[ENG-SPN] His name was Rufo / Se llamaba Rufo

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His name was Rufo and he was born in Bilbao. He also died in Bilbao. It happened last Christmas and judging from what I have been able to learn about such an unfortunate event, he did it completely peacefully, watching the snow fall through the fog of the fifth-floor kitchen window, comfortably lying on his mat. of superstar. I want to think that, like his friend, Vincent Van Gogh, Rufo also felt the call of that starry night that all dreamers usually receive when they are finally required to begin an eternal pilgrimage along the immense and fascinating paths of the Milky Way.

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But my memory doesn't go that far. It is limited, only, to this humble planet, lost in the immensity of the Universe, to which some, undoubtedly wiser than me, affirm that we souls come to harden ourselves in resilience and learn spiritual manners that will one day equate us to the rest of the elevated beings of the Universe. That Rufus made it in the form of a cat does not mean, in any way, that a noble and masterful spirit did not dwell within it, possibly descending to Earth to alleviate the Karma of the humans who welcomed it.

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Rufo, like the Don Juan of Passionate Literature who aroused so much interest among that large group of psychological writers or intellectuals of reason that inhabits all legendary behavior, was also, and in his own way, a great mocker: he mocked life, with that lighthearted humor that only cats are capable of adopting and few humans are able to understand. Perhaps, for that reason, the times spent with him were something more than playing with a pet and my visits to Bilbao, if I had to light a candle for every moment of happy and carefree fun that he gave me, a simple altar would not It would, of course, be enough. In memory of him, I can only remember those words that another gladiator dedicated to Maximus Decimus Meridius: we will meet again, but not yet...

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Se llamaba Rufo y nació en Bilbao. También falleció en Bilbao. Sucedió durante las pasadas Navidades y a juzgar por lo que he podido saber de tan desdichado suceso, lo hizo completamente en paz, viendo la nieve caer a través del vaho del cristal de la ventana de la cocina de un quinto piso, cómodamente recostado en su esterilla de super estrella. Quiero pensar, que, como el amigo, Vincent Van Gogh, Rufo también sintió la llamada de esa noche estrellada que suelen recibir todos los soñadores cuando son finalmente requeridos para iniciar una eterna peregrinación por los inmensos y fascinantes caminos de la Vía Láctea.

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Pero mi recuerdo no llega tan lejos. Se limita, tan sólo, a este humilde planeta, perdido en la inmensidad del Universo, al que algunos, sin duda más sabios que yo, afirman que venimos las almas para curtirnos en resiliencia y aprender modales espirituales que nos equiparen, algún día, al resto de los seres elevados del Universo. Que Rufo lo hiciera en forma de gato, no significa, de ninguna manera, que en su interior no habitara un espíritu noble y magistral, posiblemente descendido a la Tierra para aliviar el Karma de los humanos que lo acogieron.

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Rufo, como el Don Juan de la Literatura Pasional que tanto interés despertara entre ese nutrido grupo de escritores psicólogos o intelectuales de la razón que habita en todo legendario comportamiento, fue también y a su manera, un gran burlador: se burlaba de la vida, con ese humor desenfadado que sólo los gatos son capaces de adoptar y pocos los humanos capaces de entender. Quizás, por eso, los ratos pasados junto a él, fueron algo más que el juego con una mascota y de mis visitas a Bilbao, si tuviera que encender una vela por cada momento de feliz y desenfada diversión que me procuró, un simple altar no sería, desde luego, suficiente. En su recuerdo, no puedo sino recordar aquellas palabras que otro gladiador le dedicó a Máximo Décimo Meridio: volveremos a encontrarnos, pero todavía no…

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Rufo must have been an amazing cat
It looks so cute!

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Requiescat In Pace.

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Conociéndole, como le conocí, lo dudo mucho: allá donde esté, andará revolucionando seguro.

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Ahora son casi las 9 y media de la noche, tu debes estar por los predios de Morfeo.
Yo nunca he tenido un Rufo, pero tengo dos amigos, Rubi Guerra y Adriana Cabrera, que aman a los Rufos, al punto de que tienen varios de ellos en su casa.
Con ellos aprendí a entender y querer a los gatos, a compartir con ellos y sentir el saludo de su cola como signo de amistad.
El primer gato que amé fue el de una caricatura, Félix el gato, quien tenía una bolsa mágica de donde podía sacar cualquier cosa, luego "Don gato", picaro, engañando siempre al policía Matute, e inseparable amigo del pequeño gatito Benito.
Había una amiga que de Bilbao que te escribía siempre, fotógrafa, no recuerdo su nombre, que tenía un gato blanco muy bonito, ella publicaba muchas fotos de él.
Tu Rufo es también muy bello, y se ve que lo quieres mucho, es un pana para no olvidar.

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Te refieres a @txatxy. Ella, su marido Ángel y los gatos son mi familia de Bilbao. De hecho, Rufo, Argi y Lur (la gata blanca a la que te refieres, todo un carácter de la raza Main Coone) son de ellos. Siempre que subo a Bilbao, paro en su casa, de manera, que a esos gatos los quiero como si fueran míos. De hecho, al mes o así de fallecer Rufo, falleció también la pobre Argi, de la que escribiré también algún día. Lur, la blanca, es más joven y muy quisquillosa, un auténtico diablillo. He pasado muy buenos ratos con ellos y me dolió mucho su pérdida a mí también. Pero la vida y el camino siguen: ahora toca mimar a Lur. Feliz día, pana.

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Qué palabras tan bellas dedicadas a una mascota. Lerlas me hace recordar a mi periquito Chico, que murió en diciembre antepasado.
Que Rufo esté en el paraiso.

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Siempre he pensado que los animales tienen alma también. Y más que mascotas, como se demuestra cuando llegan estos casos inevitables, son familia y su pérdida nos afecta también profundamente. Seguro que ahora andará saltando, como el Principito, de asteroide en asteroide. Muchas gracias por tu comentario y un cordial saludo.

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