La mudanza de las muñecas (Esp/Eng)
(Edited)
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Rosaura, Marivic and Belinda didn't sleep at home. They appeared right next to the teddy bear and the stuffed dog, on the other side of the room. But nobody noticed that except Violeta, their owner.
The day before they had played so much that she probably forgot to put each of them in their own room in the huge dollhouse her dad had made for her out of several cardboard boxes.
In spite of not being the one she saw in the window of the toy store in the mall, the house that dad made was also a dream house. Rosaura and Belinda were fascinated with their pink rooms, while Marivic was still denying her luck, even though her room was the biggest among the three.
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Alvaro, her older brother, every now and then threatened to enter Violeta's room, mainly because he was envious of her big house, but he always got a slap on the wrist from mom when he started to bother his sister.
For her parents, giving her that house was a balm to appease Violeta's behavior, who was a very restless 5-year-old and could drive anyone crazy. Previously, they had tried after-school activities, therapy and even children's yoga, but all had been short success.
Now, with the house she could enter too, she spent hours playing with her dolls and peace reigned inside the home. The only problem was that later she did not want to go out to do the normal family activities: eating, bathing and at bedtime, the tantrums were not long in coming.
Mom had to convince her, using one of her dolls as if she were talking to her, telling her that they were tired and that the next day they would go back to play. Only then Violeta would agree to go out, after putting each one to bed.
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But every now and then, Belinda, Marivic and Rosaura, did not appear in them, not even inside the house!
For Violeta the moving of the dolls was the work of her envious brother. She thought that after falling asleep, he would come in and move everything, just to annoy her. But they both went to bed at the same time, and their parents always took a little longer to do the same, and they didn't see anything unusual.
But the next day the same thing did not happen, so Violet quickly forgot the incident of the change of position, and it only came to her mind when it happened again.
One day, tired of the frequency with which her dolls moved during the night, Violeta told her mother and directly accused her brother of being the architect of taking them out of the places where she remembered having left them, so that when she woke up she would be in a bad mood.
Álvaro would end up paying with a week of punishment from that day on, without having the right to appeal the accusations made by his younger sister. Violeta enjoyed not only moving her wrists, but also his constant annoyance when she was doing something she considered important.
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But, despite the punishment, one day her beloved dolls disappeared altogether. Violeta, upon waking up and not seeing them, burst into tears and screams that distressed her parents. They went straight to Álvaro's room, who had just woken up because of the commotion, but they were not there, and when they questioned him, between yawns he denied having gotten out of bed at any time during the night.
That day, chaos reigned at home, because although the four of them searched every corner of their room, their little ones were nowhere to be found! Her father, in desperation, proposed to buy her a new one, and although she was not entirely convinced, Violeta accepted the proposal, because with that she would have one more doll.
What nobody expected was that the next day, the "disappeared" girls woke up in their own beds, each one with Vicky, the new member of the group.
A mystery was generated within the family. It was necessary to find out the nightly itinerary of Violeta's friends?
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Mom, who was the last one to go to bed, took longer than usual one day. It was already past midnight when she heard her daughter's bedroom door open. She decides to stay still and witness the moment of the move and thus discover the secret...
To her surprise, she sees Violeta pass by with her four dolls, on her way to the master bedroom. As she approaches, she notices that the girl is completely asleep, but she manages to open the door of the room, and enters without stumbling until she reaches the closet. She opens the door and places each doll inside the drawer where daddy keeps his socks.
She places each doll in a stocking, closes the drawer and the door, and returns to her room as if nothing had happened.
Violeta was a sleepwalker! but no one had noticed it at home. That's why they couldn't explain why the dolls appeared every so often in different places.
Silvia, the mother, took the phone to record her daughter returning to the room and then the place where she had left her four treasures. This was the only way she could convince the little girl of her brother's innocence.
The next day, the rest of the family did not believe the video, and Violet, who denied it at first, ended up laughing at her nightly prank.
