[ENG-SPN] Asturian Art and Architecture / Arte y Arquitectura asturiana

Both for its beauty and for its splendid fertility, it is not surprising that this place, nestled in the heart of the old Asturian council of Maliayo -today, Villaviciosa, a region that stands out, especially, for its formidable production of that drink or sacred soma of Celtic origin, the cider- has been called, since the dawn of time, Valdedios or Valley of God.

To the point of hosting, separated by just a few insignificant meters, two authentic jewels of Asturian Sacred Architecture: the pre-Romanesque monastery of San Salvador -unique of its kind and, of course, one of the most relevant exponents of the so-called Asturian Art , which was also part of the old pilgrimage route, called 'los Salvadores', which began in the cathedral of San Salvador de Oviedo- and the Romanesque monastery of Santa María, designed and built at the beginning of the 12th century by Cistercian master stonemasons, a monastic order to which one of the greatest personalities of the Middle Ages belonged, Bernardo de Clairvaux or Claraval -San Bernardo- excluded from the powerful Cluniac or Cluny Order and who opted for community life in poverty, under the motto of 'ora et labora': 'pray and work'.

Tanto por su belleza, como por su espléndida fertilidad, no es extraño que a este lugar, enclavado en pleno corazón del antiguo concejo asturiano de Maliayo -hoy en día, Villaviciosa, comarca que destaca, especialmente, por su formidable producción de aquella bebida o soma sagrado de origen celta, la sidra- se le haya llamado, desde el alba de los tiempos, Valdedios o Valle de Dios.

Hasta el punto, de llegar a albergar, separados apenas por unos insignificantes metros, dos auténticas joyas de la Arquitectura Sagrada asturiana: el monasterio prerrománico de San Salvador -único en su género y desde luego, uno de los exponentes más relevantes del denominado Arte Asturiano, que formaba parte, además, de la antigua ruta de peregrinación, denominada de ‘los Salvadores’, que se iniciaba en la catedral de San Salvador de Oviedo- y el monasterio románico de Santa María, diseñado y levantado a principios del siglo XII por maestros canteros del Císter, orden monástica a la que perteneció una de las personalidades más grandes del Medievo, Bernardo de Clairvaux o de Claraval -San Bernardo- excluida de la poderosa Orden Cluniacense o de Cluny y que optó por la vida comunitaria en pobreza, bajo el lema de ‘ora et labora’: ‘reza y trabaja’.

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