No tan fitness de nuestra parte || Not so fitness from us

Hoy fue un día increíble. Después de mucho tiempo sin vernos un par de amigos con los que solía entrenar, finalmente nos reunimos en nuestro lugar habitual de entrenamiento. La emoción de volver a encontrarnos era evidente, en mi almenos. Nos saludamos efusivamente, compartiendo abrazos y sonrisas mientras nos poníamos al día con nuestras vidas.

Decidimos que era el momento perfecto para salir a comer juntos. Entre risas y bromas, logramos juntar suficiente dinero para comprar 24 hamburguesas. Sí, lo sé, suena absurdo, pero éramos ocho y cada uno se comió tres hamburguesas. Somos muchachos en crecimiento, después de todo, ¡necesitamos comer!

La comida fue un festín. Nos sentamos alrededor de la mesa, disfrutando de cada bocado mientras continuábamos con nuestras historias y chistes. El ambiente estaba lleno de alegría y camaradería. Cada mordisco de hamburguesa venía acompañado de una carcajada, y el tiempo parecía volar.

Con el estómago lleno hasta casi explotar y el corazón rebosante de felicidad, echamos las últimas risas del día. Nos despedimos con la promesa de vernos más seguido, algo que realmente espero que podamos cumplir. Estos momentos son los que realmente importan, los que nos recuerdan la importancia de la amistad y de compartir tiempo con las personas que apreciamos.

Al final del día, me sentí agradecido por tener amigos tan increíbles y por poder disfrutar de momentos tan simples pero significativos. La vida puede ser agitada y a veces nos alejamos, pero siempre es reconfortante saber que, sin importar cuánto tiempo pase, podemos volver a encontrarnos y sentirnos como si nunca nos hubiéramos separado.

Espero que podamos mantener esta promesa y seguir creando recuerdos juntos. Hasta la próxima reunión, amigos.