Catarsis del Silencio.
Reprimir nuestras emociones no siempre es lo correcto, tampoco digo que puedes ir por la vida manifestando todo lo que desees a diestra y siniestra, porque todo palabra que se suelta es algo que nunca más puedes recoger. Pero si pienso que debe haber un equilibrio entre ambos puntos. En mi caso, soy más de represión que divulgación, muchas veces prefiero que las personas usen "el criterio" para que despierten por sí solos a la vida y a la acción delante de lo que sucede. Abogo por el peso de la conciencia antes de dormir, como también fiel creyente de "que eres lo que das".
Ocultar mis emociones tiene una alta factura, períodos de ansiedad, molestia incrustada a causa de la injusticia, neuritis y más. Pero, siento que para caminar un poco en la orilla de la paz, debe ser así. Esperar que las aguas se calmen y ellas mismas se tornen cristalinas, es mi esperanza. Por otro lado, la vida nunca es perfecta, siempre hay "algo" que puede perturbar, pero pienso a la vez que la vida es lo más maravilloso si estas donde quieres estar y con quienes amas. ¿Qué más podrías pedir?
Pero, más allá de eso. Esta la supresión, porque a veces sentimos que si nos manifestamos en cuanto a un contexto, puede sonar inadecuado. Porque ya saben, Inadecuado siempre es una buena palabra para alguien que está siendo tan egoísta con los demás y consigo mismo. Pero todo tiene un origen, incluso la brecha más oscura de la creación, y en mi punto creo que es la Condolencia Aguda.
Explorando las aguas de la Sinceridad:
Ser una persona de Condolencia Aguda (no se si existe este término, y si no existe, lo acabo de inventar), es algo que los pone en niebla para que no logren ver bien lo que rodea y salta a los ojos. Todo se vuelve confuso y victimamos generalmente a la persona egoísta. ¿Quieren un ejemplo lejano de mi contexto?
Una madre, tiene dos hijos adolescentes. Donde con uno de ellos es dura, severa y el chico es el sinónimo real de un buen chico. Mientras que su otro hijo, es altanero, sin oficio y dedicado al arte del hurto. La madre se pone sus mejores lentes de sol, hace la vista gorda y pese a todo, ella consciente a este hijo, tal punto de omitir lo que sucede. Según la madre, este joven envuelto en lo inadecuado necesita ayuda, solo tiene problemas y todos deben ayudarle.
Este no es mi caso, es simplemente una historia ficticia que se me acaba de ocurrir sobre un caso de Condolencia Aguda. Pero, en otros contextos, si he estado frente a casos de condolencia aguda, que me hacen rodear los siguientes pensamientos:
¿Realmente queremos a aquellos de los cuales obviamos todo lo malo? Pienso que no, amar es corregir y educar. El deber es incentivar el desarrollo de seres capaces y responsables que puedan hacer frente a la vida.
Cultivar el egoísmo, termina en cosecha pura de egoísmo. No quiero decir que debas poner en la vida siempre el bienestar de los demás encima del propio. Pero si pienso que cuando amas a alguien, el egoísmo no existe. Deseas el bienestar, para dar bienestar, porque recuerda que damos lo que somos.
La Condolencia Aguda, forma un teatro de victima y de abuso. Muchas veces de quien se conduele tanto, termina siendo inmune y se aprovecha de ello, de su contexto de ventaja. Atropella a placer a la persona que padece de Condolencia Aguda.
Pidiendo Tranquilidad:
Ciertamente no somos perfectos, debemos trabajar de manera diaria y continua si realmente lo que deseamos es que al momento de mirar hacía atrás, nos sorprendamos con lo que hemos crecido en las diversas ramas de nuestra vida. Pero, ese es el compromiso ideal en mi pensar. Yo misma, comprometida y decidida a sembrar mis flores internas. No dejar nada a la deriva, accionar para que suceda.
Espero tranquilidad frente a la vista de la plena situación, espero la activación de la real consciencia y que todo se resuelva de la mejor manera.
La vida real, es un barco donde eres tú el capitán.