Now the game changed with the days, not only did she share with Marivic, Vicky, Rosaura and Belinda during the day, but when she woke up and didn't see them in the house, she started the adventure of finding out where in the house they had "moved" during the night.
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Rosaura, Marivic y Belinda, no durmieron en casa. Aparecieron justo al lado del osito y el perro de peluche, al otro lado de la habitación. Pero eso nadie lo notó salvo Violeta, su dueña.
El día anterior habían jugado tanto, que probablemente olvidó colocarlas a cada una en su habitación dentro de la casa de muñecas enorme que le había fabricado su papá con varias cajas de cartón.
A pesar de no ser la que vio en la vidriera de la juguetería que está en el centro comercial, la casa que hizo papá, era también de ensueño. Rosaura y Belinda estaban fascinadas con sus habitaciones rosa, mientras que Marivic todavía renegaba de su suerte, aunque su cuarto era el más grande entre los tres.
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Álvaro, su hermano mayor, cada tanto amagaba con entrar a hacer de las suyas en el cuarto de Violeta, sobre todo por la envidia que le producía su gran casa, pero siempre llevaba un tirón de orejas de parte de mamá cuando empezaba a molestar a su hermana.
Para sus padres, el haberle regalado esa casa fue un bálsamo para aplacar el comportamiento de Violeta, quien era una niña de 5 años muy intranquila y podía volver loco a cualquiera. Antes habían tratado con actividades luego de la escuela, con terapias y hasta con yoga infantil, pero todo había tenido un éxito efímero.
Ahora, con la casa en la que ella también podía entrar, pasaba horas jugando con sus muñecas y la paz reinaba dentro del hogar. El único problema era que luego no quería salir para hacer las actividades normales en la familia: comer, bañarse y a la hora de dormir, los berrinches no se hacían esperar.
Mamá debía convencerla, usando a alguna de sus muñecas como si le hablara, diciéndole que estaban cansadas y que al día siguiente volverían a jugar. Solo así Violeta accedía a salir, luego de acostar a cada una en su cama.
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Pero cada tanto, Belinda, Marivic y Rosaura, no aparecían en ellas, ni siquiera dentro de la casa!
En principio, para Violeta la mudanza de las muñecas era obra de su envidioso hermano. Pensaba que luego de quedarse dormida, él entraba y movía todo, solo para fastidiarla. Pero ambos se acostaban a la misma hora, y sus padres tardaban siempre un tiempo más para hacer lo propio, y no veían nada inusual.
Pero al día siguiente no pasaba lo mismo, por lo que Violeta olvidaba rápidamente el incidente del cambio de posición, y solo venía a su mente cuando volvía a suceder.
Un día, ya cansada de la frecuencia con la que se movían sus muñecas durante la noche, Violeta le comenta a su madre y acusa directamente a su hermano de ser el artífice de sacarlas de los lugares donde ella recordaba haberlas dejado, para que al despertar ya se pusiera de mal humor.
Álvaro terminaría pagando con una semana de castigo desde ese día, sin tener derecho a apelar las acusaciones que hizo su hermana menor. Violeta disfrutó no solo por mover sus muñecas, sino por la molestia constante de él cuando ella estaba haciendo algo que consideraba importante.
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Pero, a pesar del castigo, un día sus amadas muñecas desaparecieron del todo. Violeta al despertar y no verlas, rompió en llanto y gritos que angustiaron a sus padres. Fueron directo a la habitación de Álvaro, quien recién despertaba a causa del alboroto, pero ahí no estaban, y al interrogarlo, entre bostezos negó haberse levantado en ningún momento de su cama durante la noche.
Ese día reinó el caos en casa, pues aunque los cuatro se dedicaron a buscar en cada rincón de su aposento, sus pequeñas no aparecieron por ninguna parte! Su papá en medio del desespero le propuso comprar una nueva, y aunque no estaba del todo convencida, Violeta aceptó la propuesta, pues con eso tendría una muñeca más.
