A cup of coffee to dissipate the storms in the hospital



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A cup of coffee to dissipate the storms in the hospital

That day, it was a cold, tense and nervous day, the day of my mother's operation had arrived, that morning of November 29th, and the air was very cold in the hospital, everything was wrapped in silence, lonely that early morning, almost fearful, I was confused, full of terror.

I was waiting silently in the room for them to come and get my mom, but nothing was coming, until I decided to break the silence and go out once again, when the sunlight began to filter through the windows, illuminating the room a little, bringing warmth, taking away that cold, lonely and hospitable environment.

I had been patiently waiting in that room with my mother since dawn, with my heart beating fast, it was so fast, I could feel the restlessness and fear that my mother's surgery and the fact of being alone with her, with no one else to count on, was causing me.

Finally, the resident doctor, who had taken my mother's medical history the day before, appeared. With a smile and honey-colored eyes that brought me comfort in the midst of the storms, he smilingly told me with his bright eyes: come in, we are going to admit your mother, we are going to check her and then we will take her down to floor 1 of Surgery 3... Perhaps this calmed me down, while he played his role, I had nothing left but to have faith, hope and trust in the love of God, that everything was going to be all right...

At the end of that wait, we brought mom down and in that area began my storms of fear, I was so anxious because my mom was the first on the list to be operated, that filled me with uncertainty, it put my nerves on edge, that when I entered that room, where I left her for her preparation for surgery, I did not know what else to do, but to pray and wait; But while that was happening, I went to have a coffee in the waiting area on the first floor, they had a Nescafé machine, which came like a ring to my finger, to calm all this newfound feeling, full of dread, anguish and what do I know?

That small space was a very small place, but you could feel the warmth, full of aromas of different coffees in thermos and the vending machine they had, which helped me relax while waiting for my Mocaccino to be served, as it always fascinates me. I asked for a medium cup, with that strong mixture of the aroma of coffee, chocolate and milk; everything was a combination of smells, while every drop fell from the coffee dispensing machine.

While the boy was preparing the coffee, I observed the other people around me, everyone was walking in a world full of many worries, fears and even pains; however, there was something that united us in that environment: It was the Coffee, which made us comfort each other, feel the warmth and relief that everything was going to be all right... We were moving like a sea of cam, with more hurry than usual from one place to another, and some patients trying to find a moment of calm in the company of a coffee.

While I was waiting for the news of my mother's operation, I saw my cousin coming, who was medical staff of the Domingo Luciani del Llanito Hospital. When he approached me, he made me alleviate my torments of anguish, he gave me the news I had been waiting for: the surgery had gone well.

I confess, it was an instantaneous relief that overpowered me, and I decided that, although the worry still resided in me, it was time to do something for myself, to try to find a small shelter in the middle of the emotional storm and I continued enjoying my cup of coffee in that hospital, which had changed its warmth...

I continued drinking my coffee and sat down in a corner of the large corridor of the waiting room, a little away from the hustle and bustle, from that noise that was getting out of control, that tumult that made me despair; perhaps I preferred to come to my senses. The next sips of that sweet Mocaccino were hot, fiery and warm; its deep flavor permeated my mouth and, for a moment, I felt at peace. I closed my eyes and let the warmth spread through my body, as if that simple act of savoring the drink would reconnect me with the outside world and bring me back to my harmony, my tranquility, or just back to myself.

Thank you for having come this far and for having read my story over coffee 🙌🙌🙌

See you next time with the aroma of coffee ☕☕☕☕☕☕☕



 All rights reserved Author.
 Maleida Marcano/@maleidamarcano.
 The Pictures are my exclusive property, from my family album and were taken by my phone Honor X6 Plus.

Traductor usado/Translator used:Translated with DeepL.com (free version)


SPANISH VERSION (click here!)

Una Taza de café para disipar las tormentas en el hospital

Aquel día, era un día frío, tenso y los nervios a mil, había llegado el día de la operación de mi mamá, aquella mañana del 29 de noviembre, y se sentía los aires muy gélidos en el hospital, estaba todo envuelto en un silencio, solitario aquella madrugada, casi temeroso, confundida estaba, llena de terror.

