[ENG-SPN] Renaissance Palace of Berlanga de Duero / Palacio renacentista de Berlanga de Duero

Time is not always to blame, but rather the hand of men themselves, who, in their ridiculous way of resolving conflicts, unceremoniously destroy the works of those they consider enemies. Wars, looting and desolation have been frequent in the endless history of a country, Spain, whose media antiquity and its picturesque idiosyncrasy made it a creditor, in those protohistoric times, where reality and legend still contemplate each other with a little concealed distrust, to figure out in the great deeds of mythological heroes. With the disappearance of the famous Tercios de Flanders, which put all of Europe in check, and the voluptuous Nemesis having conceded the baton of command to the new cohorts of the eagle, which, metaphorically and comparatively speaking, were the legions of a new Caesar, named Napoleon Bonaparte, This capital of the itineraries of the Cid, which, despite everything, continues to be Berlanga de Duero, also lost one of its most distinguished works: the Renaissance palace of the Marquises of Berlanga.

Of this magnificent construction, built in the 16th century next to that imposing fortress, among whose leaders and apart from the successive caliphs, the Cid Campeador also appears and observing it, anyone would say that, in part, its design follows the patterns of the famous Solomon's Temple, remaining today, just a few sad canvases, more similar to the improvised sets of a theater, in whose horrible emptiness, guarded by the figure of the former bishop of Panama and discoverer of the Galapagos Islands, Fray Tomás de Berlanga, the Once proud windows, they serve as a frame for contemplating skies, not always so limpid and cloudless, as well as mirrors in which those same stars are still seen, without shame, which, oblivious to time, continue to be privileged lanterns of the endless pilgrimage routes.

No siempre el tiempo es el culpable, sino la mano de los propios hombres, que, en su ridícula manera de resolver conflictos, arrasan sin miramientos las obras de aquellos que consideran enemigos. Guerras, expolios y desolaciones han sido frecuentes en la historia interminable de un país, España, cuya mediática antigüedad y su pintoresca idiosincrasia le hizo acreedor, en esos tiempos protohistóricos, donde realidad y leyenda todavía se contemplan mutuamente con una poco disimulada desconfianza, de figurar en las grandes gestas de los héroes mitológicos. Desaparecidos los famosos Tercios de Flandes, que pusieron en jaque a toda Europa y habiendo concedido la voluptuosa Némesis el bastón de mando a las nuevas cohortes del águila, que, metafórica y comparativamente hablando, fueron las legiones de un nuevo César, llamado Napoleón Bonaparte, esta capitalidad de los itinerarios del Cid, que, a pesar de todo, continúa siendo Berlanga de Duero, perdió, también, una de sus más insignes obras: el palacio renacentista de los Marqueses de Berlanga.

De esta magnífica construcción, levantada en siglo XVI a la vera de esa imponente fortaleza, entre cuyos mandatarios y aparte de los sucesivos califas, figura también el Cid Campeador y observándola, cualquiera diría, que, en parte, su diseño sigue los patrones del famoso Templo de Salomón, quedando hoy, apenas unos tristes lienzos, más semejantes a los decorados improvisados de un teatro, en cuyos horribles vacíos, custodiados por la figura del que fuera obispo de Panamá y descubridor de las Islas Galápagos, fray Tomás de Berlanga, los antaño orgullosos ventanales, sirven de marco para la contemplación de unos cielos, no siempre tan límpidos y despejados, así como de espejos en los que todavía se miran, sin rubor, esas mismas estrellas, que, ajenas al tiempo, continúan siendo faroles privilegiados de las interminables rutas de peregrinación.

NOTICE: Both the text and the photographs that accompany it are my exclusive intellectual property and, therefore, are subject to my Copyright.
AVISO: Tanto el texto, como las fotografías que lo acompañan, son de mi exclusiva propiedad intelectual y por lo tanto, están sujetos a mis Derechos de Autor.