desesperado tras ella para comérsela, la Cucaracha, visiblemente asustada, corrió y corrió de un lado a otro, lo hacía alternativamente en raudo zic zac y en línea recta para evitar los escalofriantes picotazos de la famélica bankiva; pero, exhausta de tanto correr por su vida, sintió que su final estaba cerca, se detuvo y esperó resignada el letal picotazo, que felizmente no ocurrió porque una inesperada sombra lo cubrió todo, era un ágil Gavilán pollero que se lanzó en picada sobre el Gallo🐓 quien, milagrosamente, pudo esquivar el mortal ataque e huir como un rayo de la escena. Doña Cucaracha 🪳 no podía creer lo que había pasado, se impresionó tanto que se desmayó, con la buena fortuna que cayó en la seguridad de una pequeña madriguera abandonada.

      Al despertar pensó que lo que había vivido era una pesadilla, pero al percatarse donde estaba, se dio cuenta que todo había sido real. A partir de esa experiencia, la Cucaracha, ahora, no solo corre sino que vuela por su vida cuando se siente amenazada.

      Moraleja: Huir, en un momento determinado, no es cobardía.


[ENG] Fleeing, at a certain moment, is not cowardice


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[ENG] Image taken from here

     

[ENG]
It was a beautiful May morning, the unmistakable smell of petrichor and that pleasant aroma of wet grass invited us to evoke bucolic feelings of love for the fertile field of childhood; The wild flowers, with their multicolored charm, wore an immaculate veil of dew, leaving a pleasant sensation of freshness and peace in the environment.

      The intense chirping of the singing birds, fluttering everywhere, brightened the dawn; some went from flower to flower, drinking and pollinating, while others fed on every terrestrial bug and flying insect there was.

      Upon seeing the first light of day, Doña Cucaracha 🪳, decided to go for a walk in the forest, she wanted to meditate, enjoy and be in harmony with nature; but, while she was walking distracted, a hungry and insatiable wild rooster suddenly appeared, her crop was completely empty; For that reason, upon seeing the American periplanet, as some call the Cockroaches, he ran desperately after it to eat it. The Cockroach, visibly scared, ran and ran from one side to the other, doing it alternately in quick zic zac and in a line. straight to avoid the chilling stings of the starving bankiva; but, exhausted from running for her life, she felt that her end was near, she stopped and waited resignedly for the lethal peck, which fortunately did not occur because an unexpected shadow covered everything, it was an agile Chickadee's Hawk that swooped down on the Gallo🐓 who, miraculously, was able to dodge the deadly attack and flee the scene like lightning. Mrs. Cucaracha 🪳 couldn't believe what had happened, she was so shocked that she fainted, with good fortune that she fell into the safety of a small abandoned burrow.

      When he woke up he thought that what he had experienced was a nightmare, but when he realized where he was, he realized that everything had been real. From that experience, the Cockroach now not only runs but flies through her life when she feels threatened.

      Moral: Fleeing, at a certain moment, is not cowardice.


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