Pergamino de cielo.

La madre de un autista en su celebración
a Dios le da las gracias por el querido hijo
que le ocasiona gozo, ternura y regocijo
y hace que se le inflame de amor el corazón.

Su lucha es cotidiana y sabe que en su acción
a muchas situaciones debe darles cobijo,
pero está en su horizonte siempre el empeño fijo
de dar amor, cariño, y la satisfacción.

¡Qué madre tan guerrera, qué madre tan valiente,
que no escatima esfuerzos por la felicidad
que busca en su muchacho a través del Señor!

Mil felicitaciones les doy sinceramente
a esas madres que exhiben toda fidelidad
y tienen pergaminos bellos de azul color.

NOTA:
Presento un pequeño homenaje a las madres azules en un soneto alejandrino, que está formado por estrofas de versos de 14 sílabas, divididos en 7 y 7, y de mucho uso en poetas tradicionalistas.

Diploma de parte de Mundoautismo, por intermedio de @parauri.