José Watanabe: una poesía testimonial y serena
Descubrir al poeta peruano José Watanabe, allá por los años 90, siendo profesor universitario de literatura hispanoamericana, fue uno de mis mayores placeres intelectuales en el momento, específicamente con respecto a la poesía. Watanabe era para mí un desconocido, y con ese apellido cualquiera habría pensado que se trataba de un autor japonés. Pero sabemos que el poeta nació de la unión de una campesina peruana y un inmigrante japonés en pueblito de nombre casi legendario llamado “Laredo”, lugar al que siempre volvió en su memoria, como reconoció. Vivió fundamentalmente en Lima.
Es considerado uno de los principales poetas peruanos de la segunda mitad del siglo XX y entrado el XXI. Entre sus libros se encuentran Álbum de familia (1971), El huso de la palabra (1989), Historia natural (1994), *Cosas del * (1999), Antígona (2000), Habitó entre nosotros (2002), Lo que queda (2005), La piedra alada (2005) y Banderas detrás de la niebla (2006). En 2008, póstumamente, se publicó su Poesía completa.
Fuente
Quisiera compartir con ustedes, lectores de Hive, algunos poemas de este importante poeta peruano e hispanoamericano, no sin antes indicar ciertos aspectos de su obra.
Se ha resaltado que en su poesía se expresa el sentido y carácter propio de la poesía japonesa, particularmente, del haikú. Aunque no lo encontramos en sus libros como forma de composición específica, podemos advertir alguna relación con este, en cuanto construcción limpia y que intenta dar cuenta, testimonio, del presente, desde una mirada contemplativa y una actitud refrenada.
Siendo un poeta contemporáneo, es natural encontrar en su obra rasgos propios de la contemporaneidad poética, como la ironía, cierto humor (caústico), y en la forma, el uso del estilo prosaico, en versos o en versículos.
A continuación los poemas que elegí.
Acerca de la libertad
Esta mañana han comprado un pájaro
como se compra una fruta
un ramo de flores.Dicen que Hokusai compraba pájaros para liberarlos.
También Leonardo
pero midiéndoles el impulso y el rumbo.Posiblemente en la infancia he pintado pájaros
pero jamás les he hallado relación exacta con los aviones.Estoy tentado a liberar este pájaro
a devolverle
su derecho de morir sobre el viento.Me van a pedir razones.
Sentiré la obligación de hablar acerca de la libertad
pero mi familia que es muy lógica
dirá que afuera solo
con el viento
a ver qué hago.
(De Álbum de familia, 1971)
***
El anónimo (alguien, antes de Newton)
Desde la cornisa de la montaña
dejo caer suavemente una piedra hacia el precipicio,
una acción ociosa
de cualquiera que se detiene a descansar en este lugar.
Mientras la piedra cae libre y limpia en el aire
siento confusamente que la piedra no cae
sino que baja convocada por la tierra, llamada
por un poder invisible e inevitable.Mi boca quiere nombrar ese poder, hace aspavientos, balbucea
y no pronuncia nada.
La revelación, el principio,
fue como un pez huidizo que afloró y volvió a sus abismos
y todavía es innombrable.Yo me contento con haberlo entrevisto.
No tuve el lenguaje y esa falta no me desconsuela.
Algún día otro hombre, subido en esta montaña
o en otra,
dirá más, y con precisión.
Ese hombre, sin saberlo, estará cumpliendo conmigo.
(De El huso de la palabra, 1989)
***
El árbol
En el bosque que bordea la carretera
un árbol ha desenterrado una de sus poderosas raíces
para abrazar una peña blanca.
La tierra no le fue suficiente:
la raíz es una extremidad
donde el árbol se apoya para subir aún más alto.No conozco el nombre del árbol
pero sus largas ramas caen lacias y rápidas
como una cascada
sobre la peña.El árbol sube y cae al mismo tiempo,
pero para nuestros ojos
este doble movimiento es uno solo.Cómo te lo digo: para el lenguaje
subir y bajar son dos conceptos enfrentados
y nunca se funden.Mejor ven a la carretera,
la mismidad del doble movimiento del árbol
sólo se resolverá limpiamente en nuestros ojos.
(De La piedra alada, 2005)
Fuente
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El primer poema, “Acerca de la libertad”, que pertenece a su primer poemario (premiado entonces), deja entrever ya no sólo el que será su estilo verbal –lacónico, prosaico, abierto–, sus referencias culturales intertextuales y su visión de mundo.
Luego, tenemos “El anónimo” –de su segundo libro El huso de la palabra, que le diera impulso internacional-–, en el que advertimos esa concepción –de indudable influencia oriental (taoísmo, budismo zen)– que intenta dar cuenta de la complejidad de lo sencillo, a partir de lo testimonial, del casual hecho presente y su profundidad, pero que el lenguaje no alcanzar a aprehender.
Finalmente, el poema “El árbol”, de su penúltimo libro publicado en vida: La piedra alada, donde se nos entrega hermosa y emotivamente, por supuesto, con el desapego propio de este poeta, ese rasgo tan característico de su poesía, herencia de la gran poesía: la revelación de lo incomprendido, que sólo nuestra vivencia puede “entender”, pues, de nuevo, la palabra no sabe expresar en su enigma y maravilla.
Referencias:
Watanabe, José (2005). Lo que queda. Caracas: Monte Ávila Editores.
https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Watanabe
http://amediavoz.com/watanabe.htm
https://poemasamoryamistad.com/jose-watanabe
Gracias por su lectura.
https://twitter.com/1584249800207253506/status/1638738032118431745
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Saludos profesor @josemalavem , interesante reseña, no conocía al autor en cuestión. No obstante, me ha gustado muchísimo, Ud. lo presenta atractivo y también de modo elegante. Los poemas tienen imágenes de vértigo filosófico, mucha profundidad en las reflexiones aparentemente corrientes de la naturaleza y la vida, sin apartarse de lo científico. La piedra atraída por la fuerza invisible del destino, de lo inevitable... El árbol atrapado en medio de una realidad polarizada,el Ser, la existencia. Las aves y la aventura de ser.... Excelente selección. Hasta la próxima vez.
Agradezco tu vista y tu atento comentario, estimado @franciscomarval. es un poeta que vale la pena leer. Saludos.
¡Felicitaciones!
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No conocía a este autor. Me ha gustado mucho el primero y el segundo poema. El primero porque me identifico con su pensamiento respecto a la libertad de los pájaros y me causó gracia la última estrofa, algo que no esperaba luego de leer tan seriamente lo que expone con anterioridad. El segundo porque ese personaje anónimo pudo haber existido y quizá se haya enfrentado al mismo problema de no saber nombrar lo que descubrió, tal vez por falta de conocimientos; además termina expresando su alegría, a pesar de no haber logrado lo que quería, haciendo alusión a Newton sin saber nada sobre él. Agradecido de poder descubrir autores como este a través de sus publicaciones. Saludos, estimado @josemalavem.
Gracias por tu lectura, apreciado @juniorgomez. En realidad, Watanabe en el segundo y tercer poema (como en otros suyos) lo que refleja en la limitación del lenguaje verbal para expresar el misterio de lo cotidiano y elemental; eso que Mallarmé y otros llamaron "lo inefable". Saludos.
Extraordinario poeta peruano. Ciertamente, su poesía tiene ese estilo contemplativo y reflexivo de la poesía japonesa. Tuve la suerte de conocerlo cuando visitó Caracas y participó en un Festival Internacional de Poesía organizado entonces, en la década de los 90. Él era así como su poesía, cordial y sereno. Gracias por recordarlo.