Ayer fue un día muy productivo para mí. Fui a entrenar calistenia, una disciplina deportiva que me apasiona y que me ayuda a mejorar mi fuerza, flexibilidad, agilidad y coordinación. Cómo muchos sabrán la calistenia consiste en hacer ejercicios con el propio peso corporal, sin necesidad de usar cargas adicionales. Es un sistema de entrenamiento muy completo y divertido, que se puede practicar en cualquier sitio y con una inversión mínima.

empecé mi rutina con un calentamiento de 10 minutos, haciendo algunos ejercicios de movilidad articular, estiramientos y saltos. Luego he pasado a la parte principal del entrenamiento, donde he practicado varios ejercicios básicos y avanzados de calistenia. Hice dominadas, fondos en paralelas, flexiones, practique el pino, planchas y rana Cada uno de estos ejercicios trabaja diferentes grupos musculares y requiere una buena técnica y precisión.

He notado que gracias a mi fisionomía, mi estatura y mi peso, tengo una ventaja para hacer estos ejercicios de forma más rápida y sin mucho esfuerzo. Mi cuerpo es ligero y compacto, lo que me permite moverme con más facilidad y controlar mejor mi equilibrio. Además, tengo una buena proporción entre la longitud de mis brazos y mis piernas, lo que me ayuda a tener una mejor palanca y una mayor amplitud de movimiento.

Esto no quiere decir que la calistenia sea fácil o que no tenga que esforzarme. Al contrario, la calistenia es un deporte muy exigente y que requiere mucha dedicación y constancia. Cada día me pongo nuevos retos y trato de superar mis límites. Sé que hay muchos ejercicios que todavía no domino y que tengo que seguir mejorando mi forma física y mi habilidad. Pero también sé que con trabajo y paciencia, puedo lograr cualquier cosa que me proponga.

La calistenia me ha enseñado que el único límite es mi mente. Si creo en mí misma y en mis capacidades, puedo alcanzar cualquier objetivo que me plantee.