Experiences and nostalgia of my childhood vacations (Eng/Esp)
In my childhood, vacations were always about visiting cousins in the countryside. We lived near the capital city, so the change from having concrete all around us to a backyard with trees, dirt, and contact with nature was what excited us when vacation time came, I believe even more so than being tired from school activities and routines.
The journey was by bus, a five-hour trip with one transfer, which initially frustrated us because heading to the plains area meant seeing so much green, many cows, and a straight road (without curves), but we learned over time to recognize the villages we passed through. The final thrill was when we crossed the train tracks (although the train did not run, its rails were still there), signaling that we had arrived.
It was a whole month spent between my grandmother's house and that of my mother's sister, as even though my paternal family also lived in that city, our contact with them was practically nonexistent.
From those days, I remember learning how to climb trees with my cousins, as being the only girl, I had to adapt to their games and activities. Playing with a rubber ball, a kind of improvised baseball, was one of the things I enjoyed the most, especially because my cousins took great care to not hit me with the ball or make me fall.
At some point, they would adapt to my feminine side, and we would play house, where they pretended to eat arepas made with mud, or soups with twigs and stones they found in the backyard. Of course, after that mud bath, we all ended up covered in brown and the aunt allowed us to use the hose to bathe there and wash off all the mud before going into the shower. It was then the start of a new game: we were firefighters and buildings on fire, soaking ourselves until we were tired.
The warm nights were no problem because with so many activities, we slept happily! Our cousins had such a different life that we somehow envied, while they dreamed of the big city and the hectic pace we had. In the end, the human being is incomprehensible.
Back then, there was no current technology, only the TV that we didn't even use to distract ourselves, as there was so much to do without needing to be enthralled in front of a screen. Those were moments of camaraderie, waiting for the ice cream vendor to pass by in the afternoons, walking from one house to another even if they were far, smiling and carefree, as there was always someone looking after us.
As it was time to head back home, we wanted to do so many more things, as if it was a need to fill ourselves with that adrenaline to have reserves for the year we would not be near the countryside town.
When we finished high school, each of us took a different path: my brother and I pursued education and work, while my cousins leaned more towards a carefree lifestyle and figuring things out day by day, so our tastes and lifestyles drifted apart. We would share time in the house when we coincided, but the magic of our past vacation times had already faded.
En mi niñez, las vacaciones siempre eran ir a visitar a los primos en el interior del país. Nosotros viviamos cerca de la capital y ese cambio del concreto por todos lados, al patio con árboles, tierra, y contacto con la naturaleza, era lo que nos animaba cuando llegaban las vacaciones, creo que inclusive más que el hecho de estar cansados por las actividades escolares y las rutinas.
El viaje lo hacíamos en autobús, cinco horas de camino y un trasbordo, que al principio nos desesperaba, pues al ser hacia la zona del llano, el hecho de ver tanto verde, tantas vacas y una carretera lineal (sin curvas) pero aprendimos con el tiempo a distinguir los poblados por los que pasabamos. La emoción final era cuando pasábamos las vías del tren (que aunque no funcionaba seguían sus rieles ahí) que nos indicaba que ya habíamos llegado.
Era un mes completo entre la casa de la abuela y la de una tía hermana de mi mamá, pues aunque mi familia paterna también vivía en esa ciudad, nuestro contacto con ellos era prácticamente nulo.
De esos días recuerdo haber aprendido a trepar árboles junto con mis primos, ya que siendo la única niña me tocaba adaptarme a sus juegos y actividades. La pelotica de goma, una especie de beisbol improvisado, era una de las cosas que más me gustaba, sobre todo porque mis primos me cuidaban mucho de darme un pelotazo o de hacerme caer.
En algún momento ellos se adaptaban a mi lado femenino, y jugabamos a la casita, en la que ellos finjían comían arepas hechas con barro, o sopas con ramitas y piedras que conseguía en el patio trasero. Por supuesto luego de ese lodazal quedábamos todos color marrón y la tía nos dejaba conectar la manguera para bañarnos ahí y sacarnos todo el lodo antes de entrar a la ducha. Era entonces el inicio de un nuevo juego: eramos bomberos y edificios en llamas y nos mojábamos hasta el cansancio.
