Ser juez en una competencia de calistenia de resistencia fue una de las mejores experiencias de mi vida. Me encantó ver cómo los atletas se enfrentaban a los desafíos que les planteaba este deporte, que requiere de una gran preparación física y mental. Me emocioné con cada logro y cada superación que vi en los competidores, que demostraron una gran determinación y espíritu de superación. También me conmoví con cada gesto de apoyo y de respeto que hubo entre ellos, que mostraron una gran deportividad y compañerismo.

Ser juez en una competencia de calistenia de resistencia me hizo sentir vivo, porque me conectó con mi pasión por este deporte y con mi admiración por los que lo practican. También me hizo sentir agradecido, porque me dio la oportunidad de aprender de los mejores y de contribuir a la difusión de este deporte. Me sentí muy satisfecho de haber sido parte de esta competencia, que me permitió conocer a personas que comparten mi pasión por este deporte y aprender de ellos. También me motivó a seguir entrenando y mejorando mis propias habilidades. La calistenia es más que un deporte, es un estilo de vida que me hace feliz y me hace sentir vivo. Espero volver a ser juez en otras competencias, y competir yo mismo.