Reina y tragedia ... mi historia de Carnaval /Queen and tragedy ... my Carnival story
De los carnavales de mi primera infancia puedo hablar gracias a las fotografías del recuerdo que me dejó una tía que vivía con nosotros, y a la que siempre andaba siguiendo como perrito faldero.
En esos días ella era maestra de escuela y en cada acto escolar, mamá le pedía que me llevara con ella (así sería de fastidiosa yo!) Así que para los de carnaval, yo era un gatito negro que siempre salía frente a ella en las fotos.
Cuenta mi mamá que ese disfraz era de mi primo un año mayor que yo, y luego pasó a ser una especie de uniforme carnavalesco, pues después de mi, dos primos más también lo llegaron a usar.
Ya estando en pre-escolar, recuerdo haber visto en el album familiar una foto mia vestida de caperucita roja junto a la mujer maravilla. Mi traje también era de ella, su mamá me lo había prestado para ir a la fiesta de la escuela.
Mi madre no era muy dada a las actividades escolares, pero le salió el tiro por la culata al tener una hija que siempre se ofrecía a participar. Siendo ella costurera, como era posible que no me confeccionara disfraces?
Como yo siempre he sido la "payasa" de la casa, pues un disfraz era lo mio. Me inventaba algo con cualquier cosa, pero en la escuela había que hacerlo estético, así que en más de una oportunidad fui una bailarina de folcklore venezolano.
De todo esto, las fotos quedaron en casa de mamá, en Venezuela, a miles de kilómetros de donde estoy. Lástima que no tengo un conector USB para pasarlas desde mi cabeza, pues aunque no recuerdo muy bien los hechos, si de cada una de esas pruebas silentes de mis andanzas de carnaval.
Pero la historia real es sobre mi reinado de carnaval. Tenía yo 5 años y cursaba primer grado. Mi maestra de entonces se llamaba Aida y me seleccionó para ser la representante de mi grado. Recuerdo que me llevaba de salón en salón para que los demás me conocieran para luego votar entre las 6 niñas seleccionadas y escoger a la reina del colegio de ese año.
Algunos dijeron que fue trampa, pero la realidad fue que yo salí seleccionada para algo que todavía no entendía de qué se trataba.
Mi príncipe, el hijo de la mejor amiga de mi madre, y siendo ambas costureras, pues nuestros trajes no fueron los que convencionalmente se veían en las tiendas.
Era un vestido azul celeste, muy parecido al de Frozen, aunque para esa época ella todavía no existía. Fue inspirado en el que los ratoncitos le hicieron a Cenicienta, y el del príncipe igual.
Cuando empezó la confección fue que yo realmente me emocioné, pues mi madre me haría un disfraz para mi y no solo los vestidos de diario o un encargo de un extraño.
El vestido quedó hermoso, soporté todas las pruebas que fueron necesarias, pero hubo un detalle que me amargó mi reinado.
El día de la presentación, recuerdo que mamá me maquilló en casa, y llegué al colegio con un sencillo vestido blanco. La idea era cambiarme en el baño del colegio, para que nadie viera de antemano el traje.
Yo no sabía qué más debía hacer, pues no hubo ensayo ni nadie me habló sobre el protocolo a seguir. Ese día, con 5 años, descubrí que hasta en la improvisación debe haber algún orden, pues realmente me molestaba andar a la deriva con lo que esperaban de mi.
Ya vestidos, salimos al salón contiguo al baño para luego hacer la entrada formal al patio en el que todos estaban reunidos con sus disfraces. Ibamos el príncipe y yo, y un cortejo de 2 princesas más.
En la foto aparece una de ellas, que bien pudieramos decir que era Tiana, por el vestido amarillo, aunque el dibujo animado tampoco existía en aquellos tiempos.
Luego de la entrada triunfal, me llevaron a un espacio en el que una maestra me da un papel y un micrófono para que leyera mi decreto de carnaval, cuando apenas yo estaba empezando a leer. Se molestaba que lo hiciera por sílabas y me repetía las palabras al oido para que yo solo dijera lo que ella me decía. Siendo una niña autosuficiente, ya me estaba amargando mi momento de gloria. Así que dije lo que ella quería porque mi realidad era que quería salir corriendo de ahí.
Luego nos obligaron a bailar un vals para el que nunca ensayamos, pero que gracias a que papá siempre ponía el Danubio Azul de Johann Strauss, yo sabía el paso básico. Así que llevaba arrastras al príncipe que en más de una ocasión me llegó a pisar!