RDNE Stock
Las noches calurosas no eran problema, porque con tantas actividades dormíamos felices! Que vida tan distinta tenían nuestros primos y que nosotros de alguna manera envidiábamos, mientras ellos soñaban con la gran ciudad y el ritmo agitado que teníamos nosotros. Al final, el ser humano resulta incomprensible.
En aquel entonces no había la tecnología actual, solo la TV que ni siquiera usábamos para distraernos, pues había tanto que hacer sin necesidad de estar embelesados delante de una pantalla. Eran momentos de camaradería, de esperar al heladero pasar por las tardes, de ir caminando de una casa a la otra aunque quedaran lejos, de estar sonriendo y sin preocupaciones, pues siempre había alguien que se hacía cargo de nosotros.
Cuando se aproximaba la vuelta a casa, queríamos hacer muchas mas cosas, era como una necesidad de llenarnos de esa adrenalina para tener reservas durante el año que no ibamos a estar en la ciudad cercana al campo.
Nubia Navarro (nubikini)
Ya cuando terminamos el secundario, cada uno tomó un camino diferente, íbamos a visitar a la familia, pero mientras mi hermano y yo nos fuimos por la vía del estudio y el trabajo, mis primos se fueron más por la del desparpajo y el resolverse día a día, así que nuestros gustos y estilos de vida nos separaron. Compartíamos en la casa donde coincidíamos, pero ya se había roto la magia de los tiempos de vacaciones de otrora.
Foto/Photo by: nubikini, RDNE Stock y Pixabay
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
Translated and formatted with Hive Translator by @noakmilo.
Posted Using InLeo Alpha
Se me dibujó una sonrisa leyendo el post amiga, que buenos recuerdos y que vacaciones tan lindas teníamos en la niñez, me hiciste acordar cuando compartía con mis primos, todo era diversión y juegos sin descanso 😅 lastimosamente al igual que tú con tus primos, hoy en día todos tomamos caminos diferentes y nos vemos de vez en cuando en alguna reunión familiar. Gracias por compartir 🩷
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En mi caso, era el contrario, yo era la niña que esperaba ansiosa la llegada de los primos de Caracas, que era un gentío pero los meses mas felices para mi, salir todos los días, jugar mucho era increíble. que lindo post.
Siiii!!! Es que era muy emocionante reunirse en esos tiempos y disfrutar de las vacaciones.
Linda publicación amiga, la verdad te lleva la mente a aquellos tiempo de infancia donde no existía teléfono celular, hoy en día uno mira para cualquier lado y todos pero absolutamente todos estamos pendiente del teléfono, era una época linda, donde los juegos eran muy divertidos entre pimos, hermanos y amigos, saludos un fuerte abrazo….🤗
La vida en el campo para pasar las vacaciones era de las mejores experiencias de la niñez.
Gracias a Dios tuvimos esa oportunidad.
Ahorita muchos niños se pierden hasta de esas pequeñas vacaciones.
Claro yo me perdir las de ir a Disney, pero quien sabe algún día todavía lo pueda hacer.
Los primos cuando se van por diferentes intereses, ya de grande no es lo mismo, pero nadie nos quita lo vailado.
Bonitos recuerdos amiga bella.
Esas vacaciones se ven buenísimas y jugaban de todo con mi hermano he jugado muchos de esos juegos hasta las empanadas de tierra que me enseñó mi mamá
Al leerte me hiciste también recordar muchas cosas de mis vacaciones en mi niñez, la verdad es que el compartir con los primos era tan entretenido, sin necesidad de estar con una pantalla y mucho menos internet para poder distraerse.
Que lindos tiempos
There is nothing nicer than climbing trees, I unlock a lot of memories with your story and how great that your cousins could leave aside for a while the savagery of us men and the games of children to enjoy a while to your rhythms.