Esperando en silencio en la habitación a que fueran a buscar a mi mamá, pero nada se asomaba, hasta que decidí romper el silencio y salir una vez más, cuando la luz del sol se empezó a filtrar a través de las ventanas, iluminando un poco el recinto, instaurando la calidez, alejando ese entorno frío, solitario y hospitalario.

Había estado esperando pacientemente en esa habitación con mi mamá desde el amanecer, con el corazón latiendo a mil, a pasos veloz, era tan acelerado, se sentía la inquietud y el miedo que me provocaba la cirugía de mi mamá y el hecho de estar sola con ella, sin más nadie en que contar.

Finalmente, apareció el doctor residente, que le había tomado la historia clínica a mi mamá el día anterior. Con una sonrisa y ojos color miel que me trajo confortamiento en medio de las tempestades, me dijo sonriendo con sus ojos brillantes: pasa, ya vamos a ingresar a tu mamá, vamos a chequearla y luego la bajamos al piso 1 de Cirugía 3… Quizás esto me calmó, mientras él hacía su papel, no me quedaba más que tener Fe, Esperanza y confiar en el amor de Dios, de que todo iba a salir bien…

Al cabo de aquella espera, bajamos a mamá y en aquella área empezó mis tormentas de miedo, estaba tan angustiada porque mi mama era la primera en la lista en operar, eso me llenó de incertidumbre, me puso los nervios de puntas, que al entrar en ese salón, donde la deje para su preparación a la cirugía, no supe que más hacer, sino que rezar y esperar; pero mientras eso ocurría, me fui a tomar un café en el área de espera del piso 1, tenían una máquina de Nescafé, que me vino como anillo al dedo, para calmar todo este sentimiento reencontrado, lleno de pavor, angustia y que sé yo…

Ese pequeño espacio, era un local muy pequeño, pero se sentía la calidez, lleno de aromas de diferentes cafés en termo y la máquina dispensadora que tenían, que me ayudaba a relajarme mientras esperaba que me sirvieran mi Mocaccino, como siempre me fascina. Pedí una taza mediana, con esa mezcla fuerte del aroma de café, chocolate y leche; todo era una combinación de olores, mientras caía cada gota de la máquina dispensadora de café.

Mientras el chico preparaba el café, observé a las demás personas a mi alrededor, todos andaban en un mundo lleno de muchas preocupaciones, temores y hasta dolores; sin embargo, había algo que nos unía en ese entorno: Era el Café, que nos hacía reconfortarnos, sentir la calidez y el alivio de que todo iba a estar bien… Nos movíamos como un mar de leva, con más prisa de lo habitual de un lugar a otro, y algunos pacientes que intentaban encontrar un momento de calma en compañía de un café.

Mientras esperaba la noticia de la operación de mi mamá, vi que venía mi primo, que era personal médico del Hospital Domingo Luciani del Llanito. Cuando se acercó a mí, me hizo aliviar mis tormentos de angustia, me dio la noticia que había estado esperando: la cirugía había salido bien.

Les confieso, que fue un alivio instantáneo que me dominó, y decidí que, aunque la preocupación todavía residía en mí, era momento de hacer algo por mí mismo, tratar de encontrar un pequeño refugio en medio de la tormenta emocional y seguí disfrutando de mi taza de café en aquel hospital, que había cambiado de calidez...

Seguí tomándome mi café y me senté en una esquina del gran pasillo de la sala de espera, un poquito alejado del bullicio, de ese ruido que me descontrolaba, ese tumulto que me hacía desesperar; quizás preferí volver en sí. Los siguientes sorbos de aquel dulce Mocaccino eran caliente, fogoso y cálido; su sabor profundo impregnó mi boca y, por un momento, me sentí en paz. Cerré los ojos y dejé que el calor se extendiera por mi cuerpo, como si ese simple acto de saborear la bebida me conectara nuevamente con el mundo exterior y me devolviera mi armonía, mi tranquilidad o tan solo volví a mí.

Gracias por haber llegado hasta acá y haber leído mi historia con motivo a un café 🙌🙌🙌

Hasta un próximo encuentro con aroma de café ☕☕☕



 Todos los derechos reservados de Autor.
 Maleida Marcano/@maleidamarcano.
 Las Fotografías son de mi exclusiva propiedad, de mi álbum familiar y fueron tomadas por mi teléfono Honor X6 Plus.


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