Segundo nivel de tortura superado. Pero no contaba con el más fuerte. La tela de las mangas del traje me empezó a dar picor en los brazos. Al parecer debían ser forradas para evitar eso, pero una capa más de tela no iba a darle el efecto deseado, y por eso mamá no lo usó.
He de confesar que 41 años después, el solo recuerdo de ese día me genera una sensación de picor en los brazos. Fue realmente un reinado de tortura para mi, al tener que soportar el vestido por las 4 horas que duró el evento en el colegio.
Y si creían que ahí termina el cuento, pues no....!!!!
Al año siguiente debía entregar la corona, vestida de la misma manera. Lástima que para entonces no estaban las Kardashians y la moda de no repetir un vestido para un evento, pues hubiese preferido mil veces el vestido harapiento de cenicienta que ese.
Lo bueno es que luego de la entrega del reinado, le pedí a la maestra poderme cambiar de ropa y aceptó, pudiendo disfrutar de la fiesta sin ser reina.
Moraleja de esta historia: Nunca le des a alguien un cargo para el que no está preparado. Jaja
I can talk about the carnivals of my early childhood thanks to the photos that a aunt who lived with us left me, and whom I always followed like a lapdog.
In those days, she was a school teacher and at every school event, my mom asked her to take me with her (how annoying I must have been!) So for the carnival ones, I was a black kitten that always appeared in front of her in the photos.
My mom says that costume belonged to my cousin, who was one year older than me, and then it became a sort of carnival uniform, because after me, two more cousins also wore it.
When I was in preschool, I remember seeing a photo of myself dressed as Little Red Riding Hood alongside Wonder Woman in the family album. My costume was also from her; her mom had lent it to me to go to the school party.
My mother was not very inclined towards school activities, but she got caught off guard by having a daughter who always volunteered to participate. Being a seamstress, how could she not make costumes for me?
Since I have always been the "clown" of the house, a costume was my thing. I would make up something with whatever I had, but at school it had to be aesthetic, so on more than one occasion I was a Venezuelan folklore dancer.
All these photos stayed at my mom's house in Venezuela, thousands of kilometers away from where I am. It's a pity that I don't have a USB connector to transfer them from my mind, because although I don't remember the events very well, I do remember each one of those silent proofs of my carnival adventures.
But the real story is about my carnival reign. I was 5 years old and in first grade. My teacher at the time was named Aida and she selected me to be the representative of my grade. I remember she would take me from classroom to classroom so that everyone could get to know me and then vote among the 6 selected girls to choose the queen of the school that year.
Some said it was a cheat, but the reality was that I was selected for something I still didn't understand what it was about. My prince, the son of my mother's best friend, and both of them being seamstresses, our costumes were not the ones conventionally seen in stores.
It was a light blue dress, very similar to the one in Frozen, although she didn't exist yet at that time. It was inspired by the dress the mice made for Cinderella, and the prince's costume was the same.
When the making process began, that's when I got really excited because my mother would make a costume for me, not just everyday dresses or a commission from a stranger.
The dress turned out beautiful, I endured all the necessary fittings, but there was one detail that soured my reign.
On the day of the presentation, I remember my mom doing my makeup at home and I arrived at school wearing a simple white dress. The idea was to change in the bathroom at school, so that no one would see the costume in advance.
I didn't know what more I should do, because there was no rehearsal and no one told me the protocol to follow. That day, at 5 years old, I discovered that even in improvisation there must be some order, because it really bothered me to wander around with no idea of what was expected of me.
Once dressed, we went to the room next to the bathroom to then make the formal entrance to the yard where everyone was gathered with their costumes. The prince and I went, along with a procession of 2 more princesses.
In the photo, one of them appears, who we could say was Tiana because of the yellow dress, although the animated movie did not exist in those times.
After the triumphant entrance, I was taken to a space where a teacher gave me a paper and a microphone to read my carnival decree, when I was just starting to read. She was annoyed that I was doing it syllable by syllable and repeated the words in my ear so that I would only say what she told me. Being an independent child, she was already ruining my moment of glory. So I said what she wanted because my reality was that I wanted to run away from there.
Then we were forced to dance a waltz that we had never rehearsed, but thanks to my dad always playing Johann Strauss' Blue Danube, I knew the basic steps. So I was dragging the prince who stepped on me more than once!
