Hola en esta oportunidad seguiré contando un poco de mi historia cuando decidí iniciarme en el mundo del beisbol. Persiguiendo un sueño que traía consigo tantos acontecimientos que hoy en día han quedado plasmado en mi mente como cuando cuelgas un cuadro frente a tu cuarto y cada vez que sales lo ves, así me pasa.
Como lo había comentado en mi presentación, la iniciativa de viajar a otra ciudad más moderna a practicar en una academia profesional de beisbol demandaría muchas cosas logísticas y mi madre no tenía un trabajo estable y mi padre era maestro y pues los ingresos no eran del todo bien. Debía irme a la academia con por lo menos un par de zapatos deportivos ¡yo no tenía zapatos deportivos! Mi padre se va a casa de un amigo y él le presta unos zapatos deportivos que estaban un tanto deteriorados pero para mí esos eran los mejores, luego otro amigo que practicaba con migo tenía unos zapatos deportivos con ganchos para juego en el campo, eran unas tallas más grandes que las de mis pies y parecían más o menos de los años 70 y bueno también agradecido con esos.
Yo me sentía tan afortunado que la academia de beisbol me haya tomado en cuenta, se había cumplido uno de mis grandes anhelos, yo era muy destacado en los entrenamientos, en los juegos daba el todo por el todo, me preparare como pitcher, en muchas oportunidades entraba en depresión ya que era la primera vez que me alejaba de mis padres y me encontraba solo en una ciudad tan grande que en varias oportunidades sencillamente lloraba pero por dentro algo me decía ¡vamos muchacho que tu puedes seguir!.
Muchas veces veo a jóvenes con tanto talento, y tienen todo a su alcance, desaprovechan las oportunidades con malas conductas y situaciones que les arrebatan los sueños.
La vida me preparo para ser formador y a menudo suelo decirles a los jóvenes y niños que practico que “la humildad es la primera formación que debemos tener como peloteros”, “la práctica y la constancia es la base de nuestro desarrollo”, “ser disciplinados nos hace ser jugadores de calidad”, si traemos una buena base podemos rendir y hacer un buen trabajo en el terreno de juego. El beisbol es un mundo tan grande, que todos caben pero no todos quedan.
Yo me siento satisfecho con el trabajo he venido haciendo con tantos niños y los jóvenes, que inclusive hay alguno de estos están en academias ya listos para ser firmados por equipos profesionales, y da orgullo saber que estas personas yo les coloque en algún momento de sus vida la pelota en sus manos diciéndoles ¡vamos a seguir practicando que si se puede!.

Hasta otra oportunidad saludos.