Lo que nadie esperaba era que al día siguiente, las "desaparecidas", amanecieron cada una en su cama, acompañando a Vicky, la nueva integrante del grupo.
Se generó un misterio dentro de la familia. Había que averiguar el itinerario nocturno de las amigas de Violeta...
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Mamá, quien era la última en acostarse, un día se tardó más de la cuenta en hacerlo. Ya eran pasadas las doce de la noche, cuando escucha que se abre la puerta de la habitación de su hija. Decide quedarse quieta y presenciar el momento de la mudanza y así descubrir el secreto...
Para su sorpresa, ve pasar a Violeta con sus cuatro muñecas, rumbo a la habitación principal. Al acercarse, se percata que la niña va completamente dormida, sin embargo logra abrir la puerta del cuarto, y entra sin tropezar nada hasta llegar al closet. Abre la puerta y coloca a cada muñeca dentro de la gaveta en la que papá guarda sus medias.
A cada una las acomoda dentro de una media, cierra la gaveta y la puerta y vuelve como si nada a su habitación.
Violeta era sonámbula! pero nadie lo había notado en casa. Por eso no se explicaban el por qué las muñecas aparecían cada cierto tiempo en lugares diferentes.
Silvia, la madre, tomó el teléfono para grabar a su hija cuando volvía a la habitación y luego el lugar donde había dejado a sus cuatro tesoros. Solo así podría convencer a la pequeña de la inocencia de su hermano.
Al día siguiente, el resto de la familia no daba crédito al video, y Violeta, quien lo negó al principio, terminó riéndose de su travesura nocturna.
Ahora el juego cambiaba con los días, ya no solo compartía con Marivic, Vicky, Rosaura y Belinda durante el día, sino que al despertar y no verlas en la casita, empezaba la aventura de averiguar a qué lugar de la casa se habían "mudado" durante la noche.
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Fotografías por/Photografy by: MW (Pixabay), Evan Dennis, Allen Taylor, Arwan Sutano, Wu Yi and Charlie Solorzano (All from Unsplash)
Separador by: cortesy of @valeriavalentina
Edición/Edition by: @mamaemigrante
Traducido por/ translate with: www.deepl.com/translator (free version)
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Me encantó la historia, me dio mucha ternura descubrir lo que pasaba con las muñecas, solo sentí pesar por el pobre Álvaro, lo castigaron sin culpa 😅
Muchas gracias por compartir este escrito tan lindo.
Un saludo ✌️
@mamaemigrante . Pobre hermano, siempre pagan los llantos de sus hermanos más pequeños. Una muy linda historia. Felicitaciones y un fuerte abrazo
Menos mal fue eso, yo me asusté cuando la mamá vio que se habría la puerta, pensé que eran las muñecas que se salían solas de donde las dejaron jejeje.
Tantas historias extrañas que uno lee, que era una posibilidad.
Así que resultó ser ella misma quien las cambiaba de lugar y al hermano le echaba todas sus culpas.
Tan pícara, que se reía de sus ocurrencias de las andanzas nocturnas.
Bonita historia @mamaemigrante.
Saludos y bendiciones amiga Marluy.
Hola Marluy
Pobre Álvaro castigado sin haber hecho nada , bellísimo y muy tierno lo que cuentas en esta historia.
Gracias por siempre escribir tus experiencias , tu sentir , tus letras .
Que tengas el mejor martes posible
Ame esta historia @mamaemigrante
Imaginé en algún instante que las muñecas cobraban vida jaja 🙈. Luego, con el giro sonámbulo, entendí todo. Me encanta esta historia; toque de inocencia aquí y allá, que me recuerdan en parte mi infancia. Alguna vez también escondía los juguetes de mis hermanos jaja 🤣. Excelente trabajo! Bendiciones y éxitos 😊.
No me imagine el sonambulismo y eso que yo lo era de pequeña y también Matías! Pensé que las muñecas de noche cobraban vida jaja.
Me encantó la historia y aunque Álvaro no las movía muy bien que lo castigaron por molestarla tanto jajaha.