Second level of torture passed. But I didn't count on the strongest one. The fabric of the sleeves of the costume started itching my arms. Apparently, they were supposed to be lined to prevent that, but an extra layer of fabric wasn't going to have the desired effect, and that's why my mom didn't use it.
I must confess that 41 years later, the mere memory of that day gives me an itchy sensation in my arms. It was truly a reign of torture for me, having to endure the dress for the 4 hours that the event lasted at school.
And if you thought that's where the story ends, well... noo!!!!
The following year, I had to hand over the crown, dressed the same way. Too bad the Kardashians weren't around by then and the fashion of not repeating a dress for an event wasn't a thing, because I would have preferred Cinderella's ragged dress a thousand times over.
The good thing is that after the coronation, I asked the teacher if I could change clothes and she agreed, so I could enjoy the party without being the queen.
Moral of this story: Never give someone a position they are not prepared for. Haha
Foto/Photo by: Janko Ferlič (unsplash) and @mamaemigrante
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
Translated and formatted with Hive Translator by @noakmilo.
Hay, pues yo soy alérgica a muchas telas! .. ni me imagino la picazón 😂😂😂, bueno, queda la experiencia 😁.
Saludos 🤗🤗
Te paso de todo en ese evento, que mal, era tu momento de brillar y pues bueno, no salio muy bien pero estabas chiquitita. Me ha pasado de que una tela me da picor pero como no fue en eventos asi, simplemente me la cambie, me imagino en un evento donde muchas personas te estan viendo y eres la estrella, para una niña de 5 años, yo me hubiese puesto a llorar jajaja
Pero bueno, queda como anecdota o un mal recuerdo 🦉 la improvisacion no esta en mi diccionario, seguramente habria salido corriendo o buscado a mi mama para que me salve 😂
Y lo hice! Le pedía a mí mamá que me pusiera el otro vestido y ella decía que no hasta que terminara el evento!
Cuando llegamos a casa, que por suerte quedaba a dos cuadras, me lo saqué y lo metí en una bolsa para no volverlo a ver
Pero me pasó como si fuera la muñeca Anabelle, pues al año siguiente apareció!
De ese año la anécdota es más graciosa, porque en las fotos salgo coronando a la nueva reina pero le tapo la cara en todas! Jajaja, pero era porque se le caía la corona y pues justo la foto salía cuando trataba de impedirlo
Que preciosa es mini Marlu 😍😍
Por eso mis niños son hermosos! De haber tenido hembra, capaz y me salía fea. Jajaja
Pobre Marluy, desde chiquita, tomando responsabilidades extremas. Me encanto la moraleja y es tal cual.
Gracias por participar de la iniciativa.
Saludos.
Más trauma me generó ser electa que quedar en el montón, creo que hubiese disfrutado más.
Desde ahí pasaron cosas no muy agradables para mí mamá, porque dejé de ser la muñeca que ella quería
Exceptional
Yo era tan impopular que nunca me disfrace de reina y gracias a dios no tuve estás experiencias. Es más, de cierto modo le tenía miedo a las máscaras feas esas que se usaban. Es increíble lo malo de las alergias y como nos amargan los momentos. Saludos 🤗
Bueno mi querida @mamaemigrante, ¡Lograste ser la reina! Además, el príncipe o rey momo, estaba lindo. Solo que en la foto, la nena de amarillo como que quería quitarte tu príncipe, je, je, je. Linda experiencia porque esas son las que casi siempre se quedan grabadas, Me encantó tu relato. 😍🤗
Buenos dias querida amiga @mamaemigrante
No es facil ser una reina, el titulo lleva muchas responsabilidades, y las trajedias nuncas estan ausentes, pero por suerte has salido aireosa
Muchas gracias por compartir esta anecdota
Que pases un hermoso domingo
Me encanto tu historia ya de chiquita toda una artista.
Lastima lo de la tela, pero quedo marcado en tu memoria justamente por la tela.
Hasta luego.
Yay! 🤗
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He disfrutado y mucho con tus anécdotas...
Saludos @mamaemigrante
Gracias Emilio! Tiempo sin saber de ti.
Un abrazo
¡Uno grande, grande para tí!
Que linda historia, fué como un viajecito al pasado! A veces estar al frente de un evento trae muchas molestias, se espera mucho de uno y se exige aun mas! Lo de las mangas imagino un garrón! Verse bonito usualmente es lo contrario a estar comodo jaja
Y encima te pidieron usarlo de vuelta el año siguiente! Pero bueno, igualmente seguro fue una linda experiencia! Gracias por compartir Reina del Carnaval! =P